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Y el Toro de la Vega volvió a celebrarse… a medias
Una de las fiestas más polémicas de España volvió a tener lugar ese martes en Tordesillas (Valladolid), aunque con la obligación de no herir al animal en el recorrido. Entrevistamos a Silvia Barquero, quien fuera presidenta de PACMA y una de las artífices de la prohibición.
Hubo un momento en que parecía que el Toro De la Vega, una de las tradiciones más controvertidas de entre las muchas que utilizan animales en España para la diversión popular, era definitivamente cosa del pasado. En 2016, la presión de los grupos animalistas puso fin a un evento que, cada año, reunía a miles de personas en la localidad vallisoletana de Tordesillas. Un torneo de origen medieval consistente en perseguir a un toro hasta darle muerte con la ayuda de lanzas.
Esa última circunstancia, la muerte del animal, fue la que prohibió la Junta de Castilla y León mediante un decreto-ley el 19 de mayo de 2016. Pero ello no ha implicado que el festejo volviera a tener lugar, este martes, con la persecución del animal. En concreto de Manjar, un toro de 560 kilos que salió del centro de la localidad rodeado de centenares de corredores. Y aunque hasta hace apenas cuatro días las nuevas normas del torneo permitían a los participantes clavar divisas al animal (unas cintas de color con un arpón), a última el Tribunal Superior de Castilla y León decidió impedirlo gracias a la iniciativa legal del Partido Animalista PACMA. Nada de herir al animal.
Una victoria “parcial”
La ausencia de esos mismos colectivos animalistas fue la tónica general de la jornada. Pese a ello, un fuerte cordón policial protegió el recorrido, que sigue dividiendo a muchos vecinos. Sólo una mujer resultó herida leve al caer desde una valla, a la que se encaramó tras el paso de Manjar. Agotado, el animal fue finalmente enjaulado para ser trasladado después al matadero.
“El Toro De la Vega es la más salvaje y grosera de las representaciones de la tauromaquia”, asegura en conversación con El Eco de Los40 Silvia Barquero, quien durante años fue presidenta de PACMA y actualmente centra sus esfuerzos en materia de derechos de los animales en la asociación Empatía. “Cuando en 2016 ganamos y se modificó el reglamento taurino de Castilla y León para impedir matar al toro a lanzazos, fue sólo una victoria parcial. Con el tiempo acabas aprendiendo que muchas veces no se puede conseguir lo que realmente quieres”, lamenta.
En palabras de Barquero, resulta obvio que “la paralización cautelar de pinchar al animal durante el recorrido no ha puesto fin a esta salvajada. En el mejor de los casos, el Toro De la Vega se seguirá celebrando como cualquier otro encierro, que es lo que ha sucedido ahora. El final del animal seguirá siendo el mismo: una muerte horrible tras ser golpeado con una puntilla, lo que provoca que quede teatrapléjico para luego ser desangrado mientras sigue vivo”, explica.
Y es que, en opinión de Barquero, “hay mucha gente que se opone a la tauromaquia, pero no a los encierros, porque a menudo no saben lo que hay detrás: al animal se le acosa, se le estresa y termina muriendo de la peor manera”.
Lo ocurrido ejemplifica, en palabras de la que fuera Presidenta de PACMA, “lo mucho que nos queda por avanzar en España para que esta barbarie sea cosa del pasado”, concluye. “Personalmente es algo que me avergüenza. Me gustaría que al final de mis días, esta barbaridad se hubiera terminado”.
El final del animal seguirá siendo el mismo: una muerte horrible