Especial
Otra forma de viajar es posible: así es el turismo sostenible
Cada verano crecen las iniciativas orientadas a quienes quieren viajar de una manera respetuosa con el medio ambiente y los habitantes locales de los destinos
En el año 2000 llegó a los cines una de las películas que, a la postre, acabaría siendo una de las más taquilleras del año. En La Playa, un joven Leonardo Di Caprio lo abandona todo para irse a vivir a una remota y paradisíaca isla del Océano Índico, lejos de la tecnología y del mundo moderno, para vivir una experiencia transformadora única.
Aquella playa existe. Se llama Maya Bay y está ubicada en la isla tailandesa de Ko Phi Phi Leh. Pero visitarla está muy alejado de lo que refleja la película dirigida por Danny Boyle: la popularidad de la cinta provocó una auténtica avalancha de turistas. Eran tantos que, en 2018, las autoridades locales se vieron obligadas a cerrarla para frenar su imparable deterioro. El lugar recibía a unas 4.000 personas diarias, lo que había hecho mella en las especies animales del ecosistema, y otras 200 embarcaciones atracaban cada día frente a la playa, lo que había provocado la retirada del coral. Más que un paraíso, Maya Bay se había convertido en un vertedero.
El ejemplo de Maya Bay ilustra a la perfección que el turismo puede suponer, en ocasiones, una amenaza para los destinos a los que viajamos. Por ello, cada vez son más los que apuestan por viajar de una manera respetuosa y sostenible. Pero, ¿cómo se hace eso exactamente? ¡Vamos a verlo!
Hacia nuevos horizontes
De entrada, lo primero que viene a la cabeza cuando hablamos de viajes es el medio de transporte que utilizamos. Porque, evidentemente, la huella de carbono que generamos es muy distinta. Según la Agencia Ambiental Europea, el pasajero de un tren emite 14 gramos de dióxido de carbono (CO2) por kilómetro, frente a los 285 gramos que emite si se desplaza en avión. En coche, y aunque depende de la potencia del modelo, las emisiones rondan los 200 gramos de CO2 por kilómetro.
Dado que para llegar a determinados destinos el avión es la única opción, algunas compañías aéreas han empezado a incluir en sus billetes la información sobre las emisiones de CO2 de cada viaje. Una manera útil de conocerlas y, así, poder compensar en otros aspectos de las vacaciones. Spoiler: es posible hacerlo.
¿Pero qué es exactamente el turismo sostenible? Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), se trata de aquel que tiene en cuenta tres aspectos esenciales: en primer lugar, optimizar los recursos medioambientales, lo que pasa por cuidar el entorno natural y su biodiversidad. En segundo, respetar la cultura local y sus gentes. Y por último, que no menos importante, la apuesta por una distribución justa de la riqueza que vamos a generar en el destino. Porque no es lo miso gastar el dinero en un artesano local que en una gran superficie. Se trata, según la OMT, de fomentar aquellas actividades económicas que perduren en el tiempo.
A todo ello hay que añadir las mismas prácticas que, seguramente, ya realices en tu propio país: usar el transporte público (o la bicicleta) siempre que sea posible. Evitar el uso de plásticos, especialmente los de un solo uso. Reciclar correctamente los distintos residuos. Y, por qué no, intentar que tu viaje sea algo más que un posado constante en Instagram: es mejor disfrutar del destino por y para ti mismo que dedicarte al postureo. Sí: los locales están hartos de que todo el mundo se haga el mismo selfie en la misma esquina.
El turismo sostenible gana terreno. Tras la crisis sanitaria, un informe de Booking señaló que un 61% de ciudadanos son partidarios de viajar de una forma más respetuosa. Sin embargo, el 49% cree que no hay suficientes opciones de viajes sostenibles disponibles. Es tarea de todos trabajar para que esas opciones sean cada vez más y más respetuosas. Porque al fin y al cabo, a todos nos gusta ir a una playa como aquella en la que se bañaba un joven Leonardo DiCaprio y encontrar algo más que basura y multitudes.