Mélani Olivares publica un libro con fotos de esas que IG censuraría: “Me gusta provocar y mostrar que las tetas se caen”
Habla sin filtros y de todo tipo de temas
Melani Olivares contra el bullying. / Pablo Cuadra/Getty Images
Mélani Olivares ha publicado esta semana Momento Re, un libro que, sin ser una biografía, sí nos descubre algunos de los episodios de su vida y reflexiones sobre su forma de enfrentarse a ella. No es muy dada a airear su vida privada, pero en esta ocasión, se ha desnudado para permitirnos conocerla un poco mejor, de manera figurada y literal.
Así descubrimos en estas páginas que con tan solo 16 años se marchó a Milán, con su novio, para empezar a trabajar como modelo. Que en aquellos inicios el modelaje y la publicidad eran su vida hasta que llegó Leña al mono que es de goma. Allí trabajó con nuestro compañero Tony Aguilar y se dio cuenta de que la interpretación era su verdadera vocación.
Se puso manos a la obra y desde entonces no hemos dejado de verla, especialmente en Aída donde permaneció su etapa más estable en esta profesión.
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Pero al margen del trabajo, descubrimos cosas de su vida personal, como que ha tenido un aborto involuntario y otro decidido. Que no cree en tener pareja y que, como humana que es, ha pasado por momentos de bajón, aunque sus hijos son los que le motivan para salir pronto de esos períodos.
Fotos censurables
El libro, además de testimonio, tiene un diseño basado en la fotografía y el dibujo. Y algunas de esas imágenes, son de esas que Instagram censuraría. “Sí, y quiero poner una, la de pitillo con el salva slip con las tetas al aire, pero mi repre me lo ha prohibido totalmente”, nos explicaba.
“Hay un punto de que también me gusta provocar y el mostrar que las tetas se caen, el cuerpo se deteriora, se aja, cambia y no por eso tengo que estar jodida y tapándome. Es el mío y a mí me gusta. Otra cosa es que no te sientas bien con cómo estás”, justificaba esas fotografías.
Dieta efectiva
Ella está feliz consigo misma, sobre todo ahora que ha visto buenos resultados con la dieta que ha seguido. “He hecho una dieta fundamentalmente porque me han pagado en Instagram por una publicidad. Yo no había perdido el peso que había ganado con mi último embarazo hace seis años y me lo ofrecieron y me lancé a ver si recuperaba el peso que tenía antes porque tenía mucha ropa que no me valía”, explicaba.
Asegura que no lo hizo por cuestión de cánones sino por su propio bienestar. “Me apetece y punto pelota. Había comentarios de ‘eres feminista y empoderada y no puedes lanzar mensajes de adelgazar’. Y precisamente por eso, porque en mi cuerpo estoy yo y me apetece tener la talla que tenía y la importancia la dais vosotros con estos comentarios porque, si no, no la tendría”, expresaba.
Aunque hace este tipo de publicidad en redes, no se considera una influencer. Y eso que se dejó caer por los Premios Ídolo este año.
“A mí me parece que hay un gran grupo de influencers que hacen un trabajo de contenido que yo me quedo loca porque son directores de foto, realizadores, publicistas… pero también veo por mi hija Martina, que me enseña, que se muestra mucho el día a día de esos influencers desde un sitio muy cotidiano. Esa exposición sin una preparación y sin estar afianzado, es peligroso para ellos y para los que los siguen. No hay nada regulado, cabe todo. Por otro lado, es verdad que hay un mundo muy interesante a nivel contenido”, reflexionaba.
Sexo
En el libro también habla de sexo. Ella se muestra satisfecha y asegura que se acuesta con quien quiere y cuando quiere, aunque ahora, solo con gente a la que conoce. Lo que tiene claro es que no mantendría relaciones con alguien a quien idolatre y la preguntamos si pasaría lo mismo al revés, si se acostaría con alguien a quién ella idolatre.
“Alguien a quién idolatre yo… no lo sé… la idolatría la tengo espontánea, de repente, idolatro al otro de un momento a otro. No puedo soportar que me idolatren a mí y me gustan las relaciones desde el mismo sitio, pero no sé si me acostara con Brad Pitt, qué pasaría. No me he acostado nunca con alguien a quien no conozca e idolatre. Me he acostado con gente a la que conocía y quizás idolatraba por cómo eran”, responde.
Retoques estéticos
Parece que tiene las cosas claras y pasa bastante de lo que opinen de ella. Tantos años de terapia la mantiene bastante centrada y segura de sí misma. Se acepta tal y como es, aunque eso no la aleja de los retoques estéticos. Habla de su operación de pecho y de nariz.
Tengo dos tetas como dos carretas, son muy grandes, yo nunca he tenido este pecho estando así de flaca y no me gusta porque no me reconozco.
— Mélani Olivares
“Lo de la nariz me lo hice porque toda la familia de parte de mi padre la tenemos patatota y rota y para cámara… porque crece. Cada vez iba teniendo más la nariz que tienen ellos y, de alguna forma, me molestaba no como imagen, sino que me hacía fijarme demasiado en ella en lugar de fijarme en otras cosas. Tuve la posibilidad de afinarme la nariz y hacérmela como cuando era más joven, no me ha cambiado la expresión, pues he utilizado esa técnica para hacer lo que me da la gana”, reivindicaba.
En cuanto al pecho, se lo operó hace muchos años, “y ahora, después de los dos partos, de dar de mamar, tengo dos tetas como dos carretas, son muy grandes, yo nunca he tenido este pecho estando así de flaca y no me gusta porque no me reconozco. Cuando me las tenga que cambiar, me las pondré más pequeñas”.
Menopausia
No tiene filtros ni tabúes y habla de temas sobre los que normalmente no se alza la voz, como algo tan natural como la menopausia. No está en ese punto, pero le interesa.
“Necesito a mis hermanas y mi gente porque soy muy preguntona y hablamos todo el rato. Somos mujeres parlanchinas y sin pudor a la hora de hablar y nos ayuda mucho el escucharnos la experiencia de las otras. No la tengo todavía, pero el año pasado tuve unos desarreglos de que sudaba mogollón y esas cosas y nosotras lo exponemos”, admitía.
“¿Por qué sabemos más de la próstata de un hombre que de la menopausia? Si a mí la próstata de un tío me la toca y en cambio lo pueden hablar con total naturalidad. Y en cambio, decir que tenemos la menopausia es como ‘qué vieja’… qué viaja tú con ese cerebro. Es importante dejarnos ser y vivir el momento que vivimos sin tener la cosa esa de estar señalada. es como la regla que la hemos tenido todas porque si no, los cabestros que dicen eso, no existirían. Me sorprende el pudor que tenemos para hablar de esas cosas”, añadía.
