Cuando Paul McCartney grabó sin The Beatles por primera vez: “Yesterday” cumple sesenta años

Según la edición de 2009 del Libro Guinness de los Récords, “Yesterday”, de The Beatles, es la canción más grabada de la historia. Contabiliza la publicación que desde 1965 hasta el 1 de enero de 1986 —veinte años— se registraron alrededor de 1.600 versiones del tema. Algunos de los artistas que después de The Beatles la interpretaron fueron Elvis Presley, Frank Sinatra y James Brown. A día de hoy se cree (resulta difícil calcularlo al detalle) que pueden existir 2.200 adaptaciones. Es de esas pocas canciones que todo el mundo conoce, incluso aunque no esté interesado en la música rock. Pero, al margen de la apabullante cifra, alrededor de esta balada hay otro detalle no menos importante: fue la primera canción que un componente del grupo de Liverpool grabó en solitario.

El 14 de junio de 1965, hace sesenta años, Paul McCartney se presentó solo en los estudios de EMI en Londres (más tarde conocidos como Abbey Road Studios) para, con la supervisión del productor George Martin, grabar “Yesterday”. La inolvidable melodía llegó a la mente de McCartney de una curiosa manera: la soñó. Estaba durmiendo en casa de la familia de su novia de entonces, Jane Asher, cuando aquella maravillosa sucesión de notas se abrió paso en su ensoñación. Consciente de que la pieza tenía algo especial, lo primero que hizo al despertar fue correr al piano que había en la vivienda, tocarla y grabarla con un magnetofón, para no olvidarla.

Durante unas semanas se mantuvo incrédulo: aquella fascinante melodía ¿se le había ocurrido a él o simplemente su sueño había evocado la creación, ya existente, de otra persona? Con los años confesaría que pasó un tiempo mostrando el tema a diversos profesionales de la música para preguntarles si les sonaba de algo. A nadie le sonaba; a todos encantaba. Pero le faltaba algo: una letra.

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LOS40 Classic

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En los primeros ensayos con la banda, Paul y John Lennon la bautizaron como “Scrambled eggs”, ya que, mientras Paul redactaba la letra, soltaban por encima frases que encajaban en la melodía (“Scrambled eggs, oh my baby how I love your legs, not as much as I love scrambled eggs”). Poco después, durante el rodaje de Help!,Paul aprovechó los ratos muertos (y aquellos que no eran muertos, para desesperación del director de la película, Richard Lester) para sentarse a un piano y escribir la deseada letra, que finalmente gira sobre la idea de que cualquier tiempo pasado fue mejor (“Ayer todos mis problemas parecían tan lejanos, ahora parece que están aquí para quedarse… Oh, creo en el ayer… No soy ni la mitad del hombre que solía ser… El amor era un juego tan fácil de jugar…”), siempre en el contexto de una ruptura amorosa.

Pasaron meses hasta que la terminó y pudo grabarla en el estudio aquel 14 de junio. Solo necesitó su voz y una guitarra acústica; con dos tomas bastaron (se escogió la segunda). En los días posteriores se introdujeron los arreglos de cuerda, que reforzaban la melancolía de la canción. Se cuenta que los demás componentes de la banda barajaron la posibilidad de intervenir en la grabación, aportando instrumentación añadida, pero George Martin les persuadió de que “Yesterday” funcionaba mejor así, con la voz de Paul, su guitarra y el cuarteto de cuerda. Parece increíble que un chico de 22 años (cumpliría 23 cuatro días después) tuviera el enorme talento de crear esta obra maestra de la música popular.

Sin embargo, y como habían acordado con todos sus temas, “Yesterday” se publicó firmado por Lennon/McCartney. Se lanzó dentro del álbum Help!, que salió en agosto, y como sencillo el 13 de septiembre. Ni que decir tiene que llegó al número uno en la lista de singles de Estados Unidos (en Reino Unido no se editó a 45 rpm porque el grupo pensó que el tema estaba demasiado alejado de su sonido habitual). Se estima que hasta la fecha se han vendido 2,5 millones de copias del sencillo en todo el mundo. En 1999, la BBC la eligió mejor canción del siglo XX; según la organización que gestiona los derechos de autor en Estados Unidos (BMI), se interpretó más de 7 millones de veces el pasado siglo. Parece poco, incluso, para una joya de tamaña grandeza que Sir Paul McCartney dejó para la posteridad.