Crítica ‘Competencia Oficial’: cómo retratar el esnobismo provocando carcajadas y no morir en el intento

La nueva película de Mariano Cohn y Gastón Duprat firman una comedia irreverente que se ríe de la perfección del cine

Óscar Martínez, Penélope Cruz y Antonio Banderas en un fotograma de 'Competencia Oficial'. / Mediapro

Hacer cine es sencillo, aunque hacer buen cine no tanto. Sin una fórmula que de las claves para saber qué hace 'buena' a una película, la odisea del éxito se convierte en un recorrido repleto de quimeras. Y precisamente es esta la base de Competencia Oficial, la nueva película de los directores Mariano Cohn y Gastón Duprat.

Para ponerse en situación: un octogenario cumple años y se encuentra con el reto personal de dejar su marca en la historia. ¿Y qué mejor manera que hacerlo a través del cine? Tiene los medios -y los millones-, así que solo le falta una directora que orqueste un proyecto que le eleve a la historia cinematográfica patria. Para ello solo tiene que acudir a Lola Cuevas, una directora nada ortodoxa -o quizá demasiado- que quiere hacer una "versión libre" de una novela premiada con el Nobel juntando a dos actores tan populares como diferentes.

Penélope Cruz capitanea una lucha de egos en la gran pantalla, aquí también conocida como reparto, conformada también por Antonio Banderas y Óscar Martínez. El primero es un actor excéntrico y popular, mientras que el segundo es un profesional de método tan, tan humilde que roza la superioridad moral. La directora en la ficción les junta porque su rivalidad puede marcar la diferencia en la película -de hecho, así se titula el proyecto-, aunque se acaba encontrando algo muy diferente.

Competencia Oficial - Tráiler

El trío, que más allá de otros rostros como Pilar Castro, Irene Escolar o José Luis Gómez, sabe quedarse con el público desde sus primeras apariciones en la cinta gracias a sus actuaciones -y meta-actuaciones-. Son pesos pesados del gremio actoral, aunque es cierto que Competencia Oficial saca una faceta suya no tan vista en sus últimos proyectos, la comedia.

Y es que la película baila entre la intensidad que su trama evoca y su irremediable tendencia hacia la comedia negra. Con mucho humor, la técnica de la ficticia directora Lola Cuevas borra la línea que separa la perfección del ridículo, aunque no lo hace en balde: saca a relucir la excelencia autoimpuesta de sus actores, llegando a sacar su peor casa solamente para tener un buen resultado. ¿Cuestionable? Por supuesto. ¿Efectivo? La película lo responde durante todo su metraje.

Aunque más allá de unas cuantas carcajas, una actuación brillante por su trinidad de protagonistas, y una elegancia solo conseguida por cómo encajan todos sus elementos; Competencia Oficial planteará dudas tan triviales como qué es el éxito o si conseguirlo te convierte en esa élite convertida en masa que ni Ortega y Gasset se habría atrevido a teorizar en su día.

Un metraje teóricamente cuestionable en cuanto a duración, pero que se pasa como un parpadeo disfrutando de la actuación libre, irreverente y que da la sensación de puro disfrute por parte de los actores pone la guinda a la que puede ser la película española de la temporada. De ser así, no sería extraño: lo tiene todo para copar los festivales que tanto ansía en la ficción.

  • CRÍTICA 'Competencia oficial'

Javier Rodrigo Saavedra

Cine y música. Música y cine. Y más, claro. Me...