Especial
‘Ha llegado el día’ y ‘Catálogo’, dos nuevas canciones de Rubén Pozo en un formato muy especial
Un formato apto para los más nostálgicos
Vampiro es el último álbum de Rubén Pozo, el que durante unos cuantos años fue la mitad de Pereza junto a Leiva. Ahora, ese álbum se publica en vinilo, en una versión extendida a la que se han añadido dos temas nuevos.
Se vende en exclusiva en SMF Store donde la reserva en preventa dará acceso a un encuentro exclusivo con el músico el próximo 7 de noviembre en el que charlará con los asistentes y tocará algún que otro tema.
Será el 10 de noviembre cuando salga a la calle este nuevo trabajo. “Ha llegado el día y Catálogo son dos canciones que aparté de las sesiones de grabación de Vampiro para poder sacar un vinilo 7'' con ellas más adelante. Es un sueño pendiente que tengo desde que empecé en esto de la música. Siempre quise música mía en el formato de los singles de vinilo de los años 60: una canción por cada cara, agujero grande en medio y el tocadiscos a 45 revoluciones por minuto”, cuenta sobre el proyecto.
Ha llegado el día
Sobre Ha llegado el día asegura que “es un conjuro que me ha ido susurrando un ángel al oído a lo largo de varios años. Todo el proceso de composición se aceleró cuando me di cuenta de qué tipo de ángel me iba dictando cada estrofa, cada cambio de acorde, cada giro melódico. Está escrita encima de un cementerio indio sobre el que se construyeron las ciudades modernas. Podría haberse compuesto hace cien años. O trescientos. De hecho, es una canción tan antigua como la propia humanidad”.
Pero, para que nadie piense que se le ha ido la olla, aclara que “bajándolo todo a tierra y pensando que esto no es más que contenido manufacturado, y embotellado, solo decir que he metido en la coctelera al grupo Triana, a la leyenda negra del blues de Robert Johnson y lo he especiado con la sangre, las bajas pasiones y lo telúrico del teatro de Lorca. Todo ello sobre un lecho rock que va creciendo en intensidad, peldaño a peldaño, como si se tratara de una escalera al cielo”.
Catálogo
La otra canción, Catálogo, admite que “la escribí en casa del tirón una tarde en la que, tocando la guitarra, empecé a canturrear una melodía sobre una sucesión de acordes. –‘Esto suena bien’- me dije – ‘ojalá tuviera una letra para ponerle palabras’-. Entonces agarré el primer papel que tenía delante, que fue un repertorio que había confeccionado para los conciertos del fin de semana, y el nombre de las canciones empezó a encajar milagrosamente en la métrica de cada verso. Se acabó el repertorio y seguí metiendo canciones mías y fue todo muy rodado. Varias estrofas, estribillo, parte C...”.
Le gustó el resultado y se dio cuenta de que tenía entre manos la metacanción por antonomasia. “No cupieron todas las canciones que he publicado en mi vida. Es una canción para fans duros de mi trabajo. Si conoces por lo menos treinta de ellas ya te puedes considerar ‘Rubenista’ duro. El caso es que, para mí, títulos de canciones inconexas, de repente tienen un sentido y a veces da la impresión de que estoy contando mi vida. De que se forman frases coherentes canción tras canción. No es de extrañar. A esto he dedicado mi vida. A esto la sigo dedicando. Escribir canciones”, explica.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...