Especial
'Balada para Sophie' es lo mejor que he leído en mucho, mucho tiempo
Un trabajo excelente y uno de esos pocos cómics que pellizcan el corazón.
Siempre, antes de escribir una reseña, suelo dar una última hojeada al libro para refrescar la memoria y evocar pensamientos y sensaciones que surgieron durante la lectura. Al abrir ‘Balada para Sophie’ en busca de ese estímulo que ayuda a articular ese primer párrafo de la reseña he ido directamente a las últimas páginas de la historia y me ha vuelto a poner los pelos de punta.
No pasa a menudo; incluso a los que leemos comic/novela gráfica con asiduidad nos cuesta encontrar libros realmente especiales. Historias diferentes, en este caso más sensibles y con la capacidad de pellizcarte el corazón.
Balada para Sophie es uno de esos ‘rara avis’, uno los mejores libros que he leído en mi vida (en este momento diría que el mejor, pero hay que contenerse) y no veo un escenario en el que caiga de mi puesto personal como ‘mejor lectura de 2022’.
El libro arranca con la visita de Adeline Jourdain, periodista de Le Monde, a Julien Dubois, un maestro pianista de vida turbia que vive retirado y aislado en su mansión, con la intención de contar su historia en un reportaje especial para su periódico.
Para ello, la chica aguanta lo necesario con el fin de ganarse el aprecio del pianista para que, poco a poco, desgrane la historia de su vida para ella.
Esa historia, marcada por una rivalidad musical que marcó su vida a una temprana edad, tiene una historia de amor, un villano y una única partitura.
La narración, aunque respetando el sentido de la línea temporal que marca la vida de Julien, está fragmentada en capítulos que centran la atención en cada uno de los personajes importantes de la historia, por lo que la información que recibe el lector cada vez es más precisa y le prepara para anticiparse a un final que marca para siempre y hace que cerremos el libro llenos de emoción.
Al acabar la lectura, que se vive como una película, saltas del sofá al ordenador y le preguntas a Google quién es el guionista. Resulta que Filipe Melo, a sus 44 años, es pianista de Jazz, director de cine y guionista de cómics; trasfondo que te hace comprender y apreciar todavía más la sensibilidad de esta obra.
El otro 50% de la experiencia cae en manos de Juan Cavia, colaborador habitual de Filipe Melo; un ilustrador de Buenos Aires también metido en el diseño de producción audiovisual y culpable de que las líneas de Filipe Melo cobren vida como personajes de carne y hueso a los que podemos conocer.
Su trabajo como ilustrador es simplemente delicioso. A un diseño de personajes excelente se suma una capacidad narrativa excepcional y una frescura sinigual que libera al artista para abordar el álbum sin ningún tipo de barrera artística; viñetas que nos dejan ver parte del encaje del dibujo, diferentes selecciones de color para flashbacks o secuencias oníricas… El trabajo de Cavia en este álbum es un 10 rotundo.
Con este ‘dream team’ al volante, uno se pregunta qué ha pasado con los cuatro premios Eisner que se han quedado en nominación. Tendremos que investigar el resto de trabajos porque, tras cerrar album, me cuesta creer que haya por ahí otro libro mejor que este.
Balada para Sophie es una de las mejores experiencias que he tenido con un libro en las manos. Es una historia preciosa, sensible, especial y tiene un dibujo sin igual. No importa si eres de cómic o no, hazte con este libro y date la oportunidad de vivir la experiencia porque pocas tendrás en la vida como ésta.