Crítica ‘RED’: Pixar vuelve a hablarle maravillosamente a las adultas (y a a las que están camino de serlo)
La película apuesta por un mensaje necesario y quizá nunca antes visto en películas infantiles
Pixar es la factoría que alimenta de sueños las mentes de los niños de los 2000. No hace falta contar de dónde viene, aunque sí es interesante saber a dónde va: desde hace unos años, sus proyectos son dignos de análisis, pese a que la pandemia los haya relegado a un estreno doméstico en Disney+. Como es el caso de RED, su nueva película.
RED cuenta la historia de Mei Lee, una preadolescente que pretende ser perfecta como hija, amiga y estudiante, pero a la que la vida empieza a ponérselo difícil. Ya no es la pubertad -que también-, sino que de repente se convierte en un panda rojo gigante cada vez que sus emociones se desbordan. Y es un momento complicado para pasar por eso, puesto que más allá de cosas de la edad, su boyband favorita visita su ciudad y tiene muy claro que hará lo que sea para ir al concierto.
No hace falta ser un lince -que no un panda- para saber que toda la película gira en torno a una alegoría sobre el crecimiento, el camino a la madurez e incluso la menstruación. Esto hace que no se quede solamente en una historia infantil, tal y como a Disney le gusta firmar sus proyectos. Un rasgo que sin duda es un punto fuerte, pero que también podría significar su gran disculpa con el público infantil por unos últimos proyectos no tan orientados a ellos.
El panda rojo que camina sin torpeza al futuro de Pixar
La del Panda como metáfora de cambio es una premisa tan original como novedosa, pero que no deja de tener un gancho tan emocionante como el de hacer historia en la factoría: es la primera película en la historia de los estudios en estar hecha íntegramente por mujeres. De hecho, tal y como contó Lindsey Collins -su productora- a LOS40, el mismo Pixar se mostró muy interesado en que Domee Shi dirigiese la película. La confianza vino avalada por la experiencia de la profesional en los departamentos de otros proyectos, así como el corto que acompañó a Los Increíbles 2, BAO, y que se acabó alzando con el Premio Oscar. Un corto que, de alguna manera, ya adelantaba que Shi tenía muchas ganas de plasmar el desapego necesario que viene con la madurez.
Pero más allá de quién esté en los créditos, RED tiene también un trasfondo intercultural que vuelve a marcar la diferencia con otras películas. Y es que si Coco hablaba del Día de Muertos y la cultura mexicana y Luca nos adentraba en la Italia de los años 50, la aventura de Mei Lee y sus amigas habla de una familia china instaurada en Canadá, que mantiene sus tradiciones y convive a la perfección en la Toronto de los 2000. Unas características que, echando un vistazo rápido a la vida de la directora, lo convierten prácticamente en una película autobiográfica.
Algo que, lejos de hacerla tan personal que su concepto se diluya en los detalles, la refuerza especialmente. El cariño con el que se trata a la historia lo convierte en un reflejo para todas las niñas que vayan a pasar por esa situación en breve, e incluso en una mirada al pasado para el resto del público que sepa hacer funcionar el mecanismo de la nostalgia. Y aunque se use el femenino en vez del masculino como el general, las emociones sobrepasan cualquier género.
Pese a que Pixar no se quitará -ni quiere quitarse- su orientación al público infantil, esta película está obviamente destinada a preadolescentes y posteriores. Ahí viene la gran pregunta… ¿Es apta para los espectadores más pequeños?
La frontera roja del target infantil
Como se decía al principio de este texto, no hace falta contar de dónde viene Pixar. Sin embargo, nunca está de más recordar a aquellos juguetes que enseñaron el concepto de amistad a los más pequeños, esos superhéroes que se pusieron a dar lecciones familiares o incluso el coche que, después de perder una carrera, demostró que ganar no es lo más importante. Y no está de más, porque en los últmos años no hemos tenido nada parecido.
Toy Story 3 se presentó como un cierre perfecto dedicado a unos universitarios que en su día jugaron con Woody y Buzz, mientras que Monstruos University volvió a tirar de secuela para los fans acérrimos de Monstruos, SA. Pero cuando el estudio dejó de apostar por continuar franquicias, sacó proyectos como Del Revés, la mencionada Coco o Soul, con premisas tan interesantes como confusas para espectadores que, aun sin saberlo, buscaban encontrarse al Nemo o Rayo McQueen de su generación. Las emociones, la muerte o incluso el viaje metafísico del alma -¡ojo!- pasaron a segundo plano gracias a personajes tan llamativos como Alegría o 22; aunque perdían fuelle al no tener un mayor porcentaje destinado a los más pequeños.
Pixar, de manera consciente o no, ha reculado esta vez para mostrar un mensaje evidente y muy divertido al escenificarse como un panda rojo gigante y bastante torpe. Mei es el reflejo de una niña que dice mucho del nuevo Pixar, porque demuestra mucho de lo que esos antiguos proyectos demostraban: una película en la que los más pequeños disfruten, pero también se hagan preguntas.
Domee Shi ha traído un mensaje fresco pero con la fórmula antigua que tanto ansiaba el público, y aun sin llegar a tener el potencial que otros títulos tienen, sabe encauzar las peticiones de toda su audiencia. RED sabrá colocarse entre los más pequeños y guardar en sus recuerdos a ese panda tan simpático víctima de la magia, y quizá dentro de un tiempo, también pensarán en ella como la herramienta que realmente es: un manual para la vida adolescente. Y ahí, recordando a Mei, sabrán que vienen curvas… Pero que todo va a salir bien.
- CRÍTICA 'RED'
Javier Rodrigo Saavedra
Cine y música. Música y cine. Y más, claro. Me encontrarás en todo tipo de saraos cubriendo todo, desde...