Beyoncé estrena gira y el público dicta veredicto unánime con mención incluida a Rosalía
Se abre debate entre el fandom de las dos divas
El foco mediático musical estaba puesto ayer noche en Estocolmo donde Beyoncé iniciaba su primera gira en siete años. El punto de partida a cuatro meses de conciertos con los que podrían ingresar más de 2.000 millones de dólares.
Con esas cifras y siendo Beyoncé, las expectativas estaban muy altas. Una nueva era ha comenzado y esa sensación es la que transmite su puesta en escena tan futurista a caballo entre el imaginario cowboy y el universo disco, de sus últimas canciones.
Un espectáculo a lo grande que incluye robots, acrobacias sobre un módulo lunar, un caballo de diamantes volador, visuales increíbles y un largo etcétera que consigue que no decaiga en ningún momento el ritmo de las tres horas que dura el concierto.
“Sólo quería deciros que me hacéis muy feliz”, dijo a las 60.000 persona congregadas en este primer concierto que han vivido en directo el arranque de Renaissance World Tour. “Veo caras conocidas de gente que voló desde muy, muy lejos para ver el primer espectáculo de esta noche", continuó. Y es que hubo espectadores de muchos lugares del mundo que no dudaron en coger un vuelo para no perderse esa noche única.
Vestida para ganar
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Y no hablemos del vestuario que es fuera de serie. Impresionó el mono diseñado para ella por Alexander McQueen. Pero también hubo otro de Loewe con trampantojo de manos que cubrían su cuerpo de manera estratégica.
Hubo body-corsé de Balmain repleto de perlas. Un cat suit de Mugler que nos recordaba porqué la llaman la abeja reina. David Koma aportó un conjunto iridiscente que emulaba el metal líquido y Courréges le puso una armadura de caballero.
Tampoco le faltó espectacularidad al diseño de la firma japonesa Anrealage, que apostó por un look que cambiaba de color con la luz. Vamos, una auténtica pasarela de moda que invitaba a no parar de bailar.
Debate Rosalía
Y precisamente el baile es una de las cuestiones que más debate ha creado. Algunos han señalado que no baila como antaño, mientras otros aseguraban que con 41 años es lógico. Y no pasó desapercibido su twerk que a muchos les recordó a Rosalía. Y claro, el debate está servido y los fandoms de ambos no ceden a la hora de decidir quién ha influido a quién.
Pero al margen de todos los debates, el veredicto es unánime, a favor de lo que ha ofrecido. Beyoncé no podía ofrecer nada mediocre, ha cuidado al detalle toda la espectacularidad de un show que está medido al milímetro y que va más allá de un concierto para convertirse en un show artístico que es difícil que no guste.
Es solo el comienzo. Esperamos con ganas el 8 de junio cuando este espectáculo llega a Barcelona.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...