Especial
Gustavo Santaolalla: Hablamos de sus Premios Oscar, Jaime Lorente, ‘The last of us’ y su estatus en Hollywood
También de los conciertos que va a dar en España este septiembre
Gustavo Santaolalla es uno de esos nombres que están escritos en mayúsculas en la historia de la música latina. Jugó un papel importante en la eclosión del rock argentino antes de pasarse a las bandas sonoras tanto de cine -con las que ganó dos Oscar- como de videojuegos.
Le gustan los retos, trabajar con gente joven y hablar de identidades y este septiembre está de visita en nuestro país. Estuvo el domingo en Málaga ofreciendo un espectáculo sinfónico en el que sonaron algunos de sus temas de cine y de los que difunde con su grupo, Bajofondo. La próxima cita será este 17 de septiembre en el Auditorio Nacional de Madrid.
Hemos podido hablar con él de estos conciertos, de la banda sonora que ha creado para la serie, El Cid, de Amazon Prime Video, de su estatus hollywoodiense, de su habilidad con The last of us o de sus múltiplos proyectos.
Este agosto se estrenó la BSO de El Cid. Te has encargado de la música original de las dos temporadas. Una serie que recoge parte de la historia de España, ¿conocías algo de esta etapa de nuestro país?
Mi apellido es Santaolalla y es un apellido muy español, mi abuelo era andaluz, mi abuela era vasca. A mi abuelo nunca lo conocí, pero siempre he tenido una atracción especial por todas las cosas que tienen que ver con la identidad y una parte tiene que ver con España. Una de las cosas que me dio El Cid fue la oportunidad de poder conectar con España. Siento que he tenido oportunidad de conectar, por mi trabajo, con mucha gente de Latinoamérica, en Estados Unidos, en el mundo a través del cine y ahora del videojuego. Pero España era como una cuenta pendiente. He trabajado con Antonio Carmona, al que admiro muchísimo, pero fue hace muchos años y como algo puntual. Además, la historia de El Cid me parece fascinante y el personaje me parece muy atractivo por la cantidad de interpretaciones que ha tenido. Ha sido utilizado, incluso, políticamente para expresar distintos tipos de sentimientos. En esta serie hay una visión más universal, de un individuo que veía una España multicultural.
El que da vida a El Cid es Jaime Lorente, al que ya escuchamos en el tema central de la primera temporada, ¿qué fue lo primero que pensaste cuando la escuchaste?
No te puedo decir porque es muy poco lo que ha hecho y para juzgar a un cantante hay que escuchar más cosas, pero es un tipo muy talentoso y no dudo que lo que quiera hacer, lo va a hacer bien. Tendré que escucharle más para hacer un juicio de valor. Pero como gran artista que es, todo lo que haga va a tener, seguro, una impronta que se relaciona con esa llama que los artistas que tenemos.
Tu apuesta es más sinfónica, ¿cómo ha sido el trabajo y cuál ha sido la fuente de inspiración para esta serie?
Hay otra cosa que me atrajo mucho del proyecto y es la cosa medieval. Siempre tuve una gran atracción por la música medieval, los sonidos, las estructuras armónicas, aunque no soy músico de formación académica. Pero siempre me atrajo muchísimo. Yo trabajo mucho a partir del libro, conversaciones con el director, el productor, y a partir de ahí compongo y lo aplicamos a una película, videojuego o serie.
Una banda sonora muy sinfónica que supongo que será lo que sonará en los conciertos que vas a ofrecer en España estos días, ¿qué tienes preparado?
En realidad. vivo como tres manifestaciones. Una que es con el grupo, Bajo fondo. Otra que es un concierto mío que es un espectáculo que se llama Desandando el camino en el que hago una especie de revisión de mi vida a través de mi música y eso abarca canciones que compuse desde los 16, 17 años hasta ahora, pasando por films, el videojuego, alguna serie, y muchas canciones. Y tengo este otro espectáculo, que es el que vamos a hacer ahora que es básicamente soy yo con una orquesta sinfónica y ahí recreo la música de Brokeback Mountain, música de canciones como la de El libro de la vida, de Diarios de motocicleta, algunas canciones mías hechas en formato guitarra u orquesta y alguna canción de Bajo fondo, pero con orquesta. Es como una versión distinta. Tiene un sabor diferente.
Supongo que repasarás tu extenso trabajo en el cine con un montón de bandas sonoras a tus espaldas. Llegaste a este género de manos de Michael Mann, ¿recuerdas aquellos principios?, ¿recuerdas si dudaste mucho?
Todo se dio de una manera muy orgánica como muchas cosas que han ocurrido en mi carrera. No hubo una estrategia o plan establecido. En el momento en el que entro en el mundo del cine venía de una carrera exitosa como productor de música alternativa latina con muchos Grammy y mucho reconocimiento, pero un comentario que siempre recibía sobre mis producciones era que mi música era muy visual. Y es verdad que siempre tuve una relación muy visual con la música. Cuando compongo la concibo en términos cinematográficos. Todo surgió a partir de un álbum que se llama Ronroco con composiciones que hacía para mí y lo saqué sabiendo que estaba super ocupado con mi sello, las bandas que estaba produciendo y todo el éxito que estaba teniendo como productor. Pero lo saqué y el disco empezó a sonar en una radio muy cool y un día llamó Michael Mann que me quería ver. Y una amiga en común de Alejandro González Iñárritu y mía nos puso en contacto e hice Amores perros y de ahí a otra y a otra. Tuve la suerte de trabajar con grandes directores.
También llegó el videojuego…
Después de los Oscar se me acercaron varias propuestas de videjuegos. Yo no soy un gamer, pero tengo un hijo que ya es grande pero que era un gran gamer y sabía que, si alguien conecta emocionalmente con los jugadores, va a ser un cambio enorme en este mundo de los videojuegos. Me ofrecieron proyectos compañías importantes, pero no era lo que tenía que ser. Hasta que conocí a Neil Druckmann y me contó cómo era The last of us, cómo lo concibió y lo que quería. Hay mucha gente que llora jugando al juego, y en las mismas partes. Y no he hecho otro porque no he encontrado nada igual.
Sí hiciste la segunda parte de The las of us, ¿qué ha aportado a tu carrera?
Importantísimo, el hecho de poder expandir las fronteras de lo que puedes hacer con la música, de la manera en la que la música puede servir como un instrumento más para la comunicación es genial. El año pasado tuve oportunidad de ir a una convención de videojuegos en Kuwait y tuve momento de firma y ver todas estas mujeres totalmente cubiertas, que no puedes ni darles la mano y que son videogamers. Me imagino lo que debe representar para ellas estar en esos videojuegos donde tienen posiblemente más libertad que en la vida real. Geográficamente me dio muchas posibilidades y creativamente fue muy lindo porque me dio la oportunidad de seguir experimentando con la cosa americana, pero desde otro ángulo. Como en Brokeback Mountain, yo sé que en su música está Atahualpa Yupanqui, está en esos silencios, yo lo sé. Hay una cosa distinta que si lo hubiera hecho un norteamericano nacido en Texas.
¿Te hiciste gamer? ¿Se te da bien el videojuego?
No, soy terrible. Me quedo corriendo siempre contra una pared, lo peor. Se lo pongo a mi hijo que él sí es bueno.
Pasaste de los Grammy a los Oscar, ¿cuál está mejor situado en casa?
Ninguno de los dos. Por primera vez, hace un año tengo una vitrina con el Globo de Oro, los Baftas y los Grammy. Los Oscar los tengo en un bolso, porque me dan mucha impresión. Son los premios más pesados de la industria, literalmente, pesan cuatro kilos y medio cada uno. Llaman mucho la atención, son demasiado fuerte y los tengo ahí guardados. Están bien.
¿Cuál de las películas en las que has trabajado has visto más veces?
Igual que me pasa con los álbumes que hago o con mi propia música, una vez que lo hago, lo veo muy poco. Alguna la he visto dos o tres veces más después de haberlas hecho, pero con el tiempo. Cuando la estás haciendo la ves muchas veces y es como que tomas un break.
¿Cómo ha influido Hollywood en tu estilo de vida?
Absolutamente en nada. Primero porque no considero que esté dentro… y no considero que tenga nada malo… pero por distintas razones, yo no pertenezco a ese círculo. No soy un compositor de cine. Soy un artista que utiliza distintos fórums para expresar su creatividad. Para hacer una analogía futbolera, a veces me toca jugar arriba y hacer goles, a veces me toca armar el juego, a veces me toca ser el director técnico, a veces el preparador físico, pero siempre estoy en el partido. No entré nunca en ese círculo de Hollywood. La gente no lo entiende, cómo gané dos Oscar sin estar ahí. Pero no tengo nada en contra de eso, si se da orgánicamente, perfecto, pero las películas en las que he trabajado no son comerciales. Brokeback Mountain es una película que durante 9 años no la quería hacer nadie, nadie se atrevía a tocar ese tema. Siempre han sido outsider. Las películas de Iñárritu, no te voy a explicar. No son las películas que representan el status quo hollywoodiano, ninguna de ellas. Hice una, antes de la pandemia, que se ha retrasado, que se estrenará antes de que acabe el año, que se llama Finch con Tom Hanks, para el estudio de Steven Spielberg. A lo mejor, después de esta, vienen más de esas.
Un hombre tan lleno de proyectos, ¿qué tiene en la agenda de lo que queda de año?
Estoy terminando dos series de animación grandes. Una con Jorge Gutiérrez, el mismo director con el que hicimos El libro de la vida. Hice el score y estoy haciendo una canción con mi gran amigo Paul Williams, con las que escribí ya para El libro de la vida y para el documental Freak Power: The Ballot or the Bomb, sobre Hunter Thomson, el escritor super radical de los 60. Y estoy haciendo otra serie de animación para Netflix, que es muy distinta porque es mi primer proyecto de stop motion animation y tiene un ritmo totalmente distinto. Era algo que tenía ganas de hacer. Se llama The House y son tres historias que ocurren alrededor de una casa, hechas por tres directores distintos, mujeres en los tres casos. Es más como para adultos. Estoy escribiendo una canción para esta con Jarvis Cocker, de The Pulp. Es admirable sobre todo como letrista. También tengo la película con Tom Hanks y terminando un par de producciones con artistas argentinos: Masacre, que es una banda de rock y Barbarita Palacios, que es una artista de mi banda.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...