De un pato decapitado a huevos fritos en las nalgas: las perturbadas actividades sexuales de Dalí
Una trabajadora sexual ha charlado con Judith Tiral sobre el pintor
Nota: esta noticia puede herir la sensibilidad de algunos lectores y lectoras por la crudeza de los hechos a los que hace referencia.
Esta semana, Judith Tiral ha entrevistado la señora Rius en su programa Tenía la duda. La periodista se ha reunido con ella para hablar sobre su vida. Y es que la mujer ha tenido una vida bastante curiosa: desde joven fue trabajadora sexual. De este modo, la señora Rius ejerció la prostutición durante el franquismo, teniendo clientes como Dalí y Orson Welles.
La señora Rius ha hablado sobre las estrambóticas y perturbadas prácticas sexuales que tenía Dalí. No es ningún secreto que el pintor tenía ciertas costumbres extrañas, pero desconocíamos algunos episodios concretos.
“Ese señor nunca ha estado con una mujer. De eso estoy convencida, ni conla Gala. El señor Dalí era un señor que supo hacerse muy bien su publicidad”, empieza diciendo la mujer.
“No supo tratar nunca bien a una señora. Porque naturalmente a las mujeres no nos quería, pero a los animales los mataba. O sea, que tuvimos suerte”, continúa diciendo la mujer.
La perturbada práctica con un pato
Es entonces cuando cuenta una perturbadora práctica que tenía Dalí. “El señor Dalí venía con seis o siete suecas muy altas y elegía a cuatro muchachas de la casa que también fuéramos altas”, cuenta Rius. La señora explica que todas tenían que llamarle “El Divino”.
Rius dice que cuando estaban las chicas con él, empezaban a preguntar por un pato. “Yo pensaba que era para merendar”, recuerda la mujer. “Entonces venía un pato y las suecas lo cogían en un baño precioso de aquella casa y le cortaban el cuello. Y el señor Dalí ponía la colita en el ano del pato”, termina diciendo.
Rius asegura que habla sobre este tema porque Dalí le pareció un señor horrible. Recuerda haber estado muy asustada durante sus encuentros con él. La señora recuerda que algunas chicas le contaban que el pintor les ponía un huevo frito recién hecho en las nalgas. “Era un hombre que quería molestar a las mujeres y rebajarlas. También ha recordado que ponía a las chicas a bañarse en una piscina llena de judías blancas. “Daría mi mano derecha a que nunca estuvo con una mujer”, ha terminado diciendo.
Alberto Palao
Periodista musical. Me gusta comer burritos y escuchar canciones cortavenas. Encuentro todo tipo de...