‘Parachutes’ cumple 25 años: el álbum que inició la leyenda de Coldplay
El primer disco de la banda de Chris Martin se publicó el 10 de julio de 2000
Coldplay, en 2000, con Chris Martin el segundo por la derecha. / Mick Hutson
Las imágenes mostraban a un jovencito Chris Martin caminando por la playa de la bahía de Studland, en Dorset (Inglaterra); amanecía —el cielo al principio estaba oscuro—, nacía un día desapacible que obligaba al cantante vestir chubasquero. Rodado en cámara lenta y plano secuencia (sin cortes), el vídeo de “Yellow” es uno de los más bonitos y emotivos de este siglo. Contribuyó en gran medida al éxito de la canción, que se convirió de inmediato en el primer gran éxito de Coldplay. Llegó al número 4 en la lista de ventas de Reino Unido y entró entre los cincuenta más despechados en Estados Unidos, proeza importante para una banda inglesa entonces semidesconocida. Nacía así la leyenda de Coldplay, uno de los grandes grupos de rock aún en activo.
“Yellow” era la joya del primer álbum del cuarteto, Parachutes, publicado el 10 de julio de 2000: hace justo un cuarto de siglo. Su repercusión fue, en cierto modo, inesperada. La fiebre del britpop se había desvanecido poco antes de su aparición, y, sin embargo, Coldplay surgían de los últimos estertores de aquel movimiento que puso a los grupos británicos de rock en primera línea de la actualidad. Pero, al mismo tiempo, había algo en aquellos incipientes Coldplay que los situaba fuera de toda escena conocida; unos rasgos atemporales, que son los que a la postre les han brindado el estatus del que ahora disfrutan.
Aquellas canciones de Parachutes eran, en su mayoría, lentas. Sus ritmos perezosos y melancólicos contrastaban con briznas de alegría en las letras. Por encima de todo estaba la voz de Chris Martin. Como ocurre en otros casos de bandas míticas, su timbre estaba insuflado de alma. A lo largo de los años Coldplay han evolucionado hacia posturas electrónicas, pero la voz de Chris Martin, épica para algunos, sigue llevando en volandas al grupo y lo mantiene en lo más alto de la popularidad. En ese sentido, el vídeo de “Yellow”, en el que Martin acaparaba todo el protagonismo, está cargado de simbolismo.
LOS40 Classic
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Tras agruparse bajo otros nombres, Chris Martin y sus amigos del University College London publicaron para darse a conocer dos EP (Safety y The blue room) ya como Coldplay. Aquellos tempranos lanzamientos pasaron más bien inadvertidos para el público y la mayoría de medios. Todas las esperanzas estaban puestas, por tanto, en el primer álbum, que iba a grabarse en principio en solo dos semanas. Pero los compromisos en directo de la banda obligaron que las sesiones se llevaran a cabo de forma intermitente entre noviembre de 1999 y mayo de 2000.
La idea era que Chris Allison, el productor de los EP, se encargara también de pulir el sonido de Parachutes. Pero tras una visita al local de ensayo del grupo, Allison decretó que la banda no sonaba lo suficientemente cohesionada para grabar un disco de larga duración. Fue entonces cuando el mánager de Coldplay, Pete Byrne, le pasó una copia de la maqueta a Ken Nelson, productor que pese a su corta carrera entonces comenzaba a ser considerado uno de los más interesantes del momento gracias a sus trabajos con Gomez y Badly Drawn Boy. Finalmente, Nelson coprodujo con la banda nueve de las diez canciones del álbum, en el que solo el tema “High speed” aparecía producido por Allison (esa canción ya aparecía en uno de los EP).
Fue una producción modesta, acorde con la escasa envergadura de un grupo debutante. El vídeo de “Yellow” era de bajo presupuesto, al igual que la portada de Parachutes, que plasmaba un globo terráqueo como los que hay en muchas casas (costó 10 libras), fotografiado con una cámara Kodak desechable. Y, aun así, sin grandes excesos y confiándolo todo a la calidad de las canciones, logró conectar con los gustos de un público que ya empezaba a extrañar el rock lánguido de guitarras que había dominado la escena inglesa pocos años antes.
Parachutes contenía otras canciones de mérito, como “Don’t panic”, “Shiver”, “Sparks” o “Trouble”. El álbum llegó al primer puesto de los más vendidos en Reino Unido. Casi tres millones de copias se compraron allí. En Estados Unidos, más de cinco millones. En 2001 ganó el premio al Mejor Álbum Británico en los Brit Awards y en 2002 un premio Grammy en la categoría de Mejor Álbum de Música Alternativa. A día de hoy ocupa el puesto 22 en la lista de discos más vendidos en Reino Unido este siglo. Con el aplauso de los fans y la moral por las nubes, Coldplay pudieron hacer crecer su carrera en adelante hasta convertirse en lo que hoy son.
