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El día que Genesis se sentó en la taquilla del Roxy y vendió entradas… para ver a Genesis
Un concierto íntimo y exclusivo al que solo podían acceder 500 personas
La expectación era máxima. Genesis estaba en Los Ángeles y había anunciado un concierto sorpresa: íntimo y exclusivo para 500 personas. El 24 de Mayo de 1980, cientos de fans acudieron a la taquilla del Roxy y esperaron pacientemente para conseguir su localidad. Jamás imaginaron que, quienes estaban allí sentados, despachando los boletos, eran los mismísimos Phil Collins, Tony Banks y Mike Rutherford.
Genesis despachando boletos para ver a Genesis
Una ruptura matrimonial muy fructífera
Tras la marcha del guitarrista Steve Hackett en 1977, Genesis se había quedado reducido a Tony Banks (teclista), Mike Rutherford (bajista) y Phil Collins (vocalista/ batería). Comercialmente, la formación más exitosa. Después de la gira del anterior disco, ...And then there were three... (1978), el trío había decidido tomarse un respiro. Su apretado calendario de conciertos supuso una enorme presión, particularmente para Collins, cuyo matrimonio corría el riesgo de desmoronarse. El cantante pasaba mucho tiempo fuera de casa y su mujer, Andrea, le había advertido que se marcharía si emprendía ese tour. Y eso es lo que hizo: a finales de 1978 se fue a Vancouver con sus hijos. Para Phil, su familia estaba por encima de la banda y decidió ir a Canadá para intentar recomponer su relación.
A pesar del intento, el matrimonio de Phil Collins se rompió. El artista regresó a Reino Unido y escribió una gran cantidad de material que se utilizó a Duke (publicado en marzo de 1980). Ya sin presión, Genesis apoyó el lanzamiento del que era el décimo álbum de la banda inglesa de rock progresivo, con una gira de 78 conciertos por Europa y Norteamérica (entre Marzo y Junio de 1980). Como no habían tocado en Reino Unido desde 1977, el 'Duke Tour' empezó con 40 fechas en su país y con las 108.000 entradas disponibles agotadas pocas horas después de ponerse a la venta.
Un evento inesperado y exclusivo
En 1980, Genesis era una banda firmemente consolidada a ambos lados del Atlántico. Así quedaba evidenciado, tanto en la venta de sus álbumes como en la rapidez con la que despachaban las localidades para sus shows. El 17 de Mayo de 1980, el trío inglés saltó el charco e inició su recorrido por Canadá y Estados Unidos. El día 24 llegaron a California y tocaron en The Long Beach Arena… no quedó ni una sola entrada por vender. El grupo decidió entonces sorprender a sus seguidores de Los Ángeles y anunció un concierto inesperado que pilló a todos por sorpresa. Tocarían el 25 de Mayo en el Roxy. Sería una actuación benéfica, y el dinero recaudado se destinaría a un par de hospitales locales: Children's Hospital y St. Jude.
Acostumbrados a moverse en estadios y espacios de gran aforo, el trío británico optó por hacer un concierto íntimo y exclusivo para 500 fans. El recinto escogido, el Roxy, es un icónico local nocturno situado en Sunset Boulevard, West Hollywood, y tenía un significado especial para el grupo. Tres meses después de su inauguración, en Septiembre de 1973, Genesis (entonces con Peter Gabriel al frente) se convirtió en la segunda banda que tocaba en el club (Neil Young y los Crazy Horses habían sido los primeros). La banda actuó durante varios días consecutivos en los que, según los fans y los medios, fueron algunos de sus mejores directos. Una reseña en Los Angeles Times coincidía al señalar: "Genesis ha realizado uno de los más exhaustivamente sofisticados shows de rock de todos los tiempos".
Genesis despachando boletos para ver a Genesis
En cuanto tuvieron conocimiento de ese concierto sorpresa en el Roxy, y las entradas se pusieron a la venta, 24 horas antes del show, los fans acudieron rápidamente a la taquilla y empezaron a guardar cola. No se imaginaban que situados tras el cristal de la taquilla, allí sentados, estaban los mismísimos Genesis.
Phil Collins, Tony Banks y Mike Rutherford, habían decidido poner un poco de diversión extra al evento y se situaron de cara al público para convertirse en los taquilleros que vendían entradas para su propio concierto. La gente se quedó atónita. Ni en sus mejores sueños hubieran imaginado ver allí a sus ídolos: Genesis despachando boletos para ver a Genesis. Y no se limitaban a cobrar la entrada. También estampaban su firma…
No todos los que permanecieron esperando en la fila tuvieron la fortuna de conseguir su entrada - recordamos que el aforo era reducido (500 personas). Pero aquellos que tuvieron la suerte de encontrarse con Genesis en la taquilla, conseguir su entrada autografiada, y poco después verles el escenario del Roxy, no lo olvidaron jamás.
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop