Abucheos, insultos, burlas: El infierno que hizo llorar a Prince cuando teloneó a los Rolling Stones
Hace 40 años, Prince fue telonero de los Rolling Stones. Cuando salió al escenario, con su slip negro y sus botas ceñidas hasta el muslo, el público se sintió ofendido y arremetió contra él
Hace 40 años, Prince fue telonero de los Rolling Stones en Los Ángeles. Había recibido una llamada personal del mismísimo Mick Jagger proponiéndoselo. Y el de Mineápolis, que apenas era conocido entonces, aceptó.
Cuando salió al escenario, con su slip negro y sus botas ceñidas hasta el muslo, el público se sintió ofendido y arremetió contra él. Una lluvia de objetos e insultos hicieron que Prince abandonara llorando el escenario. Juró que nunca más sería telonero de los Rolling Stones.
La invitación personal de Mick Jagger
En el otoño de 1981, Prince era un artista relativamente desconocido. Ese año había formado una banda llamada The Time y estaba a punto de iniciar una gira para presentar su cuarto álbum, llamado Controversy. Como era habitual, además de componer los temas, él mismo lo había producido y se había encargado de la mayor parte de los instrumentos. Todavía faltaba un año para que publicara 1991 (1982) y tres para que viera la luz Purple rain (1984).
Antes que que el tour comenzara el 20 de Noviembre, recibió una llamada personal de Mick Jagger. Al líder de los Stones le gustaban los primeros discos de Prince. Además, le había visto en Nueva York y le encantaba su música, que entonces se llamaba ‘new wave-funk’. Así que decidió invitar al joven artista, que entonces tenía 23 años, para que fuera telonero de un par de conciertos de su banda en Los Ángeles. Por supuesto, Prince aceptó.
Prince, el encargado de romper el hielo
En esa época, los Rolling Stones eran inmensamente populares en todo el mundo. Acababan de publicar Tatoo you, su álbum número 16, que contenía el hit Start me up. La gira con la que presentaban el nuevo material era una empresa de gigantescas dimensiones con la que la banda batió récords de público: En Estados Unidos fue el tour que más recaudó en 1981. Abarrotaban enormes estadios.
Los días 9 y 11 de Octubre, actuaban en el Memorial Coliseum de Los Ángeles. Las entradas estaban agotadas. Cerca de 94.000 personas (en cada concierto) estaban ansiosas por ver a sus ídolos. Pero antes de que Jagger, Richards, Wood, Wyman y Watts salieran a escena, apareció Prince. Si bien había otras bandas contratadas como teloneras del concierto estrella (George Thorogood and the Destroyers y The J. Geils Band) el encargado de romper el hielo y de empezar a caldear el ambiente era el músico de Mineápolis.
Latas, botellas, zapatos, abucheos, insultos…
Normalmente, a los teloneros se les presta poca atención. Pero en este caso no fue así. El 9 de Octubre, armado con una gran confianza, Prince y su banda salieron al escenario del Coliseum. Y antes incluso de tocar la primera nota, ya quedó claro que no era del agrado del público. El artista se acercó al micrófono luciendo el típico atuendo que utilizaba en esa época: Chaqueta transparente, botas altas ceñidas hasta el muslo y un pequeño slip negro (como en la portada de Dirty mind). Intentó conectar con la audiencia, cerrar la brecha que le separaba de los miles de fans de los Rolling, tocando su material más rockero. Temas como Bambi o When you were mine. Cantaba las partes de falsete con su voz natural y subía el volumen de las guitarras.
Pero no hubo manera. Solo recibió hostilidad. El público, embriagado de cerveza, se tomó como una ofensa el atuendo de Prince y su tipo de música. No solo le lanzaron latas, botellas, zapatos y cualquier tipo de objeto que encontraban. Le abuchearon, se burlaron y profirieron insultos homófobos y racistas. El promotor, Bill Graham, recuerda que un fan salió al escenario con la intención de calmar a la multitud sin ningún éxito. Después de 15 minutos, y en mitad de la cuarta canción (Uptown), Prince y sus compañeros pararon. En medio de un sonoro abucheo, se dieron la vuelta y abandonaron el escenario. Los seguidores de los Stones se habían salido con la suya y consiguieron que Prince se marchara.
Me golpearon en la espalda con una bolsa de pollo frito; entonces mi guitarra empezó a desafinar cuando un enorme pomelo golpeó el ajuste
Consternado y llorando en silencio
“Lo siguiente que noté fue que la comida volaba por el aire como si fuera un nubarrón de tormenta. Imagina a 94.000 personas lanzando comida unos a otros; fue lo más loco que he visto en mi vida” recordaba en ultimateclassicrock.com el bajista Brown Mark, que acababa de incorporarse a la banda de Prince. “Me golpearon en la espalda con una bolsa de pollo frito; entonces mi guitarra empezó a desafinar cuando un enorme pomelo golpeó el ajuste”.
Prince salió escoltado por un equipo de seguridad, que describió cómo se encontraba el artista: emocionalmente consternado y llorando en silencio.
Mick: “Tienes que estar preparado para que la gente te tire botellas”
Prince, frustrado y enfadado, juró que no haría el segundo concierto previsto para dos días después, el 11 de Octubre, y voló inmediatamente a su casa de Mineapolis sin la banda. Recibió llamadas de su manager Steve Fargnoli, de su guitarrista Dez Dickerson y del propio Jagger. Todos intentaban convencerle para que regresara e hiciera el segundo show. Y Prince aceptó de nuevo.
“Hablé por teléfono con Prince después de que le lanzaran dos latas en Los Ángeles. Dijo que no quería hacer ningún concierto más” recordaba Mick en 1983. “¡Dios, me han tirado miles de botellas y de latas a mí!. Todo tipo de basura. Se lo dije, ‘si quieres ser un verdadero cabeza de cartel, tienes que estar preparado para que la gente te tire botellas a lo largo de la noche. Tienes que estar preparado a Morir!!!”.
Prince: “Son retrasados mentales”
El público de Los Ángeles, conocedor de los incidentes del primer concierto, iba dispuesto a repetir la ‘hazaña’, e incluso superarla. Los abucheos e insultos se repitieron. También el lanzamiento de objetos… llegaron a arrojar hasta vísceras de animales. El ambiente era peor. Pero esta vez, Prince y su banda aguantaron el chaparrón y completaron las cinco canciones que habían previsto tocar. La última fue Why you wanna treat me so bad? (¿Por qué quieres tratarme tan mal?).
Ya en el backstage, Prince dijo que ese público “no tenía gusto musical” y que todos eran “unos retrasados mentales”. Posteriormente se le escuchó maldiciendo a su banda y jurando que nunca volvería a abrir un concierto de los Rolling Stones. Como así fue.
Keith: “Un enano sobrevalorado… insultante para nuestro público”
Posteriormente, Keith Richards tuvo unas palabras muy desafortunadas hacia el músico a quien calificó de “Un enano sobrevalorado”. Y añadió: “Prince tiene que descubrir lo que significa ser un príncipe. Ese es el problema de otorgarte un título a ti mismo antes de demostrarlo”. Está claro que el guitarrista desconocía que Prince era realmente el nombre de pila del artista. “Esa fue su actitud cuando abrió para nosotros en la gira, y fue insultante para nuestro público. No tienes que intentar matar al cabeza de cartel de esa manera cuando estás tocando en un concierto de los Stones. Harías mucho mejor solo siendo tú mismo y defendiendo eso. Él es un príncipe que piensa que ya es un rey. Le deseo buena suerte”.
No fue cuestión de suerte, sino de de méritos propios. Pocos años después, Prince se convirtió en uno de los músicos más famosos y respetados del mundo. Y lideró conciertos en grandes recintos. Y fue una gran estrella hasta su fallecimiento en 2016. Después de su muerte, Jagger le recordaba con cariño: “Prince fue un artista revolucionario, un músico y compositor maravilloso”. Curiosamente, Keith Richards dijo que era “genuinamente original” y “un magnífico guitarrista”.
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop