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Los organizadores del MWC han vetado a algunas marcas rusas de la feria
El Pabellón ruso no exhibirá los productos móviles de ese país.
Al final la guerra salpica a todos los ámbitos, y tras los cuestionables actos que han llevado a Rusia a invadir Ucrania, el mundillo de la tecnología también se ve salpicado de una u otra manera.
No es la primera acción tomada contra Rusia. Tras la decisión tomada ayer de expulsar al país de Eurovisión, una medida que puede provocar más chanzas que consternación, ahora son los organizadores del ‘Mobile World Congress’ de Barcelona los que han decidido vetar a algunas compañías rusas de la feria electrónica.
El MWC de 2022 empieza en unos días, celebrándose desde el 28 de febrero al 3 de marzo, y la noticia del veto llega a través de la agencia Reuters, confirmada por el GSMA, que organiza el evento.
El pabellón ruso no exhibirá en sus pasillos los productos de telefonía móvil que estaban previstos, siguiendo las sanciones impuestas a Rusia tras la invasión de Ucrania. El GSMA denunció de manera rotunda la invasión en un comunicado a través de su página web.
Había dudas de si las medidas iban a ser más extremas, pero el jefe ejecutivo John Hoffman declaró que no hay planes de cancelación del evento, o incluso de cambiarlo de fecha. Sin embargo, añadió que “es una situación en constante evolución” y que “continuarán monitorizándola”.
Hoffman también dijo que hay un “puñado, varias” firmas rusas y ejecutivos de estas mismas que serán expulsados del evento, pero sin dar nombres concretos, tanto de marcas como de personas individuales. Las sanciones, según el mismo jefe ejecutivo, van evolucionando en tiempo real, por lo que la lista puede ir creciendo en los próximos días.
Eso no quita que compañías que tienen cierta relación con Rusia, como puede ser el caso de VimpelCom (empresa de telecomunicaciones holandesa), todavía puedan comprar su presencia en el ‘Mobile World Congress’ pagando a la asociación por un espacio dedicado.
La expectativa de visitantes este año era de entre 40.000 y 60.000, siendo el año en el que se quería ir volviendo a la normalidad. Iba a ser uno de los eventos con presencia física más alta desde el inicio de la pandemia, pero parece que el destino tenía otros planes.