Crítica ‘Jackass: Forever’: una celebración de lo absurdo por todo lo alto que te sacará una sonrisa

El fenómeno Jackass vuelve doblando su apuesta a más golpes, más risas... ¿Y más semen de cerdo?

Uno de los chicos de 'Jackass: Forever' a punto de hacerse mucho, mucho daño. / Imágenes cedidas por Paramount Pictures

¿Quién les iba a decir a los chicos de Jackass que seguirían haciendo lo mismo 20 años después? Posiblemente nadie, aunque no por la calidad de sus películas, sino por todo lo que se implican en ellas. Jackass: Forever llega a los cines diez años después de su última entrega, y lo hace sin reparar en golpes -y conmociones-.

La cuadrilla de Johnny Noxville ha vuelto al cine, pero esta vez no son esos chavales de 30 años cuyos huesos se arreglaban rápido y podían seguir haciendo el canelo. Ahora rondan los 50, y aunque tienen nuevas incorporaciones -mención especial a la última generación Jackass, igual de temerarios que los originales-, no se cortan de hacer lo mismo que en otras ocasiones. O incluso más bestia que nunca.

Aunque el tema de la edad podría ser un buen punto de partida para la película, Jackass: Forever vuelve a presentar una consecución de sketches absurdos que se balancean entre el dolor y las risas; por supuesto sin escatimar en recursos. Porque si algo ha aprendido el fan medio de Jackass, es que diez segundos son más que suficientes si los testículos de alguien van a salir mal parados frente a cámara.

Un broche de oro (posiblemente clavado en la cara de alguien)

Jackass: Forever no sorprende respecto a sus anteriores entregas -¿es que acaso lo ha intentado alguna vez?- pero sí que opta por elevar sus propias apuestas y hacerlo todo más grande, más complejo y, por supuesto, más doloroso. Hay sangre, animales salvajes, veneno, y mucho, mucho semen de cerdo.

Por supuesto, destaca el equipo original de la película; que lejos de achantarse, muestran sus dientes postizos con orgullo. Eso sí, esta vez el equipo de mentes pensantes ha subido tanto el listón que hay retos en los que aceptan, aunque terminan por mirar con absoluto pavor a cámara deseando que termine. De hecho, y no es por hacer spoiler, hay alguna que otra que acaba con consecuencias bastante serias.

Machine Gun Kelly junto a Johnny Noxille y Steve O, seguramente a punto de hacerse daño. / Imágenes cedidas por Paramount Pictures

El fenómeno Jackass se consolida en la nueva década con invitados tan inesperados como Machine Gun Kelly o Tyler, the Creator, que dejan claro que aun sabiendo dónde se están metiendo, se meten hasta el final. Una bonita representación para los fans más románticos con la saga, que llevan aguantando golpes en tercera persona durante tantas entregas.

Porque el dilema de la película -si es que tiene alguno- quizá sea en la gracia que hace pensar si deberías empatizar con el valiente que se ha dejado hacer lo que le están haciendo o si deberías reírte porque hace lo que está haciendo. En cualquiera de los dos casos, el espectador se encontrará una experiencia interesante en la que reirá más que sentirse mal por el actor en sí.

No se sabe si este será la gran despedida de Jackass al mundo, o si por lo que el cuerpo aguante -literalmente-. Pero lo que es seguro es que todos los espectadores nuevos que se enganchen en esta al fenómeno saldrán con una sonrisa por ver tantas secuencias tan absurdas como graciosas, mientras que los que han seguido todas sus entregas lo harán por volver a ver a sus chicos a la carga. Bueno, y por darse muchos golpes también.

  • CRÍTICA 'JACKASS: FOREVER'

Javier Rodrigo Saavedra

Redactor de LOS40 especializado en cine, series...