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Por qué ‘Spider-Man: No Way Home’ es la mejor película del MCU desde Endgame
Tom Holland se reafirma como el superhéroe mártir en una película que lo tiene todo para satisfacer plenamente a los fans de Marvel
Spider-Man: No Way Home se ha convertido, indiscutiblemente, en la película más popular del año. Es la única cuyas reservas de entradas se han agotado en prácticamente todo el mundo en cuestión de horas, lo que anticipa un balón de oxígeno para los cines en diciembre. Además, ha conseguido que fandom de Marvel huya de las redes sociales durante varios días para evitar tragarse algún spoiler. Tom Holland y Zendaya se han convertido en las celebrities más comentadas de las últimas semanas. Y todo lo que rodea a este proyecto, para colmo, está siendo elogiado por la crítica, que defiende, defendemos, que es lo mejor que le ha pasado al MCU desde Infinity War y Endgame. ¿Por qué esta tercera entrega de las nuevas Spider-Man triunfa allá por donde pisa?
Jon Watts, junto al equipo de Marvel Studios y Sony Pictures, ha conseguido confeccionar una película perfecta y definitiva para satisfacer a los fans de Spidey: es una cinta transversal, multigeneracional y marcada por la nostalgia. Por un lado es perfecta para recordar a los marvelitas más jóvenes, seguidores del Spider-Man de Tom Holland, que su estrella favorita sigue viva, en plena forma y que también es capaz de sufrir en sus carnes la tragedia. La trama, y esto no es ningún spoiler, recupera además a viejos villanos de The Amazing Spiderman y las primeras Spiderman de Sam Raimi, entre ellos al Doctor Octopuss de Alfred Molina, al Electro de Jamie Foxx y, sobre todo, al mítico y legendario Duende Verde de Willem Dafoe, lo mejor de toda la película, lo que supone un auténtico chute de recuerdos para los fans que inundaron las salas hace casi veinte años.
Spider-Man: No Way Home quizás sí que peque un poco de idealismo (eso de que la maldad se pueda eliminar con un elixir no se lo cree nadie), pero más allá de sus carencias intelectuales es una obra maestra del entrenimiento, una cinta por cuyas arterias corre la sangre de un equipo de apasionados por el cine de superhéroes que ha conseguido exprimir al máximo los valores y conflictos de Spiderman y sus villanos, presentándolos desde nuevas ópticas más modernas y jugosas. Además, le han conferido a la historia un necesario aire trágico y convertido a Tom Parker en una especie de mártir que se ve obligado a dejar atrás su inmadurez –tema, por otra parte, recurrente, de eso se encarga Stephen Strange– para ser un superhéroe (y, a la postre, un hombre) de verdad.
Porque Parker era de los pocos Vengadores que aún no habían sido azotados por la tragedia. Spider-Man: No Way Home tiene, en ese aspecto, algo de definitivo. ¿Qué pasará después? ¿Volveremos a ver a Peter Parker? Las preguntas, al acabar la película y ver sus dos escenas poscréditos, se agolpan una tras otra. Sabemos que hemos visto algo grandioso, épico, pero pareciera incluso que concluyente, sin vuelta atrás, sin posibilidad de volver, no way home. Pero Marvel deja la puerta abierta: hay algo de ambigüedad en ese final que encaja perfectamente en un universo, o ya multiverso, que necesita ir cerrando capítulos viejos para abrirnos los ojos hacia ese interesante nuevo mundo que ya anticipó Eternals y que, parece, inaugurará definitivamente Doctor Extraño en el Multiverso de la Locura.
Spider-Man: No Way Home llega hoy, 16 de diciembre, a las salas de cine y no, no podéis saltaros una cita ineludible con una película que ya forma parte de la historia del cine de superhéroes.