Especial
El triángulo del litio: el futuro del planeta se decide aquí
Tres países albergan el 85% de las reservas conocidas de este mineral, clave para fabricar las baterías de los vehículos eléctricos.
La noticia pasó ayer prácticamente desapercibida, más allá de los medios especializados en información medioambiental: México anunciaba este lunes que nacionaliza sus reservas de litio. En total, 230.000 hectáreas quedan declaradas de titularidad estatal, de cara a la explotación de un mineral esencial para la fabricación de baterías eléctricas y, por tanto, clave en la transición energética de la que nadie quiere perder el tren.
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Pese a que México cuenta con importantes reservas de este mineral, lo cierto es que la mayor parte del litio del planeta está más al sur. Concretamente, repartido entre Bolivia, Chile y Argentina. En una porción de tierra conocida como el triángulo del litio se concentra el 85% de las reservas conocidas de este mineral que existen en todo el planeta.
El triángulo del litio se ubica en mitad de una extensa manga que abarca buena parte de la conocida como diagonal árida de América del Sur, en el flanco oeste del continente. Un extenso territorio que cuenta con unas características geológicas únicas en el mundo. Es allí, entre los salares del Hombre Muerto, Antofalla y Arizaro (Argentina), el de Atacama (Chile) y el de Uyuni (Bolivia), donde las grandes empresas multinacionales pugnan con los gobiernos locales para hacerse con el control de las minas.
Es mucho lo que está en juego. Se estima que en el triángulo del litio hay tanta cantidad de este material como petróleo en Arabia Saudí. Y la demanda no para de crecer. Según la plataforma de datos Statista, en 2019 alcanzó las 263.000 toneladas, que ascendieron a las 327.000 en 2020 y a 465.000 en 2021. Según sus cálculos, en el año 2030 se demandarán 2.1 millones de toneladas. Y cada vez serán más. Noticias como la reciente prohibición europea de la comercialización de vehículos diesel y gasolina de cara a 2035 apuntan en esa dirección.
De Chile a Cáceres
Actualmente, las minas de Chile y Argentina operan bajo la iniciativa privada. En el caso de Bolivia, la encargada de hacerlo es la empresa pública Yacimientos de Litio Bolivianos, que cuenta con el monopolio desde el año 2008. Todas esas compañías, públicas o privadas, exportan el litio a países de la Unión Europea, pero también a potencias como Rusia o China.
En el resto del mundo, aunque mucho menos, también hay litio. Australia concentra el 5,7%, China el 1,5% y Estados Unidos, el 0,9%. Cantidades muy alejadas de las que se encuentran en el triángulo del litio sudamericano, pero que llevan años provocando importantes movimientos por parte de gobiernos y empresas para tratar de ganar posiciones en una carrera que nadie quiere perder.
¿Y España? Sí: nuestro país también cuenta con reservas de litio. En Valdeflores, a apenas un par de kilómetros del centro de Cáceres, se encuentra el mayor yacimiento de la península y el segundo mayor de toda Europa. Sin embargo, su explotación por parte de la multinacional australiana Infinity Lithium, que lleva años peleando por empezar a extraer litio del lugar, choca con la oposición frontal de muchos de los vecinos y de los principales grupos ecologistas, que han recogido miles de firmas en contra del proyecto. Aseguran que acabaría con el principal pulmón de la ciudad y con una zona de incalculable valor medioambiental. Una situación que vuelve a poner encima de la mesa el debate sobre la transición ecológica y cómo afrontarla de manera respetuosa con el planeta.