¿Ha llegado la hora de prohibir los vuelos privados?

Grupos ecologistas se manifiestan en el aeropuerto de Palma para denunciar el incremento de los vuelos privados y su elevado impacto medioambiental.

La contaminación de los aviones privados, a debate. / Getty Images

No hace falta ser un experto en cambio climático para saber que volar contamina, y mucho. La aviación es responsable del 2% de las emisiones globales de CO2, según la web de divulgación aeronáutica TMAS. Un dato que se vuelve aún más evidente cuando se habla de jets privados, en los que se transporta a muchas menos personas con unas consecuencias aún más lesivas para el planeta. De hecho, se calcula que atravesar el Atlántico en un avión privado genera las mismas emisiones que un hogar europeo a lo largo de seis años.

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Con esa realidad en mente, activistas de Greenpeace, Extinction Rebellion, Fridays for Future y Amigos de la Tierrallevaron a cabo este martes una sonada protesta en el aeropuerto de Palma, en la que protestaron por el incremento de este tipo de vuelos. Además, y con motivo del desfile de carnaval, harán lo mismo el próximo domingo 19 de febrero a las 17h mediante una performance en la Plaza de España de la capital balear para la que usarán un avión gigante de cartón. Las acciones se engloban dentro de la campaña internacional Make Them Pay, que pide que pague más quien más contamine.

La elección de Palma para la protesta no es casual. Tal y como denuncian los ecologistas, el aeropuerto de la ciudad mallorquina registró 19.618 movimientos de jets privados en 2022, un 3% más que en 2021, posicionándose como el aeropuerto español que más vuelos privados acoge, por delante de Ibiza y Madrid, según los datos de la Asociación Europea de Aviación Comercial (EBAA).

Unos pocos contaminan mucho

Tal y como ha explicado Greenpeace en un comunicado, Además, los jets privados son la forma de transporte “más contaminante y más desigual en este planeta”, dado que su porcentaje de viajeros frecuentes, que apenas roza el 1% de la población mundial, representa más de la mitad de las emisiones totales de los vuelos comerciales. A ello se le contrapone otro dato llamativo: el 80% de la población mundial nunca ha viajado en avión.

Según explica Greenpeace, los jets privados emiten una media de 1,3 kilogramos de CO2 por persona y kilómetro, diez veces más que un vuelo regular y hasta 50 veces más que un viaje en tren promedio en Europa. Teniendo en cuenta que la huella anual de carbono de la Unión Europea es de 8,2 toneladas de CO2 por persona, cuatro horas de este tipo de aviones equivalen a las emisiones totales de una persona en un año en la Unión Europea.

“En un contexto en el que se ha pedido a la ciudadanía que ahorre energía siempre que sea posible, los superricos siguen permitiéndose un derroche excesivo de energía moviéndose en jets privados que nos impulsan hacia el desastre climático”, ha denunciado el portavoz de Greenpeace, Francisco Javier Soto.

Las organizaciones ecologistas también han señalado que, según datos del Consejo Internacional de Transporte Limpio, aplicando una fiscalidad progresiva, que recoja una tasa a los viajeros frecuentes, se pueden generar ingresos para descarbonizar el sector de la aviación de forma equitativa.