Especial
Recordando las ‘Siete vidas’ de Antonio Flores: “No hay nada que pueda conmigo”
Según Rosario, 'Siete vidas' supuso "la primera vez que mi hermano se soltó al cien por cien"
"Tengo siete vidas, porque he estado a punto de acabar con ellas muchas veces… si no llega a ser por esas siete vidas, seguramente no estaría aquí". Solo cuatro meses después de esta reflexión, Antonio Flores se marchó. "Quemó" su séptima y última vida. Tenía 33 años y acababa de "desnudarse" y mostrarnos sus pensamientos más íntimos en el que fue su último disco, 'Cosas mías' (1994). 'Siete vidas' fue una de esas 'cosas suyas personales'. Su "manera especial" de pedir perdón a su ex mujer y entonar "un poquito el 'mea culpa'". El 18 de Febrero de 1995 llegaba al nº 1 de LOS40.
Antonio, una piltrafa
Finalmente, Antonio Flores había superado esa época en la que "era una piltrafa que andaba por la calle sin saber realmente lo que quería". Esos años en los que no encontraba a gente que creyera en él: "estaba desmoralizado, ya no sabía para qué servía y me tiré un poquito a la calle, a cosas que todo el mundo sabe ya", reconocía en una entrevista para Cadena Dial. "Pero llegó ese momento de conocer a una mujer, de tener un hijo y eso cambió mi vida. Empecé a mirarme al espejo y empecé a quererme y después de componer el LP de Rosario (De ley) ya volvieron las confianzas y las fuerzas a mí… y a demostrarme a mí mismo de que no era ninguna piltrafa y podía aportar muchas cosas al mundo de la música".
Antonio, al desnudo
Y una de las cosas que aportó a la música fue Cosas mías (24/05/1994). Seis años habían pasado desde el anterior, Gran Vía (1988), y lo que encontramos fue a un Antonio Flores nuevo. "Por eso se llama 'Cosas mías', porque ya no hablo de una cosa en general, de la calle, de la delincuencia", manifestaba en una entrevista concedida a 40 TV. "Hablo más de lo que son mis experiencias de estos cinco años, lo que fue mi matrimonio, lo que significó mi hija para mí, entrar y verla nacer… en definitiva, ‘cosas mías’“.
En el que está considerado su mejor disco, el más vendido de los cuatro que publicó, y el último, se desnudó, mostró su interior y sus pensamientos más íntimos. Alba (dedicada a su hija), Cuerpo de mujer, Arriba los corazones, Isla de Palma o Siete vidas. Temas muy escogidos que nacieron en su habitación - "en el santuario donde yo pienso, mi ataúd, mi purgatorio y mi cielo, todo a la vez" – y que grabó junto a esas personas que le habían devuelto la confianza y que había conocido cuando hizo el disco de su hermana: Fernando Illán y Arturo Soriano.
Las "siete vidas" de Antonio
"Que siete vidas tiene un gato…", cantaba Antonio en el que es uno de sus himnos más recordados - y tercer single de Cosas mías -. Hasta su madre, Lola Flores, equiparaba a su hijo con los mininos por su habilidad de esquivar peligros: "Mi hijo ha estado como siete veces a la muerte, ha tenido todos los accidentes de coche habidos y por haber. Y luego, con la droga, prácticamente lo daban por muerto en Buenos Aires, que me llamó Lolita y me lo dijo: ‘Mi hermano se muere, se muere…’", contaba 'La Faraona' en el Magazine de El Mundo, en 1994.
"Seis vidas ya he quemado"... la composición del mediano de los Flores era, sin duda, una confesión en primera persona. El reconocimiento de esos errores que le habían llevado al borde de la muerte muchas veces. "Sí, he quemado bastantes. Lo que pasa es que soy una persona muy fuerte, físicamente y psíquicamente. Entonces, no hay nada que pueda conmigo. Y tengo siete vidas, la verdad, porque he estado a punto de acabar con ellas muchas veces, en accidentes de coches, en muchas cosas, en tonterías que haces cuando las cosas no te salen bien. Si no llega a ser por esa suerte, o por esas siete vidas que tengo, a lo mejor no estaría aquí hablando contigo. La cosa es que estoy", declaraba Antonio en una entrevista realizada por Cristina Tárrega para Cadena Dial en enero de 1995.
El 'mea culpa' de Antonio
"Y esta última la quiero vivir a tu lado"… Siete vidas está dedicada a Ana Villa, la mujer que aportó a Antonio algunos años estabilidad y le salvó temporalmente de sus demonios. Se habían casado en marzo de 1986 y fruto de esta relación nació su única hija, Alba Flores. Aunque algún tiempo después se divorciaron, Antonio y Ana siempre se mantuvieron unidos. "Es un poquito el 'mea culpa' hacia una mujer... está dedicada a mi ex mujer".
"Maldita sea, maldita sea mi vida"… Para sus hermanas, es una canción muy especial. Según Rosario: “Fue la primera vez que mi hermano se soltó al cien por cien”. Para Lolita, “es una canción que a mí me gusta mucho porque como hermano mío que era, sabía perfectamente lo que él quería decir y las canciones, cuando te dicen muchas más cosas que lo que estás oyendo, son las canciones que te llegan al corazón directamente”.
El asombro del "nuevo Antonio"
"Tranquila mi vida, he roto con el pasado"… Para el madrileño, Cosas mías fue un volver a empezar, "una tarjeta de presentación de lo que va a venir… después de cinco años, quería que la gente lo escuchara y opinara sobre el nuevo Antonio Flores". Y la gente escuchó y opinó: seis meses después de su lanzamiento recibía un Disco de Oro (50.000 copias). El artista no cabía en sí de gozo: "Estoy realmente asombrado porque no esperaba que a la gente le cayera tan bien el disco como le ha caído y no esperaba que me pararan por la calle para decirme lo que les gusta el disco. Me ha asombrado realmente. Me ha asombrado muchísimo".
Antonio, nº1 en LOS40
Siete vidas se convirtió en el segundo y último nº1 en LOS40 de Antonio Flores. El primero fue No puedo enamorarme de ti, en enero de 1982. Si bien los dos primeros singles de Cosas mías – Cuerpo de mujer y Alba – habían entrado en la lista de los 'Principales', fue Siete vidas la canción que volvió a encumbrarlo un 18 de febrero de 1995. Falleció solo tres meses después de lograrlo.
Tras su muerte, el 30 de mayo de 1995, las ventas de Cosas mías se dispararon hasta alcanzar el quíntuple Disco de Platino (500.000 copias). Fue el álbum más vendido de ese año en España y Antonio, seguramente, seguiría sin salir de su enorme asombro…
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop