Carpas koi o gafas a 16 grados: Las demandas de Elton John, Eminem o Prince ‘detrás del escenario’

Requisitos que en muchas ocasiones pueden ser estraños, ridículos o absurdos

Los requisitos más raraos de los artistas "detrás del escenario" / Getty Images

Muchos promotores de conciertos se echan a temblar cuando tienen delante la lista de demandas de las superestrellas. Son requisitos ineludibles que deben cumplir si quieren que se lleve a cabo la actuación de ese artista (o grupo). El trabajo de encontrar cualquier artículo - en ocasiones extraño, absurdo o ridículo - es a veces misión imposible. Estas cláusulas, que alguna vez trascienden, permiten que vislumbremos cómo son las ‘celebrities’ detrás del escenario.

Van Halen: Un bol de M&M’s (Rotundamente prohibidos los marrones)

Van Halen dio mucho que hablar cuando se desveló una de sus exigencias durante su tour mundial de 1982. Se convirtió en uno de los requisitos más extraños y absurdos de los que se han conocido jamás. En cada una de las paradas de su gira, los legendarios rockeros querían encontrar un cuenco de M&M’s esperando. Pero exigían expresamente, con letras mayúsculas y subrayadas: “Advertencia: Rotundamente prohibidos los marrones”. La cláusula especificaba que, de no ser así, se cancelaría el concierto y el promotor perdería el dinero de las entradas. Es decir que, previamente, alguien tenía que dedicarse a retirar, uno a uno, todos los pedacitos de chocolate revestidos de azúcar de color marrón. Los amarillos, verdes, naranjas o azules sí les valían.

Van Halen / DON EMMERT/AFP via Getty Images

Sonaba a capricho de divo. No estaba en consonancia con lo que se esperaba de una banda de rock y durante años se tachó de gran necedad. En 2012, David Lee Roth explicó en una entrevista que ese bol sin M&M’s marrones era en realidad un indicador muy importante para ellos. Así sabían si el promotor del concierto había leído realmente el complicado contrato de la banda. "Van Halen fue la primera banda que llevaba 850 lámparas encendidas – luces gigantes – por todo el país. En esa época, era la mayor producción que se hubiera hecho jamás. Si entrabas en el backstage, y veías M&M’s marrones en la mesa de catering, entonces tenías la seguridad de que el promotor no había leído la clausula del contrato y teníamos que hacer una concienzuda comprobación de toda la instalación eléctrica del escenario”.

Elton John: una habitación entera para sus gafas

El nivel de caprichos excéntricos de Elton John en las cláusulas de sus contratos es elevado. El que más titulares ocupó tiene que ver con su conocidísima colección de gafas. Cuando en 2013 fue a Brasil para actuar en el estadio Mineirao, pidió dos habitaciones independientes en el hotel de cinco estrellas Ouro Minas de Belo Horizonte en el que se alojaba. Una para él y la otra… para sus gafas. Según un portavoz de la compañía de producción del músico, la reserva de esa segunda estancia se debía a que “necesita una temperatura exacta de 16 grados para proteger los accesorios”.

Elton Jhon / Marcelo Benitez/LatinContent via Getty Images

Y es que las gafas es una de las obsesiones de Sir Elton. En 2021 admitió que tenía más de 250.000 pares: “Vale, tengo un cuarto de millón de gafas, pero no tengo ni iPod ni móvil. Dejadme vivir en paz, venga”. Obviamente, no se las lleva todas de gira, pero sí que debe viajar con una gran parte de su preciada colección cuando reserva una habitación exclusivamente para ellas.

Eminem: carpas koi y un estanque

Uno nunca podría imaginar lo que una gran estrella internacional como Eminem podría incluir entre sus peticiones. Cuando actuó en el festival Belfast Vital de Irlanda del Norte en 2010, medios británicos como NME resaltaban en negrita el requerimiento del rapero en la cláusula de su contrato: carpas koi y un estanque especial de madera en la zona del backstage. Quizá porque, según dicen, su movimiento es relajante.

Eminem / Kevin Winter/Getty Images

El caso es que Eminem quería llenar su vestuario de esa especie de criaturas acuáticas que pueden costar entre 200 y 600 libras cada una. Su amiga Skylar Grey le disculpó - “Me da pena de Eminem porque tiene una vida muy solitaria. Es triste. Le veo muy solo. Me pregunto si tiene algún amigo verdadero. Todos buscan algo de él" – y esperaba que las preciadas carpas le proporcionen la compañía que tanto anhelaba.

Paul McCartney: Es muy importante una florista reputada

Paul McCartney está acostumbrado a que le hagan la reverencia a su paso, a recibir todo tipo de halagos y a ser complacido cualquiera que sea su deseo. Así que no se corta. Conocido activista de los derechos de los animales, además prohibir la carne y “cualquier producto cárnico” en el catering, rechaza viajar en limusina con asientos de piel y demanda a los responsables de los recintos que supriman de su camerino todo el mobiliario forrado o estampado de piel animal. Solo acepta muebles de madera natural.

Paul McCartney / Getty Images

En una copia de su contrato, obtenido por Thesmokinggun.com, proporciona instrucciones específicas sobre los arreglos florales que requiere: “Paul McCartney es muy aficionado a las flores… es muy importante que se cuente con una florista reputada”. Demandaba ramos de lilas blancas, rosas blancas y rosas, dos arreglos de fresias, así como eucaliptos llorones, dos macetas de gardenias y un ramo de flores silvestres. Los arreglos florales deben costar, al menos, 200 dólares. También pedía seis plantas de al menos 1’8 metros de altura y dos de 1’2 metros, sugiriendo a los responsables del recinto que compraran “palmeras, bambú, lirios etc (pero) no troncos de árboles”. Cuenta la leyenda (que puede no ser cierta) que McCartney rechazaba salir al escenario si una planta sobrepasaba la medida requerida.

Prince: Todo envuelto en plástico

Dada su notable reputación de extravagante, no sorprendían especialmente las exigencias del genio de Minneapolis a los promotores de sus conciertos. En su tour Musicology de 2004, su acuerdo dictaminaba: “Toda la comida en el camerino debe estar envuelta en plástico transparente hasta no ser desenvuelta por el artista principal. Esto es absolutamente necesario”. Prince fue un paso más allá cuando solicitó que ni los montadores del escenario ni el personal técnico tuvieran contacto visual con él. Que no le miraran, vaya.

Prince / Michael Ochs Archives/Getty Images

En 2007, cuando fue cabeza de cartel del Hop Farm Festival en Reino Unido UK, afloró su comportamiento de divo cuando elaboró una lista de requisitos de lo más estrambótica. Según el tabloide The Sun, pidió que una limusina le recogiera en su camerino y le transportara los 25 metros que le separaran del escenario. Su vestuario se diseñó exclusivamente para él y se tuvo que rehacer tres veces antes de recibir el visto bueno. El staff del festival fue requerido para que lo pintara de color púrpura y lo decorara con mesas, sillas y tapices púrpura.

Cuando tocó en el O2 Arena de Londres (durante 21 noches consecutivas) en 2007, pidió que le construyeran una lujosa casa completa de cinco dormitorios dentro del recinto londinense (el antiguo Millennium Dome). Al parecer, este deseo no se pudo cumplir.

Alicia Sánchez

Periodista en busca de historias chulas del pop...