La decisión que cambió la vida de Elton John
"Si no hacía nada, podría terminar como Elvis Presley"
Elton John estaba asustado. Y no se le iba de la cabeza la imagen "terrible" de Elvis Presley el día que le conoció: "Abotargado, con el tinte de pelo goteando por su frente". Durante dos décadas había sido adicto a las drogas, al alcohol, al sexo. También tuvo desórdenes alimenticios. Su vida era caótica, había perdido por completo el contacto con la realidad. Un megalómano insufrible: "Es increíble lo horrible y estúpido que era". El 29 de Agosto de 1990, dio un paso que cambiaría su vida para siempre: entró en un centro de rehabilitación y desafió sus adicciones y sus problemas de salud mental. La historia, que nunca ha ocultado, tuvo un final feliz… e inspirador.
Adicto a la cocaína, al sexo, alcohólico, bulímico
En 1990, Elton John era una indiscutible estrella mundial, una consolidada leyenda del rock. Tenía entonces 43 años, 20 de ellos metido de lleno en una espiral de autodestrucción y desesperación. Reginald Kenneth Dwight no ha ocultado nunca su lado más oscuro. Todo lo contrario: "Era adicto a la cocaína. Era alcohólico. Tenía adicción al sexo. Fui bulímico durante seis años. Fue en una época en la que me volví paranoico con mi peso, pero no era capaz de parar de comer", declaraba en una entrevista realizada por Philip Norman (autor del libro Sir Elton: The Definitive Biography), para Mirror. Y añadía: "Por la mañana, tomaba un desayuno inglés completo (bacon, huevos y tomate frito...), seguido de 20 cuencos de berberechos y un cubo de helado… así que lo devolvía todo. Si estaba comiendo curry, no veía la hora de vomitar para poder comer lo siguiente".
De las consecuencias de esa época batallando con los demonios de las drogas y el alcohol, confesaba en Los Angeles Times: "Solía permanecer despierto algunas veces durante días… hacía conciertos tres noches seguidas sin dormir". Sus adicciones y su extraordinaria fama, le convirtieron en un monstruo megalómano: "Es increíble lo horrible y estúpido que era. En las giras, me marchaba de la suite de un hotel porque no me gustaba el color de la colcha. Recuerdo que un día, miré desde fuera la habitación, y dije, "Tiene mucho viento, ¿alguien podría hacer algo para arreglarlo?'", revelaba en Mirror.
"¡Voy a morir!"
En 1975, intentó suicidarse... por segunda vez. Estaba en Los Ángeles, con su familia, todos alrededor de su piscina, cuando ingirió 60 pastillas de Valium. "Me las metí frente a mi madre y mi abuela, gritando '¡Voy a morir!'. Recuerdo que, mientras me las sacaban, escuche a mi abuela diciendo, 'supongo que ahora todos tenemos que volver a casa'. Su vida de excesos, gradualmente, le habían ido alejando de su madre Sheila. "Mi madre siempre me había apoyado. Pero a mediados de los 80s, incluso ella ya había aguantado suficiente".
"Sabía que si no hacía nada, podría terminar como Elvis Presley"
En ese periodo caótico de su vida en el que "perdió por completo el contacto con la realidad", con frecuencia tenía a Elvis Presley en mente. Le había conocido en 1976, un año antes de su muerte, en Washington, D.C. En una entrevista con Oprah Winfrey, el cantante expresó su decepción tras el encuentro: "Fue muy triste, porque se había convertido en ese hombre enorme, sin ojos. Los tenía hundidos en la nuca, y era patético". Como escribió Tom Doyle en 'Captain Fantastic': "Elton se miró en los ojos del Rey y sintió que 'no había nada'".
"Su aspecto era terrible. Abotargado, con el tinte de pelo goteando por su frente. Había docenas de personas alrededor, supuestamente para cuidarle, pero ya parecía un cadáver. Sabía que si no hacía nada, podría terminar igual que Elvis Presley" contó en Mirror. En ese momento, John no se imaginaba que ver a Presley, cambiaría su mundo. Porque se dio cuenta de que estaba siguiendo el mismo camino que había terminado con su ídolo.
“Solo era Elton. Elton el adicto”
Elton John se propuso encontrar un programa de rehabilitación. Todas las clínicas para grandes estrellas, le habían rechazado diciéndole que tenía demasiadas adicciones. Todas menos una en Chicago: el Hospital Parkside Lutheran. "Cuando vi el sitio, estuve a punto de salir corriendo. Pero entonces pensé, 'No tengo ningún otro sitio al que ir'". El 29 de Agosto de 1990, Elton John daba un paso decisivo que cambiaría su vida.
El el libro 'Love is the Cure' de 2012, Sir Elton explicaba detalladamente sus días en rehabilitación: "Los primeros días fueron especialmente difíciles. Cuando privas a tu cuerpo de cocaína después de haberla consumido tan frecuentemente como había hecho yo, la ansiedad es inconcebiblemente enorme. Tenía episodios de ansiedad extrema e irritabilidad. A todo esto se sumaba el hecho de que, no solo había dejado de consumir cocaína, sino todo lo demás: alcohol, comida, sexo. Estaba deprimido y solo. Me sentía débil y confuso. Fue uno de los periodos más difíciles de toda mi vida. La parte más importante de la rehabilitación fue esa. Para todos con los que yo interactuaba, yo no era Elton John, la estrella del rock. Solo era Elton. Elton, el adicto".
“Desde el momento en el que entré en el hospital, el terreno de juego se niveló. Todos éramos igual. Sufriendo, luchando contra las adicciones que queríamos dejar, pero no podíamos. Todos allí éramos gente que había tomado decisiones equivocadas y estaba viendo las consecuencias", seguía contando en su libro.
“Aquí es donde mi vida cambió”
Justo dos años después de iniciar su rehabilitación, Elton John emprendía su primera gira por Estados Unidos... "sobrio". "Ahora me levanto a las 6:30 a.m., lo que es divertido porque esa era la hora en la que antes me acostaba", reveló en Los Ángeles Times en la que fue su primera entrevista en casi tres años. "La vida de rock and roll, no es una vida normal. Te separas de la gente, te aíslas, es fácil perder tus valores y la autoestima. Llegó un punto en el que no sabía cómo hablar con alguien a no ser que hubiera esnifado cocaína. Nada me satisfacía".
“Tuve que cambiar porque estaba asustado" explicaba sobre la decisión de entrar en el centro de Chicago. "No quería morir enfadado y amargado y triste, y en eso me había convertido. Físicamente horrible, espiritualmente horrible… un vagabundo, un cerdo".
Por eso, cuando en Octubre de 2018, actuó en Chicago, no pudo evitar dirigir estas palabras al público: “En 1990, decidí estar sobrio y limpio. Y decidí estar sobrio y limpio en Chicago. Aquí es donde mi vida cambió… y le devolví a mi vida el equilibrio". Los aplausos fueron abrumadores.
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop