Hallan microplásticos en el agua del grifo de varias ciudades españolas
Un estudio arroja conclusiones preocupantes sobre la presencia de microplásticos en ciudades de Galicia, Madrid, Cataluña, Murcia y las islas Canarias.
Los microplásticos son uno de los grandes problemas de las últimas décadas en materia medioambiental. Y aunque no existe un consenso científico sobre a partir de qué tamaño pueden empezar a considerarse como tal, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica utiliza un parámetro para clasificarlos: son microplásticos aquellos que tienen menos de 5 mm de diámetro.
Con todo, cada vez que se habla de estos pequeños contaminantes todos pensamos en que se trata de un problema que afecta a los mares y océanos. Pero no sólo. Según un estudio que acaba de ser publicado por la red EnviroPlaNet en la revista científica Water Research, éstos también se encuentran en el agua del grifo. En concreto, los investigadores han encontrado microplásticos en las ciudades de A Coruña, Vigo, Madrid, Barcelona, San Cristóbal de la Laguna, Las Palmas de Gran Canaria, Cartagena y Murcia.
El estudio, liderado por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) junto a la Universidad de Alcalá (UAH), se ha basado en muestras de agua que fueron tomadas en 24 lugares durante los meses de mayo y julio de 2022. Para localizar los microplásticos se utilizaron filtros de acero que fueron acoplados a grifos en domicilios y lugares públicos.
Una cantidad pequeña, pero significativa
Los principales plásticos hallados han sido poliamidas, poliésteres y poliolefinas, unos materiales de los que se componen numerosos objetos de uso común y prendas textiles. La caracterización cuidadosa de todas las partículas del estudio ha permitido realizar estimaciones de la masa de microplásticos contenida en las muestras procesadas. El resultado es un promedio de 45,5 nanogramos por litro.
¿Es una cantidad que debería crear alarma? Según los propios científicos, no. Los autores del estudio subrayan que se trata de “un valor pequeño y comparable con otros contaminantes que aparecen en aguas superficiales y que de ahí llegan al agua de red, como los antibióticos”.
De hecho, esa cantidad de microplásticos supone que consumiendo 1,5 litros de agua a diario, “se necesitarían 40 años para llegar a ingerir 1 miligramo, lo que muy probablemente indica que el riesgo para la salud humana es insignificante. Esta es una buena noticia”, precisan los investigadores. Es decir: beber agua del grifo sigue siendo una buena idea, especialmente de cara a reducir al mínimo posible el uso de envases.
Pese a ese mensaje tranquilizador, la mera presencia de microplásticos en el agua del grifo debería llevarnos a una reflexión profunda. “Por poco que haya, uno no espera que del grifo salga plástico”, recuerdan los científicos.