'A Favela Love Story' o cómo Anitta relata su historia de amor con el funk carioca en tres actos

Principio, nudo (conflicto) y desenlace. Eso es todo lo que se necesita para contar una buena historia. Y si encima en el transcurso de la trama aparecen elementos como la pasión, el descaro y, por supuesto, el esperadísimo final feliz, ¡nos han ganado!

Anitta ha publicado la carta de presentación de su nueva era con un EP que consta de tres canciones o, —lo que es lo mismo, un cuento audiovisual dividido en tres partes—. Se llama Funk Generation: A Favela Love Story y nos narra en primera persona su idilio con el funk carioca, un género musical muy importante tanto en su vida como en su carrera, que guarda especial vínculo con sus raíces y que por fin, una vez conquistado mercados tan importantes como el estadounidense, puede explotar en su propia discografía.

"Estoy haciendo un nuevo álbum y mi intención es darle a la gente mi cultura de Brasil. Cuando la gente escuche esta música puede sentir mi cultura y el ritmo de calle. Lo hago porque para mí es prioridad mi tierra y así el público también puede entender cómo soy. Esto me hace única, me hace diferente porque es mi país, ¿sabes? Es mi raíz. El próximo ritmo del mundo va a ser el funk de Brasil", aseguró en su encuentro virtual con Tony Aguilar en LOS40 Global Show a principios de julio.

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De este modo, los tres tracks y episodios de este EP —aunque se pueden disfrutar de manera individual y por separado— que, en su conjunto, muestran su primer contacto con el sonido característico de su tierra; cómo a lo largo de su carrera ha ido explorando otro tipo de melodías, géneros e idiomas (como el inglés y el español); y cómo finalmente se ha casado con el funk, a pesar de todo y de todos las trabas que se ha podido ir encontrando por el camino.

Acto I: Funk Rave

No hay relato sin un punto de partida. En esta primera parte, Anitta nos pone en contexto. Río de Janeiro, año 2000. Lo vemos en la estética, en los ídolos de la época —Ronaldo Nazário da Lima— y sus peinados de moda. Asimismo, presenta a los protagonistas: por un lado, ella misma; y, por otro, un chico que juega al fútbol, el deporte rey que la selección brasileña conquistó en 2002 haciéndose con el trofeo de campeona del mundo.

También nos muestra la realidad de las Favelas (y sus gentes), barrios humildes hechos con materiales de desecho que tienen unas condiciones mínimas de habitilidad y que están situados en las zonas suburbiales de Brasil. Millones de familias viven en estas zonas en ciudades como Río de Janeiro.

Acto II: Casi casi

En el nudo de esta historia, nuestra protagonista nos presenta el motel en el que trabaja, donde personas de todas las edades, diferentes orientaciones sexuales y de distinto género se reúnen para vivir tórridos encuentros donde dar rienda suelta a la pasión (siempre con protección).

Aquí, la brasileña se deja influenciar por otros ritmos y otros bailes, como el twerk. Vendría a ser una metáfora sobre la versatilidad que ha desarrollado en esta última década, en la que ha cantado en español, en inglés... y ha tocado palos como el reggaetón, el afrobeat, la electrónica y el pop latino. Una serie de elementos que, a lo largo de estos años, le ha servido para construir una base sólida con introducir de una vez por todas su verdadera esencia y su cultura, en el predominante mundo anglo y occidental.

Acto III: Used to be a hoe

El desenlace de esta historia de amor comienza con una pedida de mano y concluye con una boda accidentada, pero con el esperado "sí, quiero". Supone el culmen del camino recorrido por Anitta, la unión con sus raíces y, en definitiva, del funk, hasta el fin de los tiempos.

Por supuesto, no hay culebrón sin su buena dosis de drama. La cantante es secuestrada en medio de la ceremonia para evitar que se case. A pesar de los obstáculos consigue cumplir su propósito: casarse con el sonido de Brasil que tanto ama.