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El machismo y un desnudo acabaron con la carrera de Meg Ryan: ¿Qué ha sido de la actriz?
La conocida como 'Esposa de América' fue mediáticamente dilapidada tras estrenar en 2003 la película de Jane Campion 'En carne viva'
Hubo un tiempo en el que a Meg Ryan la conocían en todo Estados Unidos como "La novia de América". Grácil, cercana, risueña y enamoradiza: sus películas hicieron que quedara encasillada en el típico personaje femenino de las comedias románticas de finales de siglo XX. Quien más contribuyó a ese calificativo fue la directora y guionista Nora Ephron, quien consiguió catapultar la fama de Ryan a las cotas más altas con la rom-com Algo para recordar (1993), algo que después sublimó con Tienes un e-mail (1998).
El genio del amor (1994), Cuando un hombre ama a una mujer (1994), French Kiss (1995), Adictos al amor (1997), City of Angels (1998) y Kate & Leopold (2002) son solo algunas de las películas que la convirtieron en una de las caras más reconocidas y adoradas de Estados Unidos. Pero tras esa notoriedad y esa fama millonaria se encontraba una frustración: Meg Ryan temía que la encasillaran de por vida. Así que, tal y como hizo Kristen Stewart con En la carretera (2012) o Daniel Radcliffe con títulos como Cuernos (2013) o Imperium (2016), decidió dar un giro inesperado en su carrera.
Fue en el año 2003 y ocurrió a causa de una película de la australiana Jane Campion, hoy de moda gracias a su brutal western El poder del perro (2021). Meg Ryan se sumó al equipo de En carne viva, un thriller psicológico y erótico también protagonizado por Mark Ruffalo (curiosamente hoy uno de los rostros más populares de Marvel) sobre una profesora de escritura creativa solitaria que se obsesiona con un hombre desconocido al tiempo que es investigada por un crimen. En dicha película Ryan se desnudó. Mostró sus pechos. Y la sociedad puritana de la época nunca se lo perdonó: la novia de América se había "prostituido" ante millones de ojos.
Puede parecer exagerado, pero lo cierto es que hay decenas de reseñas de críticos especializados que condenaron los desnudos de Meg Ryan, que consideraban impropios para una actriz de comedias románticas. Hasta un famoso entrevistador de la BBC, Michael Parkinson, la puso en un aprieto en una entrevista en directo que Meg Ryan decidió cortar por lo sano antes de perder los estribos: «¿Cómo puedes haber salido desnuda?», le increpaba el periodista. «Deberías haber preparado a tu público antes de haberlo hecho», remataba, para asombro de Ryan, que se marchó antes de tiempo.
«En carne viva fue un antes y un después en mi carrera. La reacción fue cruel», recuerda El País sobre una entrevista de 2019 firmada por The New York Times. Tal fue el escándalo que provocaron sus desnudos y su popularidad para con su público fiel que desde entonces la carrera de Meg Ryan fue cuesta abajo. Trató de recuperar algo de fama volviendo a sus orígenes de comedia romántica con títulos como Entre mujeres (2007) y Mi novio es un ladrón (2008), pero su fama de esfumó sin dejar rastro
Entre 2009 y 2015 tan solo narró algunos capítulos de Cómo conocí a vuestra madre y apareció en el telefilme Fan Girl. También participó en la webserie Web Therapy. Hoy no tiene proyectos entre manos. Ni, por lo visto, pretende tenerlos a corto plazo. Meg Ryan siente una profunda desilusión con la hipocresía de un Hollywood (y un público) que no la aceptó por ser ella misma y querer hacer un cine diferente, serio y sí, algo polémico. El machismo y el puritanismo acabaron con su carrera.