¿Y si decimos adiós (definitivamente) a las bolsas de plástico?

Este domingo se celebra el Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico. Su uso, aunque se ha reducido, sigue suponiendo un grave problema medioambiental

Una bolsa de plástico fotografiada en el océano Pacífico. / Photo by Reinhard Dirscherl\ullstein bild via Getty Images

Mariví y Juanjo están pasando unas vacaciones de ensueño en Isla Cristina (Huelva). Han viajado hasta allí desde Pamplona en busca de tranquilidad y playa. Todo es perfecto… salvo la basura. Y más concretamente, las bolsas de plástico que se acumulan en algunos de los pinares cercanos a la localidad andaluza.

“Es muy triste ver cómo un lugar tan bonito está lleno de bolsas. Parece un vertedero. No sé si es que la gente es muy guarra, si es porque no hay suficientes servicios de limpieza o por qué”, se lamenta Mariví, “pero esto es una vergüenza y no debería ocurrir”.

Con el objetivo de poner el foco mediático en este problema, cada 3 de julio se celebra el Día Internacional Libre de las Bolsas de Plástico. Una fecha para tratar de concienciar a toda la sociedad sobre el daño que su uso provoca en el medioambiente, así como la importancia de emplear alternativas, como las bolsas reutilizables de tela o de rafia.

Se calcula que más del 80% de la basura del mar es plástico

Aunque el mar (y las playas) son el último eslabón visible donde terminan las bolsas, el problema empieza antes: en el supermercado. Allí, miles de ellas se utilizan cada día para llevar la compra. Eso, a pesar de que España prohibió la entrega gratuita de bolsas de plástico en supermercados y comercios el 1 de enero de 2021. La realidad es que las seguimos usando: cada español usa una media de 144 bolsas de plástico al año, lo que supone más de 6.500 millones en total.

'Comiendo plástico'

La dimensión del problema es preocupante: se calcula que más del 80% de la basura del mar es plástico. Cuando se va deshaciendo, las micropartículas son ingeridas por los peces y acaban llegando a nuestros estómagos. Y, de ahí, al resto del organismo. De hecho, esos microplásticos no sólo están en los alimentos, también pueden llegar por el agua que bebemos. Cada semana, una persona ingiere 5 gramos de plástico al comer, beber o respirar. Para entendernos: es como si nos comiéramos una tarjeta de crédito.

  • Reduce el consumo de plástico

El ejemplo más extremo de toda esa presencia del plástico en el mar es la llamada isla de plástico del Pacífico, también conocida como el séptimo continente. El nombre no se queda corto: su extensión triplica el tamaño de Francia. Una gigantesca masa de basura ubicada a mitad de camino entre California y Hawai, formada por 1,8 billones de bolsas de plástico de distintos tamaños, y que cada año mata a miles de animales marinos.