Especial
La trágica historia familiar que inspiró a Paolo Sorrentino para crear ‘Fue la mano de Dios’
El cineasta, que firma una obra maestra a la altura de 'La Gran Belleza', perdió a su madre y a su padre en un accidente: con esta cinta les rinde homenaje
Paolo Sorrentino es uno de los directores de cine más importantes y reputados de nuestro tiempo. Con La Gran Belleza, su primera obra maestra, se llevó a casa dos premios Óscar. Con Fue la mano de Dios parece buscar igualar, si no superar, el dominio técnico y narrativo que consiguió hace diez años con la historia de Jep Gambardella, solo que depurando algunos de sus excesos y apostando por un estilo más contenido y autorreflexivo.
Parte de la magia de Fue la mano de Dios reside en que tras la trágica historia de la familia del joven Fabietto se esconden retazos autobiográficos. Paolo Sorrentino perdió a su padre y a su madre en una fuga de monóxido de carbono cuando él tenía tan solo 16 años. Se libró de milagro: sus progenitores iban a pasar en el campo sus vacaciones y él estaba destinado a ir con ellos. Sin embargo, Maradona le salvó la vida: su padre le había comprado tickets para ver al Nápoles. Decidió ir al partido y tras acabar se encontró con la tragedia: los Sorrentino estaban en la morgue.
El título es un inteligente juego de palabras entre 'la mano de Dios', que hace referencia al gol que metió el futbolista en el partido entre Argentina e Inglaterra en el 86, y la suerte que tuvo Sorrentino de salvar la vida gracias al azar, o bien como si se tratara de una intervención orquestada por una mano divina. Sorrentino siempre dice que sin Maradona él no sería cineasta, quizás no tanto por la admiración que le profesa sino porque, literalmente, le salvó la vida. La tragedia familiar de su vida hizo que él quisiera dedicarse en cuerpo y el alma al cine para soltar todo lo que llevaba dentro. Era la única forma de expresarse que tenía un joven hermético y algo tímido.
Sorrentino confiesa que está harto de «mirar al futuro» porque le «aburre» y que prefiere mirar hacia el pasado para hablar de aquello que conoce bien. «Y no hay nada que conozca mejor que a mí con 17 años», confesó en una entrevista con Anothermag. Por eso Fue la mano de Dios es su película más importante: el director huye de los excesos estilísticos y apuesta por una historia mucho más personal y sensible, llena de emociones contenidas. La belleza del entorno sigue siendo sublime, pero está mucho más comedida, controlada, y la narrativa está el servicio de la historia y es mucho más depurada. Todo juega en favor de una historia que hunde sus raíces en la realidad personal de Paolo Sorrentino.
Desde hoy Fue la mano de Dios está disponible en el catálogo de Netflix. La película aspira ya a un Globo de Oro a mejor cinta de habla no inglesa y se llevó en el Festival de Venecia el Gran Premio del Jurado a mejor película y el galardón a mejor estrella emergente, todo ello gracias a la interpretación del joven Filippo Scotti, alter ego del cineasta. En la cinta también aparece el legendario Toni Servillo (La Gran Belleza), quien encarna al padre de Sorrentino, y Teresa Saponangelo (Blando y negro), que da vida a su madre.