Cierra la mítica sala Caracol de Madrid
Cuando está a punto de cumplir 30 años, la sala de la calle Bernardino Obregón baja la persiana temporalmente por orden judicial
La Justicia vuelve a golpear a la Sala Caracol de Madrid. El mítico espacio musical de la capital que lleva abierto al público casi 30 años en la calle Bernardino Obregón, cierra temporalmente sus puertas por orden judicial, tal y como los dueños han comunicado públicamente este mismo jueves 2 de junio.
Esta sala, que es todo un referente de la música en directo en nuestro país, baja su persiana rodeada de polémica "La Sala Caracol se ha visto obligada a cerrar temporalmente al existir una controversia judicial muy grave con la propiedad de la nave, que se quiere apropiar de la marca y de la explotación del local, pese a que Caracol responde a unos valores, principios y a una historia de 30 años de cultura, que todos conocen y no se pueden copiar sin más", ha querido recalcar Ricardo Ibáñez, representante público de la sala.
Ibañez ha explicado que esperan poder abrir pronto de nuevo sus puertas y ha indicado que la decisión ha sido tomada por la titular del juzgado de primera instancia 40 de Madrid. Desde la sala, tal y como ha defendido su portavoz, están dispuestos a acatar la orden judicial. Sin embargo, no la comparten "en modo alguno". "Puede ser formalmente correcta, pero es totalmente y absolutamente injusta", ha querido apuntar para sostener también que esta medida tan drástica se ha tomado sin tan siquiera realizar una visita a la nave del número 18 de la calle Bernardino Obregón.
La sala ha sido precintada anteriormente
Esta no es la primera vez que la sala Caracol se ve obligada a parar su actividad. El recinto que acoge semanalmente conciertos de diferentes estilos musicales ha sido precintado en varias ocasiones por el Consistorio de Madrid. De hecho, el local estuvo clausuarado desde abril de 2001 hasta mayo de 2002 por "incumplimiento reiterado de las ordenanzas"; más tarde en 2004 por no cumplir la normativa de evacuación en caso de incendios y en 2005, uno de los cierres más sonados, llegó solo dos días antes de un concierto de Los Ronaldos, cuando se le exigía a los dueños que se adaptasen a una nueva normativa que se aplicaba sobre este tipo de negocios.
"Esperamos que la controversia se resuelva en breve, porque sigue el diálogo y hay otros jueces que conocen del asunto. En todo caso, Caracol no va a morir nunca por mucho que algunos se empeñen", han defendido desde la sala ante este nuevo cierre.
Madird ya ha dicho adiós a la Costelo, la We Rock y más
Este adiós, quién sabe si temporal o definitivo, de la sala Caracol no es el primero que vive Madrid en los últimos años. La capital, que con la movida madrileña vivió un momento de efervescencia musical que ha ido mucho más allá de este movimiento, se ha despedido ya de lo que para los amantes de la música en directo eran verdaderos emblemas de la ciudad.
Madrid ha visto cerrar, entre otras, a la sala Nasti, en la que cada semana unos pocos afortunados tuvieron la oportunidad de ver directos que han pasado a la historia como los de Dover y que cesó su actividad ahogada por las deudas aunque después abrió el Maravillas Club; a la sala Excalibur, que fue conocida como el templo del rock madrileño; a la We Rock, que se despidió justo antes de la pandemia porque literalmente "su negocio no funcionaba"; y la sala Costelo, donde el pasado 2021 se puso fin a la música en vivo después de 12 años en los que sirivió de trampolín para grupos nacionales como Supersubmarina, Izal, Viva Suecia e incluso Vetusta Morla.
En este último caso, la sala Costelo también reabrió sus puertas con el nombre Cadavra Cub, un espacio que desde noviembre de 2021 no deja de acoger conciertos de bandas del mundo del indie, el rock, el flamenco y la electrónica.
Carolina Martínez
Periodista y SEO editorial en LOS40. Propongo estrategias y escribo sobre todo lo que mande la actualidad....