Michael Jackson: 90 minutos a corazón abierto, sin límites ni censura
Después de 14 años rechazando entrevistas, el 10 de febrero de 1993 el rey del pop abrió las puertas de su rancho Neverland
90 minutos a corazón abierto. Y 90 millones de personas pegadas a la televisión. El 10 de febrero de 1993, después de 14 años rechazando entrevistas, Michael Jackson accedió a abrir las puertas de su rancho Neverland y romper su silencio. Lo hizo con honestidad, a pesar de las preguntas nada fáciles a las que le sometió la popular Oprah Winfrey. Extremadamente celoso de su vida privada, habló de todo sin poner límites ni censura. Desveló detalles impactantes sobre infancia, desmintió rumores, se emocionó, se enfadó… Hoy todavía se sigue hablando de la entrevista más vista en la historia de la televisión.
“Veía a los niños jugando y yo lloraba”
En la exclusiva mundial en directo y sin precedentes, el artista y la periodista aparecen sentados en el escenario del teatro privado que la estrella del pop tenía en su Rancho Neverland, en Los Olivos (California). Jackson no estaba nervioso (“nunca me pongo nervioso”) a pesar de desconocer las preguntas a las que se enfrentaba. Oprah lo quiso dejar claro desde el principio: “Cuando accediste a dar la entrevista dijiste que estarías dispuesto a hablar de todo". Como así fue.
Michael habló de todo. Y se emocionó cuando salió el tema de su infancia. Esa que nunca tuvo: "Recuerdo que cuando iba al estudio de grabación había un parque al otro lado de la calle, y veía a todos los niños jugando y yo lloraba. Me ponía triste que yo tuviera que ir a trabajar en lugar de jugar. La gente se pregunta por qué siempre tengo niños alrededor. Es porque encuentro en ellos lo que nunca tuve. Disneylandia, parques de atracciones, máquinas recreativas – adoro todas esas cosas porque cuando era pequeño siempre era trabajo, trabajo, trabajo”.
Eran sus años con los Jackson 5, el grupo que su padre Joseph Jackson fundó y representó. Cuando Michael entró solo tenía 5 años: “El escenario era mi casa para mí… pero cuando estaba fuera de escena yo me sentía muy triste”. Y continuaba: “Soledad, tristeza, tener que hacer frente a la popularidad y todo eso. Había veces en las que pasaba buenos ratos con mis hermanos, peleas de almohadas y esas cosas, pero solía llorar todo el tiempo en soledad. Yo era muy pequeño cuando nos hicimos famosos”.
¿Te golpeó alguna vez?: “Sí”
A lo largo de los años, la relación de Michael con su padre había ocupado muchos titulares. Y en la entrevista fue muy sincero sobre este tema tan sensible. Desveló que, durante su adolescencia, acomplejado con sus granos: "escondía mi cara en la oscuridad y no quería mirarme al espejo y mi padre se burlaba de mí y yo lo odiaba y lloraba todos los días… Y me decía que yo era feo".
“¿Te golpeó alguna vez?” preguntó Winfrey. “Sí”, corroboraba con rotundidad. Y explicaba: “… no sé si yo era su niño de oro o lo que fuera…. Era muy estricto, muy duro, muy riguroso. Solo una mirada podía asustarte”. Y sí, le tenía miedo: “Mucho. Había veces, cuando venía a verme, que me ponía enfermo, empezaba a regurgitar". Eso ocurría tanto de niño como ya de adulto. Michael hacía estas declaraciones por primera vez: "Él nunca me ha escuchado decir esto. Lo siento, no te enfades conmigo". No obstante, añadía: "Pero le quiero... y le he perdonado".
“No creáis esas cosas tan disparatadas y horribles”
Jackson desmintió muchos de los rumores sensacionalistas que los medios habían publicado. ¿Había comprado los huesos del Hombre Elefante?: “No, esa es otra historia estúpida. Me encanta la historia del Hombre Elefante, me recuerda un montón a mí y podría sentirme identificado con él, me hacía llorar porque me veía a mí mismo reflejado. Pero no, nunca busqué… ¿dónde voy a poner esos huesos?”. Tampoco era cierto que durmiera en una cámara de oxígeno hiperbárico para no envejecer: “Esa historia es una locura. Es una completa invención. Es estúpido. Es estúpido… y me causa bochorno. Estoy dispuesto a perdonar a la prensa, o a perdonar a todo el mundo. Me enseñaron a amar y a perdonar, lo hago desde el corazón, pero por favor no creáis esas cosas tan disparatadas y horribles”.
“Tengo un trastorno de la piel que destruye la pigmentación”
Otra de las controversias en torno a Michael era el color de su piel, muy diferente al que tenía cuando era pequeño. "¿Te estás blanqueando la piel? ¿Es tu piel más clara porque no te gusta ser negro?" Jackson se mostró dolido con la acusación y se puso la defensiva. "Que yo sepa, no hay ninguna cosa que blanquee la piel”. Y por primera vez confesó: “Tengo un trastorno de la piel que destruye la pigmentación. Es algo que no puedo evitar. Pero cuando la gente inventa historias sobre que no quiero ser quien soy, me duele”. La voz de Jackson se quebró en ese momento. La enfermedad, llamada vitíligo, es de familia: “Es un problema para mí. Me entristece mucho”, y reconoció que utilizaba maquillaje para ocultar las manchas: “¿Por qué es eso tan importante? Para mí no lo es”.
”Procuro no mirarme al espejo. Nunca me gusta lo que veo”
El aspecto de Michael Jackson había cambiado mucho desde que era niño. Para explicar su transformación, se especuló mucho con las numerosas operaciones de cirugía estética a las que se había sometido. Aunque no lo especificó con detalle, sí dijo que eran menos de las que la gente pensaba: “Puedes contarlas con dos dedos”. Admitió que sí se había operado de la nariz (“como otra mucha gente que conozco”), pero que el resto era falso. “Nunca me he tocado los pómulos, nunca me he hecho los ojos, nunca me he hecho los labios. Van demasiado lejos. Son cosas que hace todo el mundo”.
A Jackson tampoco le complacía su imagen y mantenía su rechazo a los espejos, como cuando era niño: "Nunca estoy satisfecho con nada. Soy un perfeccionista, forma parte de lo que soy. Procuro no mirarme al espejo. Nunca me gusta lo que veo”.
¿Eres virgen?: “Soy un caballero”
La evasiva estrella, siempre celosa de su intimidad y de su vida privada, reconoció que estaba saliendo con Brooke Shields. Y entonces, Oprah hizo una pregunta que incluso a ella le resultó embarazosa (como reconocería después): "¿Eres virgen?" Todo sea por la audiencia. Michael no respondió. En realidad, a nadie le importaba. “Uhhhhh ¿cómo puedes hacerme esa pregunta? Soy un caballero”, dijo el cantante, quien rápidamente se cubrió la cara. “Eso es algo privado de lo que no debería hablar abiertamente. Puedes decir que estoy chapado a la antigua si quieres, pero eso es algo muy personal para mí… me da vergüenza”.
“Solo quiero ser amado”
Además de cantar a capella, de hacer un magistral 'beatbox' improvisado, y de tratar otros muchos asuntos (90 minutos dan para mucho), Michael Jackson hizo toda una declaración de intenciones manifestando lo que quería que la gente conociera del él: “Que soy un artista, un gran artista. Amo lo que hago y me encantaría que la gente amara lo que hago y ser amado. Solo quiero ser amado donde quiera que vaya. En todo el mundo. Amo a la gente de todas las razas desde el corazón, con verdadero afecto".
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop