Batman El Impostor se convierte en imprescindible
Lo más parecido a The Batman que vas a encontrar en un cómic.
Con la nueva película de Batman buscando batir récords de taquilla en esta era de cine post-pandémico tan temida por las ‘majors’ de Hollywood, ECC cómics pone sobre la mesa una nueva historia ‘Black Label’ de El Caballero Oscuro de la que perfectamente podría haber bebido el largometraje de Matt Reeves.
Como sabéis, el sello ‘Black Label’ de DC es el responsable de llevar al lector adulto una selección más exclusiva de novelas gráficas firmadas por los principales talentos de la industria del cómic. Estas obras son desarrolladas con total libertad creativa tanto para guionistas como para dibujantes y, aunque muchas veces están fuera de la continuidad oficial, ayudan a enriquecer el universo del personaje con enfoques refrescantes.
Batman: El Impostor arranca con una historia que podría servir como argumento de esta nueva línea cinematográfica hiper-realista que ha inaugurado Matt Reeves en el cine.
En la Gotham City que todos conocemos, Batman ha empezado a matar. De la noche a la mañana, la policía de Gotham recibe un video en el que Batman cruza una línea que no ha cruzado nunca antes y ejecuta a tres prisioneros que habían sido capturados y reducidos.
El hecho de que los asesinados sean delincuentes reconocidos hace que la policía no dude de la veracidad de las grabaciones y pone a Bruce Wayne en jaque cuando la detective Wong empieza a seguirle la pista por la relación de Empresas Wayne con Batman tras la incautación de decenas de motocicletas escondidas por la ciudad para uso del vigilante.
El guion de ‘El Impostor’ sale de la mente de Mattson Tomlin, creador de ‘Proyecto Power’, la peli de Netflix que juntaba a Jamie Foxx y Joseph Gordon-Levitt en una historia de gente con super-poderes en nuestra realidad.
El guionista presenta una historia detectivesca sin fisuras en la que todas las piezas encajan; un cómic que, aunque con una narración pausada y con una fuerte base en el diálogo, avanza a muy buen ritmo y acaba devorándose de una sentada.
El complemento perfecto para este fuerte vínculo terrenal es el dibujante ganador de un Eisner, Andrea Sorrentino. El responsable de triunfos como Joker Sonrisa Asesina o Gideon Falls, tiene un dibujo con el punto foto-novelista perfecto para llevar esta historia a ese dominio cinematográfico del que hablábamos. Un dibujo oscuro y tremendamente expresivo, pero perfectamente legible, que se atreve con proposiciones de viñetas muy especiales para mantener al lector ‘alerta’ en secuencias de diálogo.
El equipo creativo lo cierra Jordie Bellaire, otra ganadora de Eisner en manos del color de la historia que desmuestra que, cuando hay un dibujo meritorio, la fórmula del ‘menos es más’ es el mejor camino a seguir.
Como suele ocurrir con las recopilaciones ‘Black Label’ de ECC, la paciencia se ve recompensada y aunque hemos tenido que esperar unos meses a que la historia se publicara en una serie de tres libros, por fin tenemos la oferta definitiva en un libro de tapa dura de 168 páginas a un atractivo precio de 19,95 euros, que nadie debería dejar escapar.