La base de muchas recetas españolas es la clave para contrarrestar el hígado graso
Un tipo de carbohidrato, que se encuentra en nuestra dieta, ayuda a este problema

Patatas / SimpleImages
El hígado es un órgano extremadamente importante. Convierte los nutrientes de los alimentos, los almacena y los libera a las células cuando es necesario. Pero es precisamente esta capacidad la que rápidamente puede convertirse en un problema con el exceso actual de grasas, azúcares y calorías. Si el hígado almacena demasiada energía en forma de grasa, puede producirse la llamada enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD). Alrededor del 30% de la población mundial sufre de hígado graso no alcohólico, y actualmente no existe un tratamiento eficaz para esta enfermedad.
Sin embargo, hay esperanza en la dieta mediterránea, que es la base de muchas recetas españolas. Esta dieta, rica en frutas, verduras, legumbres, frutos secos, aceite de oliva y pescado, ha demostrado ser beneficiosa para la salud del hígado. Un estudio reciente realizado por investigadores de China, Alemania y Finlandia ha encontrado que la ingesta de almidón resistente, una fibra específica presente en muchos alimentos de la dieta mediterránea, puede reducir eficazmente el contenido de grasa del hígado.
El almidón resistente y su impacto en el hígado graso
El estudio, publicado en la revista Cell Metabolism, investigó si la ingesta de almidón resistente podría desengrasar el hígado en humanos. Los resultados fueron prometedores: la ingesta diaria de almidón resistente en pacientes con enfermedad del hígado graso no alcohólico redujo los depósitos de grasa en el hígado a casi la mitad en cuatro meses. En el grupo de control, el contenido de grasa solo disminuyó ligeramente.
Los investigadores atribuyen estos resultados a un cambio en la flora intestinal. El almidón resistente parece promover un microbioma intestinal más saludable, lo que a su vez influye positivamente en el metabolismo de las grasas en el hígado.
La dieta mediterránea como solución
La dieta mediterránea, que es rica en almidón resistente, podría ser una solución efectiva para combatir el hígado graso no alcohólico. Alimentos como las legumbres, los plátanos, las patatas frías y los granos enteros son fuentes excelentes de esta fibra. Incorporar estos alimentos en la dieta diaria no solo puede ayudar a reducir la grasa en el hígado, sino que también ofrece numerosos beneficios para la salud en general.
Además de su contenido en almidón resistente, la dieta mediterránea es baja en azúcares y grasas saturadas, lo que la convierte en una opción ideal para quienes buscan mejorar su salud hepática. La combinación de una alimentación equilibrada y rica en nutrientes, junto con un estilo de vida activo, puede ser la clave para prevenir y tratar el hígado graso no alcohólico.
Por lo tanto, la base de muchas recetas españolas, que se alinean con la dieta mediterránea, puede ser la clave para contrarrestar el hígado graso. La incorporación de almidón resistente y otros alimentos saludables en la dieta diaria puede tener un impacto significativo en la salud del hígado. Aunque se necesita más investigación para confirmar estos hallazgos en diferentes poblaciones, los resultados actuales son prometedores y sugieren que una dieta saludable y equilibrada es fundamental para mantener un hígado sano.
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