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La decisión de Mark Knopfler de disolver a Dire Straits: “Éramos demasiado grandes, no me gustaba”
El 15 de septiembre de 1988, con Dire Straits pisando la cima, anunció oficialmente su decisión: disolvía la banda
Mark Knopfler siempre ha detestado la fama: “interfiere en todo lo que haces, no te compensa en nada”. No es ningún secreto que al guitarrista nunca le ha gustado ser el centro de atención. Mark Knopfler es la anti-estrella. Por eso, cuando Brothers in arms alcanzó cifras estratosféricas y su tour le mantuvo un año entero de un lado a otro del mundo, se sintió exhausto. Había creado un monstruo enorme. Necesitaba echar el freno. Mirar hacia otro lado. El 15 de septiembre de 1988, con Dire Straits pisando la cima, anunció oficialmente su decisión: disolvía la banda. No fue una ruptura definitiva. Se reformaron en 1991, para volverse a separar en 1995, esta vez ya para siempre.
Un golpe de suerte
Para Mark Freuder Knopfler la música es una especie de obsesión. Creció en Glasgow (Escocia) y después en Newcastle (Inglaterra) antes de instalarse en Londres y formar una banda llamada Dire Straits. Era 1977. En ese momento competían con numerosas bandas de rock en los pubs londinenses. Todas querían atrapar un golpe de suerte. Y los chicos de Mark lo consiguieron con una sola canción. Su primer single, Sultans of Swing (de su álbum debut homónimo de 1978) proporcionó al grupo una clara oportunidad para triunfar. Y no la desaprovecharon.
La carrera de Dire Straits creció a paso acelerado. Los éxitos, unos en mayor proporción que otros, se fueron sucediendo: Communique (1979), Making movies (1980), Love over gold (1982) y… Brothers in Arms (1985). El quinto álbum de estudio de Dire Straits les catapultó a niveles estratosféricos. Contra todo pronóstico, eso fue lo que acabó con ellos. Crujieron.
Un éxito descomunal y agotador
Brothers in arms se convirtió en el álbum más vendido de Dire Straits: superó los 30 millones de copias. Entre sus nueve temas incluía los hits Money for nothing (con la colaboración de Sting) Walk of life o So far away. Permaneció 9 semanas en top de las listas Billboard en Estados Unidos, 10 semanas en el nº1 de Reino Unido… o 34 semanas en el primer puesto de Australia. Se convirtió en el octavo álbum más vendido en la historia de Reino Unido y en el 22º más vendido de todos los tiempos.
Además, fue el primer CD que vendió un millón de copias. Y es que a mediados de los 80’s, el formato CD (Compact Disc) estaba en su fase inicial y los discos en vinilo seguían siendo los que más se utilizaban. La tremenda popularidad de Brothers in arms hizo que se dispararan las ventas en CD. Tanto que llegaron a superar a las del LP en vinilo.
Obviamente, la gira mundial que siguió tenía que estar a la altura. En un año (entre el 25 de abril de 1985 y el 26 de Abril de 1986) el grupo hizo 248 conciertos en 23 países y 118 ciudades. Más de dos millones y medio de personas asistieron a esos conciertos que en el mes de Junio pasaron por Bilbao, Madrid y Barcelona. Agotador.
“No quería tener ese tamaño”
El 15 de septiembre de 1988, cinco meses después del último concierto en Sidney de 'Brothers in Arms Tour', Mark Knopfler anunció oficialmente, y por sorpresa, la disolución de la banda. Nadie lo entendía. “Básicamente, habíais conquistado la cima” le preguntaban en CBS News. “Bueno, a mí me parecía que hacer eso era la única cosa inteligente que podía hacer. Éramos tan grandes… no me gustaba. No quería ser eso. No quería tener ese tamaño”.
Pocos días después de anunciar la ruptura de Dire Straits, el periódico de Florida Sun-Sentinel publicaba una entrevista con Mark Knopfler. Y además contar que estaba exhausto y que necesitaba descansar, desveló otro motivo de peso que determinó su decisión: sus gemelos de 10 meses, Benjamin y Joseph. “Hay montones y montones de cosas que quiero hacer. La vida es muy corta. Me gustaría tener 72 horas al día, pero no puedo. Quiero pasar más tiempo en casa, con mis dos hijos pequeños, así que no sería posible hacer giras tan extensas como las que he estado haciendo. El último tour de los Dire Straits duró un año”.
Y en la revista Rolling Stone declaró: “Un montón de prensa aseguraba que éramos la mejor banda del mundo. Pero entonces, no se ponía el acento en la música. Lo relevante era la popularidad… y yo necesitaba descansar”.
“Detesto la fama”
Mark Knopfler no encuentra “nada bueno en la fama”, aunque sí valora el éxito. Al menos, así lo afirmaba en Rolling Stone: “Adoro el éxito. Significa que puedo comprar una Gibson Les Pauls de 1959 y motocicletas Triumph. Pero detesto la fama. Interfiere en todo lo que haces y no te compensa para nada”.
Lo que sí aprecia el guitarrista es la paz y la tranquilidad. Y también el anonimato. Se ha llegado a decir que las cintas que se ceñía en la frente cuando salía al escenario, no eran solo para quitarse el sudor de los ojos. Cuando terminaba un concierto y se la quitaba, supuestamente ya nadie le reconocía.
“No miro atrás”
Sin embargo, la disolución de 1988 no fue la definitiva. Dire Straits regresó en 1991, grabó un último álbum de estudio, On every Street, y emprendió una última gira mundial. Y en 1995, esta vez sí, el grupo se separó para siempre. Knopfler, que desde entonces está centrado exclusivamente en sus proyectos en solitario, no siente nostalgia. Y, aunque lo entiende, está cansado de que una y otra vez le pregunten por lo mismo: “¿Cuándo van a volver los Dire Straits?”.
"No miro atrás”, reveló en una ocasión a la revista alemana ‘Gitarre & Bass’. El artista manifestó entonces su aversión hacia “todos esos esqueletos que salen arrastrándose de sus tumbas para ganar unos pocos euros con sus viejas canciones”.
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop