A qué hora se cambian los relojes con el cambio de hora al horario de verano 2025
Todo lo que necesitas saber sobre el cambio al horario de verano 2025

Horario de verano / Carol Yepes
Con la llegada de la primavera, no solo florecen los campos y aumentan las temperaturas, sino que también llega el momento de ajustar nuestros relojes. El cambio al horario de verano es una práctica que se realiza en muchos países para aprovechar mejor la luz del día durante los meses más cálidos.
Este año, el cambio de hora al horario de verano 2025 se realizará en la madrugada del domingo 30 de marzo. Pero, ¿a qué hora exactamente debemos adelantar nuestros relojes y qué impacto tiene este cambio en nuestra rutina diaria?
El ajuste al horario de verano puede parecer un pequeño inconveniente, pero tiene un propósito importante: maximizar el uso de la luz natural y, en teoría, ahorrar energía. Sin embargo, también puede afectar nuestro ritmo circadiano y nuestra salud.
¿Cuándo se realiza el cambio de hora?
El cambio al horario de verano 2025 se llevará a cabo en la madrugada del domingo 30 de marzo. A las 2:00 a.m., los relojes deberán adelantarse una hora, pasando a marcar las 3:00 a.m. Esto significa que perderemos una hora de sueño esa noche, pero ganaremos una hora más de luz solar por la tarde.
Este ajuste se realiza simultáneamente en todos los países que adoptan el horario de verano, aunque las fechas pueden variar ligeramente según la región.
El objetivo principal de este cambio es aprovechar mejor la luz del día durante los meses más largos. Al adelantar los relojes, el amanecer y el atardecer se desplazan una hora más tarde, lo que permite disfrutar de más horas de luz natural por la tarde y la noche. Este cambio puede beneficiar a sectores como el turismo, el comercio y las actividades recreativas, ya que las personas tienen más tiempo para disfrutar al aire libre después de sus jornadas laborales o escolares.
Impacto en la rutina diaria
El cambio al horario de verano puede tener varios efectos en nuestra rutina diaria. Por un lado, el ajuste puede causar trastornos del sueño y aumentar el estrés, ya que nuestro cuerpo necesita tiempo para adaptarse al nuevo horario. Algunas personas pueden experimentar fatiga, irritabilidad y dificultades para concentrarse durante los primeros días después del cambio.
Es importante tomar medidas para minimizar estos efectos, como ajustar gradualmente la hora de acostarse y despertarse en los días previos al cambio.
Por otro lado, el horario de verano también tiene beneficios. La mayor cantidad de luz solar por la tarde puede mejorar nuestro estado de ánimo y aumentar nuestra actividad física. Además, se ha demostrado que la exposición a la luz natural tiene efectos positivos en nuestra salud mental y bienestar general. Aprovechar las horas extra de luz para realizar actividades al aire libre, como caminar, correr o simplemente disfrutar de un paseo, puede ser una excelente manera de adaptarse al nuevo horario.
Consejos para adaptarse al cambio de hora
Para facilitar la transición al horario de verano, aquí tienes algunos consejos prácticos:
- Ajusta tu horario de sueño gradualmente: en los días previos al cambio, intenta acostarte y levantarte 15 minutos antes cada día. Esto ayudará a tu cuerpo a adaptarse de manera más suave al nuevo horario.
- Mantén una rutina constante: trata de mantener tus horarios de sueño y alimentación lo más regulares posible. Esto ayudará a tu reloj biológico a ajustarse más rápidamente.
- Aprovecha la luz natural: pasa tiempo al aire libre durante el día para aprovechar la luz solar. Esto puede ayudar a regular tu ritmo circadiano y mejorar tu estado de ánimo.
- Evita la cafeína y el alcohol antes de dormir: estas sustancias pueden interferir con tu sueño, así que es mejor evitarlas en las horas previas a acostarte.
- Crea un ambiente propicio para el sueño: asegúrate de que tu dormitorio esté oscuro, tranquilo y a una temperatura adecuada para dormir bien.
Historia y curiosidades del horario de verano
El concepto del horario de verano no es nuevo. Fue implementado por primera vez durante la Primera Guerra Mundial como una medida para ahorrar energía. La idea era aprovechar mejor la luz del día y reducir el consumo de carbón. Más tarde, durante la Segunda Guerra Mundial, muchos países volvieron a adoptar esta práctica por razones similares.
En la actualidad, el horario de verano se utiliza en más de 70 países de todo el mundo.
A lo largo de los años, ha habido debates sobre la eficacia y la necesidad del horario de verano. Algunos estudios sugieren que los ahorros de energía son mínimos y que los efectos negativos en la salud pueden superar los beneficios. Sin embargo, otros argumentan que el horario de verano sigue siendo una herramienta útil para aprovechar mejor la luz natural y fomentar un estilo de vida más activo.