‘La noche que perdí a la chica del pop’: el fanfic de Aitana que muestra los entresijos de la industria musical

Segunda novela de Adriano Moreno que nos hace viajar a través de la carrera de una artista que alcanza el éxito

Aitana inspira la segunda novela de Adriano Moreno. / Foto cedida por Adriano Moreno

Adriano Moreno es compañero de LOS40, pero ese no es el motivo de que nos hayamos enganchado a su segunda novela, La noche que perdí a la chica del pop. Sí lo es la historia de crecimiento y amistad que ha construido inspirado por Aitana y sus vivencias y conocimientos sobre la industria musical.

Si con su primera novela nos demostró que sabía generar emociones y crear personajes de esos a los que se les coge cariño, con esta nos ha dejado claro que es capaz de crear universos ficticios con los que es fácil identificarse porque los valores universales que transmiten son los que nos afectan a todos.

Su forma de entender la lealtad, el éxito, la transformación de uno mismo y su evolución consecuente, nos envuelve y nos sumerge en una historia que no queremos que acabe.

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Es inevitable que Aitana se vea reflejada en la protagonista, pero Eva tiene vida por cuenta propia y su único fallo es que no podemos disfrutarla en la vida real en la que seguro que sería un gran número uno.

Segunda novela, ¿el mayor reto?

Me he dado cuenta de que me resulta más fácil escribir romance, una historia en la que todo gira en torno al conflicto amoroso. En esta novela, la amistad y la industria musical son realmente las protagonistas y me ha costado mucho darle coherencia a esa parte aspiracional que tiene para que la gente pueda sentirse identificada. Por un lado, están esos sueños de querer estar en una industria relacionada con la música y compartir momentos con artistas. Y por otro, esa vida de barrio y de amigos de toda la vida.

Trabajando en LOS40, escribir sobre una protagonista musical ¿lo ha hecho más o menos difícil?

Creo que más fácil porque llevo siete años trabajando en LOS40 y sé cómo funcionan los eventos de las discográficas y los propios eventos de la casa como LOS40 Music Awards. Meter toda esta parte en la novela me resultó sencillo porque la tengo muy a mano. Tiré de cosecha personal.

¿Te auto censuraste en algún momento?

En algún momento sí porque no puedes contar cosas más contractuales sobre cómo funciona una empresa. Tampoco creo que tenga mucho interés para el lector. Hay cosas que omití y otras que se entrevén, aunque no son muy explícitas. Creo que se acaba con una idea general de cómo funciona la industria musical.

Es un fanfic, pero no un biopic de Aitana.

Inevitablemente pensamos en Aitana cuando leemos la novela, ¿era la idea?

Partía del perfil de Aitana, era de lo más claro que tenía cuando empecé a escribir la novela. Es una artista que me gusta mucho desde que empezó en Operación Triunfo. Me gusta especialmente el tipo de carrera que ha ido montando. Y me gusta ver en el personaje de la chica del pop, Eva, ese cambio que se produjo en Aitana, que era una niña que empezó con 18 años e inevitablemente fue cambiando con el paso del tiempo. Las cosas ten van cambiando, sobre todo en este mundo en el que hay muchos altibajos. La premisa era coger esa historia de crecimiento como artista y personal de Aitana sin que se comiera la historia de Eva que quería que volara sola.

Entonces, porque lo tenga claro el futuro lector, ¿es un fanfic?

Es un fanfic, pero no un biopic de Aitana. Está basado en su historia, pero todo transcurre de otra manera. No es Aitana, es Eva. La gente no va a ver un Cepeda, un Miguel Bernardeau. La gente va a ver la historia de Eva que puede, o no, tener intereses amorosos con otros artistas o actores, pero no es Aitana.

Por cierto, que ella tiene tu anterior novela en su estantería, ¿cuál es tu relación con Aitana?

Sí, subió una historia a Instagram y tenía el mío. Yo se la di en 2021, se la dediqué y ver que la guardaba en su estantería me puso muy contento. La valoro mucho y me cuesta encontrar el equilibrio entre fan y periodista musical. Nuestra relación es estrictamente profesional, la he entrevistado millones de veces, la primera cuando terminó OT 2017 en el plató de Barcelona. Era la primera vez que los finalistas se enfrentaban a la prensa. Luego la he entrevistado por Spoiler, 11 razones y por los diferentes sencillos que hemos ido sacando. Ella es siempre muy agradable con todo el mundo y conmigo siempre ha sido super maja.

A la chica del pop intentan liarla con un actor de éxito, ¿cómo no vamos a pensar en Miguel Bernardeau?

Es un poco jugar con las referencias que tiene la gente de la vida real de Aitana y darle la vuelta. Pero no se profundiza en eso, son más bien guiños. Quería que la historia de la chica del pop tuviera a Aitana como referente, pero sin despistarse creyendo que es un biopic suyo.

La cuenta pendiente con Eva es contar su gran historia de amor dentro de esta industria musical.

Te faltaría una segunda parte para que la chica del pop se enamorara de otro gran artista.

Cuando la gente lea la novela se dará cuenta de que a Eva le falta una gran historia de amor. Hay dos protagonistas. El chico, Quique, sí tiene su historia de amor, mientras que ella tiene una historia de desamor. La cuenta pendiente con Eva es contar su gran historia de amor dentro de esta industria musical en la que hay tantos estímulos y pasan tantas cosas.

Retratas la caótica salida de Operación Triunfo, ¿has conocido algún testimonio distinto al que plasmas en tu novela?

Por suerte o por desgracia tengo mis años y he seguido todas las ediciones desde la primera a la última y he entrevistado a muchos artistas que han salido de ahí. Hay un poco de todo. Las últimas generaciones han tenido más suerte por cómo había cambiado la industria, era más fácil lanzar tu música y mantenerte en el tiempo, aunque no tuvieras una discográfica detrás apoyándote. En la novela se refleja mucho lo que le puede pasar a esas generaciones de OT, lo bueno y lo malo. Gente que llega el éxito y le cambia, y otra que no llega y es interesante ver cómo les afecta estar en un segundo plano. No podría hablarte de testimonios concretos, pero recopilando todo lo que me han ido contando a lo largo de estos años, he notado ese regusto a veces amargo de la experiencia.

Ahora vuelve el programa, ¿qué te parece?

Siempre pasa lo mismo. Una edición gusta, una segunda mantiene la expectación de la anterior y una tercera cansa, sobre todo, si hay errores de casting o de dinámicas del formato. Pero me parece muy interesante que vuelva en una plataforma de streaming aunque la retransmisión va a ser muy parecida a la que había en TVE. Tengo ganas de ver qué tipo de casting hacen, si es gente joven, más mayor… estoy expectante. Es como todo, hay que ver cómo funciona.

Cuando salió el formato hubo mucha oposición de los músicos, ¿crees que ha ayudado a la industria un formato como este?

Para mí este programa ha aportado frescura, caras nuevas y que no se repartiese el pan los mismos. Hasta que apareció OT estaba todo monopolizado por los mismos artistas y discográficas y el programa renovó todo el plantel. Pero es cierto que cuando hay una edición con el éxito de la primera o la de 2017 y se intenta incorporar al mercado a todos los concursantes...es imposible. No tiene cabida porque no hay suficiente infraestructura para darles, a todos, el hueco que podrían tener. El que más gente enganche es el que va a sobrevivir. Pero es necesario que, de vez en cuando, la industria se renueve con nuevos talentos.

Creo que era necesario ver la parte más fea de la industria musical.

Nos quedamos con la idea de la industria musical como algo oscuro, ¿preocupando a los que se estén planteando entrar en ella?

Jajaja… para nada. He crecido con las historias de Britney Spears, de Rihanna, como de ese pop internacional que tenía toda esa parte dulce de la fama, de artistas globales que llenaban estadios en todo el mundo, pero que luego protagonizaban esas historias oscuras que salían en los medios de comunicación. Veía como Britney tenía un padre que la tutelaba y se aprovechaba de ella haciéndole la vida imposible hasta el punto de provocarle problemas psicológicos muy graves. O Rihanna que tenía un novio que era super famoso, Chris Brown, que le pegaba palizas. Esta industria que sale en la novela, es una industria ficticia, la discográfica en la que pasa todo, me la he inventado yo, pero sí quería que se vieran esas luces y esas sombras. La parte buena que te da la fama y la exposición mediática y la parte negativa que son las historias personales en una industria que a veces te arrastra a un pozo por los intereses. Eso está y ha existido siempre. No estoy señalando a ninguna industria ni mucho menos, pero creo que era necesario ver la parte más fea que tiene.

Se ha hablado mucho de los abusos de poder en esta industria, como en tantas otras, ¿eso ha cambiado?

Es una realidad que se ha visto gracias al movimiento del #MeToo, que empezó en el cine, pero ha habido artistas que también han salido a contar sus experiencias y se han liberado un poco. Estas nuevas generaciones que vienen, las nuevas artistas, vienen con la personalidad muy fuerte y con la mentalidad muy clara de que no se van a dejar pisar. Han sufrido muchas otras para que ellas puedan ahora tener voz y voto, que se las tenga en cuenta y que no sean solo unas chicas monas que se suben a un escenario a cantar. Ahora tienen peso en su proyecto, tienen ideas y las quieres llevar a cabo. Eso antes no pasaba.

Entonces, el empoderamiento femenino no es invento de los medios de comunicación, es una realidad, ¿no?

Lo del empoderamiento femenino es una expresión que está de moda y me encanta porque antes no se hablaba de eso y es cuando teníamos que estar preocupados. No ha sido un invento de los medios y me encanta ver como cada día hay más artistas empoderadas que no se callan ni una. Hacen lo que les da la gana y dicen lo que les da la gana y así deberían seguir siendo.

También criticas una industria llena de dinosaurios, ¿falta savia nueva?

Totalmente. Hay de todo, hay mucha gente con talento joven en la industria musical, pero todavía hay gente como muy estancada, gente que se queda refugiada en el pasado, en cómo funcionaban las cosas hace 10 y 20 años y de ahí no salen. Esto del empoderamiento femenino, de cómo funcionan las plataformas de streaming que, si te fijas, todavía tienen algún dinosaurio detrás porque en estas listas no ves mujeres. Hay dinosaurios que se tienen que ir o tienen que cambiar la mentalidad para seguir evolucionando.

Se habla de ese pozo de la industria musical como si fuera una leyenda y no lo es.

El mensaje para algún cantante que empieza es que confíe en su talento y mire bien de quién se rodea, ¿no?

Es fundamental ver de quién te rodeas. El otro día entrevisté a María Becerra y le preguntaba por esto, por cómo le había afectado a ella ser una artista tan joven que se había convertido en una artista global en tan poco tiempo. Me contaba que lo pasó muy mal al principio porque la gente se acercaba a ella por interés, la intentaban llevar a rincones oscuros y malos para hacerla más vulnerable y aprovecharse de ella. Luego aprendió a rodearse de la gente que le convenía y elegir bien la gente con la que trabajaba. En la novela se ve muy bien cómo la chica del pop se rodea de un círculo y cómo va cambiando ese círculo según van pasando cosas. Tiene gente que va con ella por interés y gente que realmente se preocupa por ella y quiere que le vaya bien y no quiere que caiga en ese abismo oscuro. Se habla de ese pozo de la industria musical como si fuera una leyenda y no lo es.

No lo es y por eso parece imprescindible hablar de industria musical y de drogas, ¿no?

Por desgracia creo que la droga está muy presente en la sociedad y esta industria es una fiesta constante y la droga está muy presente. No estoy diciendo que todos los artistas se droguen, ni muchísimo menos, pero droga sí hay droga, está presente en todos los sitios.

El otro gran protagonista de la novela sueña con trabajar en una discográfica, ¿es un buen trabajo?

No sé si sería un buen trabajo trabajar en una discográfica, pero a mí siempre me llamó mucho la atención, es como uno de estos sueños que tiene uno de adolescente porque le gusta mucho la música y se interesa mucho por lo que pasa y quería que el protagonista contara esa historia, la de ese sueño casi obsesivo de querer trabajar en una compañía y rodearse de esos artistas con los que ha crecido.

Tiene un lado fan muy marcado, ¿eso es profesional?

No es profesional que Quique sea tan fan de la chica del pop, pero forma parte de la gracia de la historia, de ver cómo un chico fanático, de estos locos, conoce a su artista y cómo ese fan va cambiando según va conociendo a la artista. Es lo interesante de esa historia, ver cómo esa amistad que empieza desde un punto obsesivo de fanatismo absoluto se va transformando en una amistad real.

Al final podría decirse que es una novela de crecimiento porque ambos protagonistas aprenden mucho en esta experiencia, ¿no?

Absolutamente es una historia de crecimiento tanto para Quique como para Eva porque ambos parten en un punto y terminan en otro totalmente distinto. No tiene nada que ver cómo empiezan a cómo acaban. Yo creo que al lector le puede gustar ver por qué luces y sombras van pasando y cómo se van transformando a base de palos en lo personal y profesional. Es interesante ver qué han dejado en ese camino y con qué se han quedado. Todos tienen sus amigos de toda la v, pero entra gente nueva de la industria y hay que valorar qué merece la pena y qué, no. A la gente le va a gustar mucho el final porque refleja ese aprendizaje.

También hay un podcast con un crítico sin filtros, esos abundan hoy en día, ¿pensabas en alguien?

No es una idea que estuviera desde el principio, pero hay un tuitero que se llama Odi O’Malley que habla de la actualidad musical, pero con un poco de mala leche. Y vi interesante ese concepto de gossip girl que va contando lo que va pasando en el mundo de la música, con esa mala leche que nos deje ver un poco de salseo y cotilleo sin que afecte al tema central de la novela.

Sábanas de las Spice Girls, ¿momento nostalgia?

Momento nostalgia absolutamente porque soy millennial y de pequeño iba al quiosco a comprar los sobres con las fotos de Spice Girls. He crecido con las Spice Girls y Backstreet Boys y aunque la novela está ambientada en 2023, quería que tuviera un guiño a todas esas artistas míticas e icónicas que me gustaban de pequeño. Era un homenaje absoluto.

Tarántula como insulto, eso me ha recordado a Keyla Suárez en La isla de las tentaciones, ¿de dónde lo sacaste?

Es de un amigo que se llama José que con cualquier excusa te llama tarántula y me hace mucha gracia. Me gusta coger expresiones o forma de ser de amigos míos e incorporarlos en mis novelas. Es algo que está muy presente tanto en la primera como en esta segunda novela.

Hay dos eventos importantes, por un lado, La Bresh, ¿es la fiesta del momento?

Sí, creo que sí. Dicen que es la fiesta más linda, ¿no? Es de las más importantes por el concepto, no deja de ser un escenario con una mesa como la de El sombrerero loco en Alicia en el país de las maravillas donde se suben DJs y artistas para cantar. Pero es tan cercana que es lógico que se haya convertido en la fiesta del momento. Es un concepto muy original. Yo ya he ido un par de veces y me lo he pasado genial.

Y, por supuesto, LOS40 Music Awards como objetivo de todo artista, ¿qué supone estar en esta gala?

Estoy barriendo para casa y no porque LOS40 Music Awards son los premios más importantes en España y están creciendo cada año. Me hacía mucha ilusión que la línea profesional que sigue la novela tuviera un clímax en LOS40 Music Awards. También era un guiño a mi trabajo y mis compañeros.

Parece que te postulas como compositor de canciones, ¿está en tus planes?

Eso me da mucha vergüenza. No me postulo como compositor ni mucho menos, pero me apetecía probar un poco. El universo que he montado en esta novela es ficticio y me apetecía un reto para ver hasta dónde puedo llegar. No son canciones completas, pero sí meto fragmentos. Cogía unas bases que me gustaban y la letra me salía de lo que le estaba pasando en ese momento a la chica del pop.

Pero, ¿te ha gustado?

Sí, me ha gustado, sobre todo porque me gusta cómo ha quedado una de ellas, Platónicos. Y me ha gustado mucho inventarme la discografía de la chica del pop con los títulos de las canciones, la temática, la historia que hay detrás de esas canciones. Era ponerse en la piel de un AR, la persona que va asesorando al artista y crear un concepto. Me apetecía montar un álbum de la nada, aunque no tuviera música, y que pudiera ser real.

¿Has pensado en la idea de que alguna artista ponga voz a esas canciones que has creado?

Sí lo he pensado. La voz de Eva es muy especial, pero tengo alguna idea.

Es difícil gestionar la fama y la crítica constante y mantenerte cuerdo.

¿Es difícil convertirse en la chica del pop de la noche a la mañana y no perder la cabeza?

Completamente, no creo que sea imposible porque depende de la gente que te rodea, tu familia, tus amigos, que te hagan mantener los pies en la tierra, pero tiene que ser muy difícil ser una persona completamente anónima y tener una vida completamente normal y, de la noche a la mañana, te conozca todo el mundo y todo el mundo critique cada paso que das. Yo hablo de oídas, de lo que he visto o de lo que he vivido en artistas cercanos, pero es muy complicado que no te afecte y que no te cambie. Es difícil gestionar la fama y la crítica constante y mantenerte cuerdo. A mí no me gustaría verme en la tesitura de la chica del pop.

¿Quién encarnaría a la perfecta chica del pop a día de hoy, aparte de Aitana?

Muchas. Es verdad que está inspirada en el fenómeno Aitana, pero tenemos la suerte de que hay una generación muy buena de artistas. Para mí las chicas del pop perfectas son Aitana, Lola Índigo, Belén aguilera, Ana Mena, todas estas chicas que han cumplido el sueño que teníamos algunos de ver a artistas españolas triunfando mundialmente con el pop internacional que hacían Rihanna, Taylor Swift, Katy Perry, Britney Spears… todas ellas son mis chicas del pop.

Habría que destacar la importancia de los personajes secundarios, ¿cuál te gusta más?

Regina es mi personaje secundario favorito. Es un poco dinosauria, pero me produce mucha ternura. Tiene unos cuarenta años y se ha quedado estancada en la idea de la industria musical más vieja. Creo que es uno de los personajes más cómicos de la novela. Me gustan muchos más personajes, pero si tuviera que quedarme con uno sería ella.

Tu primera novela era una salida del armario, aquí no falta una relación LGTBI, ¿ayudando a la normalización?

Siempre. Si algo tengo claro es que si puedo seguir escribiendo novelas seguiré metiendo personajes LGTBTi, a lo mejor no todos son protagonistas, pero forma parte de mi identidad y de mi estilo con el que escribo. Y está cambiando porque desde que escribí la primera novela a esta segunda, veo que cada vez hay más historias LGTBi y eso me hace sentir orgulloso de la sociedad literaria en España.

¿Qué es lo que más te inquieta ahora?

Cómo lo reciba el público, la presentación, que con la primera novela no tenía porque era pandemia, y me inquieta ver cómo lo pueda recibir Aitana si le llega. Tengo muchos nervios de ver cómo funciona porque es una historia que veo con mucho potencial. Es un universo que he creado y sobre el que tengo muchas ideas que me gustaría seguir contando. La idea, si se puede, es montar una saga, pero no de estas eternas, sino incluir una secuela y una precuela. Está Sky, que es un personaje muy potente con una historia fuerte que me gustaría contar.

Sky es ese personaje que ha caído en el pozo, ¿también tenía una fuente de inspiración real?

No tiene una inspiración específica, pero si tuviera que decir en qué se inspira es en ese lado oscuro de las divas que hemos conocido todos, como Rihanna o Britney Spears. En España no creo que tengamos un referente parecido...todavía.

Cristina Zavala

Periodista enamorada de todo el entretenimiento....