Especial
Iñaki Godoy, el protagonista de ‘One Piece’, comparte el problema médico de su hermana: “Nos cambió la vida”
Se abre para contar la historia que ha tenido que superar su familia
Iñaki Godoy se ha convertido en uno de los personajes de moda por su papel protagonista en One Piece como Luffy. son muchos los que se han enamorado de su personaje y, por tanto, de él. Y crece el interés por todo lo que tiene que ver con su vida.
Este mes está dedicado a la concienciación sobre la alopecia y él ha querido compartir su caso personal para ayudar a la causa. Y no es él quién se ha quedado sin pelo, todo lo contrario, luce una fuerte melena en la serie, sino su hermana Mía.
“A mi hermana le diagnosticaron alopecia cuando tenía 3 años y eso nos cambió la vida”, aseguraba junto a una foto de ellos de niño con su hermana totalmente calva.
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“Para quien no lo sepa, la alopecia provoca la caída del cabello, lo que puede ser difícil de manejar”, escribía el día de su cumpleaños.
“Para cualquiera que lea esto, eres hermosa tal como eres. La verdadera belleza duradera comienza y permanece en el corazón, ¡¡¡nunca lo olvides!!!”, terminaba compartiendo en redes sociales. Compañeros como Jacob Romero y Taz Skylar le han mandado su apoyo.
Una historia de superación
También ha escrito sobre el tema en su blog. “Es difícil recordar la época en la que mi hermana tenía pelo. La mayoría de mis recuerdos comienzan cuando a ella le diagnosticaron alopecia con tan solo tres años (yo tenía cuatro)”, recordaba sobre aquel momento.
Hay varios tipos de alopecia y su hermana sufre la universal, la que te hacer perder el pelo de la cabeza, las cejas y las pestañas. “No es peligroso. No afecta tu salud en absoluto, simplemente elimina el cabello. Y todavía no existe una cura”, aseguraba.
Su hermana no lo llevó mal y sonreía cuando la miraban con curiosidad. “En ese momento, no me di cuenta de que no tener cabello (especialmente en una niña) era poco común. Sin embargo, a medida que comencé a ser más consciente de lo que me rodeaba, me di cuenta de que no había muñecas calvas ni chicas calvas en la televisión o en la escuela...”, explicaba.
“Noté que la gente a nuestro alrededor miraba fijamente a mi hermana, susurraban entre ellos, miraban hacia otro lado y luego miraban fijamente. No me tomó mucho tiempo descubrir por qué sucedía eso. Ella era única y no tenía pelo, por supuesto que generaba curiosidad a su alrededor. Nunca me sentí incómodo por la atención; la mayoría de la gente no estaba siendo grosera. Simplemente se sorprendían al ver a una chica así”, relataba sobre lo inconsciente que era entonces de lo que suponía tener un problema como este.
“Cuando fui un poquito mayor, mi madre me contó que encontró a mi hermana (cuando era pequeña) en la bañera con un bote de pegamento. Estaba tratando de pegarse el poco pelo que le quedaba en la cabeza para poder jugar con las niñas del colegio porque las princesas no eran calvas. Me imaginé que algunos niños serían malos porque ella no era como ellos, pero eso no me sorprendió. Lo que realmente me tomó por sorpresa fue ver a Mia tan afectada por eso”, reconocía.
Lección de vida
Su hermana se sometió a varios tratamientos que no dieron fruto y finalmente llegaron a la conclusión de que tendría que aprender a vivir con eso.
“Nunca dejamos que se compadeciera de sí misma por verse diferente, tenía que seguir adelante, incluso con las miradas incómodas. A veces usaba peluca, pero no le parecía bien, al menos no en aquel entonces. Se sentía como si estuviera tratando de ocultar su verdadero yo porque su versión calva no era lo suficientemente buena. Por eso mi mamá nunca la animó a usar pelucas, aunque eso cambió con el tiempo”, confesaba.
Pero finalmente se dio cuenta de que ser calva no era un problema, sino la falta de referentes y toda la familia se involucró con una fundación que trataba de concienciar sobre este problema.
“Ella SABE que es hermosa con o sin cabello, peluca o sin peluca. Mia ha hecho cosas increíbles con su vida y, aunque todavía le resulta difícil lidiar con la alopecia, nunca ha dejado que su condición se interponga en sus aventuras”, narraba en su blog.
De toda esta experiencia ha sacado un aprendizaje: “No importa lo que piensen los demás porque la verdadera belleza duradera comienza y permanece en el corazón”.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...