Maren: “Sería la leche colaborar con Amaia; creo que tenemos muchas cosas en común”
Con solo 19 años, esta bilbaína es capaz de transportarte a otra época con cada una de sus canciones. La entrevistamos para descubrir un poco más su dream pop
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Maren, fotografiada en la terraza de LOS40 en Madrid. / Lara Úbeda para LOS40.
Maren (Bilbao, 2002) tiene una asombrosa capacidad para condensar historias poderosas en versos que después convierte en canciones. Partiendo de un título evocador o divertido, esta joven cantante y compositora que debutó en 2021 con Margaritas y Lavanda construye todo su arsenal: un proyecto de pop único que combina intimismo, nostalgia y dobles sentidos.
Aprovechando su más reciente lanzamiento, la adictiva En el túnel de lavado, Maren visitó LOS40 para hablarnos un poco más sobre ella, sobre sus inquietudes, su proceso compositivo, la tiranía de los números, el reggaetón o sus colaboraciones soñadas.

Comienzas muy a componer muy joven, 14 años. ¿Qué es lo primero que te mueve por dentro? ¿Cuál es la necesidad que sientes de escribir canciones?
En mi familia son todos muy cantarines, mi madre es profe de música, mi familia hablaba de música todo el rato y siempre he estado rodeada de música, hay una canción escrita a mi tatarabuela, mi bisabuelo escribía canciones en la mina... todos estaban involucrados aunque no profesionalmente, pero siempre lo he tenido muy presente. De una forma muy natural fue aprender a tocar instrumentos y lo primero que se me ocurrió fue escribir mis canciones, entonces jugaba a eso, porque no me lo tomé en serio hasta que tuve entre once y catorce años, pero con seis años jugaba con mi prima a escribir canciones.
Con seis años jugaba con mi prima a escribir canciones
¿Conservas algunos de esos textos?
Sí, además en el último EP que saqué, que era un capricho en euskera, el puente del single Aurpegixek, que es "suhiltzaileak, suhiltzaileak", es de una canción mía de cuando tenía 6 años y pensé que sería guay recuperarlo.
Tu música tiene un punto nostálgico. Me recuerda a canciones de los 60 y 70, me lleva a mi época adolescente cuando empecé a escuchar este tipo de música de forma intensiva y no había móviles, ni Whatsapp ni vivía con tanta prisa. Es como una cápsula, ¿Cómo concibes tú tu música?
Me gustaría pensar que es eso, las referencias que yo tengo de los sesenta y los setenta, pero llevadas a hoy en día. Tampoco es imitar algo que ya está hecho. Es como, vamos a coger esto y hacer un híbrido con lo de ahora. Con las letras es con lo que más se juega, la parte de la música es muy importante pero creo que hacerlo contemporáneo es la manera en la que se escribe.
Creo que nunca tengo metas muy claras porque me gusta que pase lo que tenga que pasar. Y tampoco quiero estar en el antes ni en el después, siempre en el ahora
Tu voz y los coros en las canciones son muy musicales, son un instrumento más.
Sí, al final es el instrumento principal, y la uso para eso, para flotar más con los coros o darle incluso más fuerza.
Tu primer disco, ‘Margaritas y Lavanda’, salió hace un año. ¿Qué expectativas tenías cuando salió? ¿se han cumplido o no eres mucho de expectativas?
Creo que nunca tengo metas muy claras. O sea, tengo muchas en general, pero nunca muy claras porque me gusta que pase lo que tenga que pasar. Y tampoco quiero estar en el antes ni en el después, siempre en el ahora y ya está. Entonces, todo lo que pase lo agradezco mucho y todo me parece bueno. La acogida fue muy buena desde el principio así que estoy muy contenta porque es mi primer trabajo de larga duración, es algo muy pensado, muy intencionado, y que haya llegado a la gente y haya gustado es lo mejor que te puede pasar.
Me dan miedo muchas cosas, pero aunque me den miedo suelo hacerlas y además, no me planteo no hacerlas
Definitivamente, la pandemia sacó lo mejor de muchos artistas a nivel creativo y fue determinante para ti en tu forma de escribir y componer. ¿Cómo te ha condicionado?
Era mucho más fácil yo creo porque tenía mucho más tiempo, pero tuve una época en la que me volví loca de escribir tantas canciones (risas) y estar todo el rato pensando en eso. Pero tener todo ese tiempo para escribir hace que todo tenga más sentido junto y además llegas a sitios que en tu día a día, con las prisas, no llegas. En ese momento entrené mucho la forma de escribir.
¿Cómo recuerdas esos días de inspiración y encierro entre tanta incertidumbre y malas noticias?
Yo en general no miraba la televisión ni nada de eso porque me daba mucha angustia. Además, yo tengo la suerte de tener una casa con jardín, estaba en la casa familiar, con mi bisabuela, con mi abuela, entonces yo aproveché esos meses para rodearme de mi familia, que no estaba siempre con ellos, y de hacer cosas bonitas: hicimos un documental de la casa, cocinaba con mis abuelos, intentaba no pensar en todo lo que estaba pasando, intenté desconectarme para que no me afectara demasiado. Suena frío, pero intenté no agobiarme más de la cuenta.
En 'Fotosíntesis' abordas de una manera muy clara los miedos. ¿Cuáles son los tuyos ahora mismo y cómo han ido evolucionando?
Me dan miedo muchas cosas, pero aunque me den miedo suelo hacerlas y además, no me planteo no hacerlas, si tengo algo que me da miedo es como: "pues te aguantas" (risas), entonces, si algo me da miedo lo abordo así. Los miedos más tontos son los que no me puedo quitar. Me dan miedo los perros, pero los miedos grandes intento no pensarlos y seguir adelante.
¿Qué te ayuda a superarlos?
Gracias a la música he quitado muchísimos. Yo soy súper vergonzosa en general y he pasado a estar rodeada de gente todo el rato, de alguna manera estás representando un proyecto, no solo a tí misma, entonces te das cuenta de que te vas quitando las vergüenzas.
En ‘Debería ser normal’ me da la sensación de que hablas de una especie de miedo escénico o miedo a las expectativas... ¿Qué historias hay detrás de este tema?
Nunca he tenido miedo escénico en sí porque salir al escenario lo veo como que no es verdad. Como que esa gente está ahí pero que es una proyección. Nunca me parece real, aunque canten, es como un sueño que se acaba y te das cuenta de lo que ha pasado. Escribí esta canción con diecisiete o dieciocho y era porque me pasaba el día haciendo conciertos, de aquí para allá, y veo los stories de la gente de mi edad, de mi clase, y yo no hago ninguna de esas cosas. Yo no voy de fiesta, porque tampoco me gusta, y pensaba: "jo, ¿si fuese así sería más feliz?" y es un poco canción para tí mismo de "tú eres como eres y ya está".
También hay temas muy divertidos como Te Invito a Mi Piscina (para Matarte), que me ha hecho mucha gracia, a la vez que es muy antagónica, como la vida misma. ¿Cómo surge el tema?
Esta canción fue la que cambió la idea que tenía del disco en general, y el resto de canciones se escribieron a partir de esa canción, que fue como lo más loco. Quería usar esa ironía, el reírme de muchas cosas para contar cosas más importantes. Entonces, aunque la piscina era una canción chorra, a mí me parece de las más importantes del disco porque fue la primera vez que mezclé algo que estaba pensando con una broma y conseguir que la gente se ría de eso.
En esa línea, me gustó mucho La Estación Espacial de Teruel. ¿De dónde viene la idea, quizás de sentirte un poco marciana?
Fue diez minutos después de acabar La piscina, que me lo pasé tan bien que es que lloraba de la risa escribiendo. Y fue como: otra, otra, otra. Me senté, no sabía que escribir y fue soltando ideas. Luego la ves entera acabada y dices: "uy, el subconsciente qué listo es".
Los títulos de tus canciones y el de tu disco son entre surrealistas y sugerentes. ¿Te recreas mucho en ellos?
Creo que muchas veces las escribo a partir del título. La Piscina surgió así y la mayoría son una idea de que me pasa algo y le pongo título a lo que me ha pasado y a partir de eso ya escribo la canción. Si no tengo el título, después me cuesta mucho encontrarle uno.
Este año has lanzado una nueva canción, ‘En el túnel de lavado’, que está teniendo muy buena acogida. Al ver el vídeo, en uno de los comentarios, alguien te planteaba hacer una colaboración con Amaia Romero. ¿Qué te parecería?
Sería la leche, sería muy guay, yo creo que tenemos cosas en común en cuanto a lo artístico, en cuanto a cómo ver las cosas y cómo contarlas, sobre todo, y creo que sería muy guay. Pero claro, Amaia es Amaia (risas), molaría mucho.
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Maren, nada de reggaetón. Si hay que bailar, que sea con los Bee Gees. / Lara Úbeda
¿La conoces? ¿Has podido hablar con ella?
No, nunca, pero me gusta mucho lo que está haciendo con Alizzz en cuanto a sonido me gusta mucho.
Con la pandemia descartaste el lanzamiento de un primer disco que tenías preparado. Has dicho en alguna entrevista que esas canciones ya no te representan. Pero ¿y si dejan de representarte las de Margaritas y Lavanda?
No, la cuestión era que se había alargado tanto el proceso del EP. Eran canciones que compuse con trece, catorce o quince años y las iba a sacar con diecisiete y yo decía: "Es que he cambiado mucho".
En la primavera de 2022, la pandemia parece ya un lejano recuerdo... Tú que empezaste a girar con restricciones, ahora que no hay ¿Cómo has vivido la vuelta a la normalidad entre el público? ¿Mucho subidón?
Ha sido muy guay. Yo cantaba Teruel, por ejemplo, en teatros y la gente se ponía de pie y en algunos locales ni se podía, era como muy raro, y de repente, pasar de esto a festivales, además ha pasado tiempo y hay más gente que se la sabe. Entonces ver a gente eufórica bailando lo que tú has escrito, que hasta ahora no habías visto tanto el impacto, es muy guay. Lo que más me gusta de mi trabajo son los conciertos.
¿Cómo has llevado la gira? A nivel profesional es duro, pero también a nivel mental, ¿no?
Lo que pasa es que yo voy en furgoneta con mi madre desde que tengo ocho años, hacía mercados medievales con mi madre, entonces ya le he dado la vuelta a la península un millón de veces, además lo de salir a la carretera me gusta mucho. Yo al principio lo que pensaba era que iba con músicos profesionales, qué les voy a decir yo, que acabo de empezar, aunque sean mis canciones, ¿no?, cómo voy a guiar yo a esta gente, y lo guay es que nos llevamos súper bien y aunque el proyecto sea Maren, la banda somos todos y es muy divertido, tanto los viajes como tocar. Es como estar con amigos haciendo cosas muy guays. El planear el setlist es lo más complicado para mí.
Supongo que tu música se ha clasificado muchas veces como pop, indie, dream pop... ¿Tiene sentido que sigamos hablando de etiquetas cuando últimamente están tan desdibujadas?
No lo sé, creo que cada vez más veo que el pop se parece más al indie en muchas cosas y me parece guay que se esté rompiendo todo eso. Yo solía ser indie pero veo que gente que suena en LOS40, que digo, qué guay, ahora usan más guitarras eléctricas, Aitana sacó ese disco y veo que se está mezclando todo más. Me parece guay que no haya dos bandos y que todos cojamos un poco lo que queramos.
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Todo este verano, Maren seguirá presentando en su disco Margarita y Lavanda. / Lara Úbeda
Hoy en día, los números traen de cabeza a los artistas. Que si estar en el top de Spotify, que si X millones de reproducciones en YouTube... ¿A ti esto te preocupa?
No y sí. Yo entiendo hasta donde llego, entonces no me preocupa, pero sí que estás atento y pones mucho esfuerzo en que todo lo que haces llegue a la mayoría de gente posible. Luego, claro, como todo son algoritmos que ya se escapan de tus manos, pues no lo pienso demasiado.
Eres muy joven y compones pop, pero hoy la mayoría de los jóvenes se asocian con movimientos como la música urbana o el reggaetón. ¿Escuchas estos estilos como la mayoría de gente de tu edad?
La verdad es que no, además, nunca. Mis amigos escuchan y por mí genial, pero es algo que no escucho. Mis amigas antes me preguntaban: ¿Y con qué bailas? Y yo pues con los Bee Gees... me gusta más ese tipo de música que la urbana, la verdad.
Todo está pensado con lo que tengo, no pienso en las cosas que me gustaría tener ni en abarcar mucho, me gusta enseñar literalmente las cosas como son
Además de cantante y compositora, también exploras tu perfil como fotógrafa y todos los artes de tus portadas son tuyos ¿Qué crees que puede aportar la fotografía a tu música y viceversa?
Siempre que escribo algo ya lo estoy viendo en la cabeza, también lo veo todo bastante simple, la portada del disco está sacada con la analógica de mi tío en mi estudio, que era el gallinero de mi abuela. Todo está pensado con lo que tengo, no pienso en las cosas que me gustaría tener ni en abarcar mucho, me gusta enseñar literalmente las cosas como son, entonces me inspiran mucho las cosas del día a día. En mi familia a todos les encanta la fotografía. Mi bisabuela tiene un book suyo de mogollón de fotos.
También encuentras inspiración en tus viajes en furgoneta. Imagino que son una mina para tus canciones...
Sí, mi sitio favorito del mundo es una parte de Francia por los atardeceres y llevo yendo desde pequeña y creo que bastante de la inspiración del disco es de ahí: un sitio que tenga sol, Fotosíntesis es ese sol, ese atardecer y cómo lo recuerdo yo en todos estos años.
Hasta la fecha tienes una colaboración con Annie B Sweet: Margarette, todos lloran por ti. ¿Tienes en mente alguna otra colaboración que nos vaya a sorprender?
Sí que me gustaría y tengo alguna idea pero no lo sé. Creo que es muy guay cuando te juntas con otro artista para hacer algo, no solo porque puedas mezclar tu público con el suyo, sino porque de eso siempre sale algo diferente. Pero sí, me gustaría hacer alguna colaboración, estoy dándole vueltas. Estoy trabajando en una colaboración muy guay con un grupo argentino que me gusta mucho.
Lo que más me gusta de mi trabajo son los conciertos
¿Qué otros planes tienes para los próximos meses?
Ahora seguramente grabe una nueva canción para el mes que viene y hacer los conciertos de verano presentando el disco y mis dos últimos singles. Sobre todo, dar muchos conciertos y llegar a la gente en directo, que es lo más divertido.
Sobre la firma

Selene Moral
Periodista y redactora Jefe en LOS40. Escribo mails y a veces artículos.