David Olivas sobre ‘Te veo en el cielo’: “En este libro hay Taylor Swift, Coldplay, Tom Odell y, también, canciones en italiano”

También hay Ana Mena, Vetusta Morla o Amaral para ambientar una de esas historias que nos hacen llorar

David Olivas publica 'Te veo en el cielo'.

David Olivas publica 'Te veo en el cielo'. / davidolivas626

David Olivas ha demostrado con novelas como El vuelo de la mariposa o El susurro del ángel, que tiene una sensibilidad especial para emocionarnos. Sus historias están cargadas de intensidad y amor y se convierten en esas experiencias vitales que uno vive casi en primera persona cuando las está leyendo.

Ahora, lo ha vuelto a conseguir con Te veo en el cielo, la historia de Elías, un joven estudiante que huye de su pueblo, donde no aceptan su condición sexual, y llega de Erasmus a Roma para descubrir otra realidad. Allí conoce a Enzo, una promesa de la natación nacional que está a punto de cumplir su sueño de disputar un Mundial, eso sí, con el dilema de saber que si lo hace su corazón se puede parar.

Una historia de amor, de filosofía de vida, de superación de obstáculos, de amistad y de autoconocimiento que se vive con mucha intensidad y con una banda sonora que resulta muy reconocible. De Taylor Swift a Ana Mena pasando por Vetusta Morla, Amaral, Coldplay o Tom Odell.

Te bastaron cuatro días para lanzar una segunda edición de Te veo en el cielo. ¿Uno duerme más tranquilo?

Uno duerme más tranquilo, pero a la vez sigue dando vértigo pensar que está llegando a tanta gente. Al final, uno lo vive con una ilusión tremenda y un agradecimiento enorme. Nunca me había pasado que en cuatro días me llamara me editor y me dijera, segunda edición porque esto está siendo imparable. La verdad que muy contento porque creo que la gente tenía muchas ganas de conocer esta historia. Desde que empecé a enseñarlo desde mi viaje a Italia y empecé a subir historias y fotografías, la gente quería saber qué había detrás de eso y la respuesta está siendo tan bonita y los mensajes tan positivos… creo que este libro está ayudando a mucha gente. Al final yo lo escribí un poco por eso, por si había algún Elías en algún lugar, en algún pueblo pequeño, que pudiera de alguna manera sentirse abrazado. Duermo más tranquilo y, sobre todo, con más emoción.

Una de las cosas que más me llama la atención de tu proceso de escritura es que primero vives los lugares donde transcurre.

Creo que no podría empezar ninguno de los libros que he escrito o que voy a escribir sin haberme ido antes a los lugares donde se va a desarrollar la historia. Creo que es clave, al menos es el proceso que más disfruto. Cuando estás escribiendo en Madrid, en casa, está bien, pero siempre hacer ese viaje previo y empaparte de cada escenario… Cada escenario que saco en mis novelas existe, tiene ese momento real que la gente completa porque la gente coge el libro y se hacen esas rutas por Cudillero con El vuelo de la mariposa, por Calella de Palafrugell con El susurro del ángel, con este quizás tengan que coger el avión, pero hablo de una isla super especial que, al menos, creo que no es tan conocida como las típicas de la costa Amalfitana o de Nápoles y es algo que disfruto mucho haciendo porque es el momento en el que viajo solo y cuando nace la historia.

Tenías ganas de Italia…

Tenía ganas, sobre todo, de ir a escribir a Italia. El escenario me parecía brutal, pero necesitaba encontrar la historia que realmente le venía como anillo al dedo, que era esta. Sí tenía en la cabeza querer contar una historia de amor LGTB, pero necesitaba encontrar el lugar donde contarla y después ponerme a escribir.

Mencionabas esta Isla Procida que no sé si te van a poner en su lista negra por habérsela descubierto a muchos turistas.

Una de las cosas que me pareció super especial es estar en pleno mes de agosto, como me fui el año pasado, y estar yo frente al mar, viendo el atardecer y no escuchar más que las olas. Es algo que brindo a los que van a leer la historia, esos lugares especiales que me he encontrado en el camino.

Por cierto, que a uno le entran ganas de comprar un billete para Roma después de leer la novela, se nota que amas la ciudad.

He estado ocho veces, la tengo tatuada, es como ese lugar al que siempre me escaparía a pesar de que la conozca y haya visto gran parte de la ciudad. Es ese lugar al que me encanta poder volver siempre. Me pareció mágico poder escribir parte de esta historia allí, poder caminar sin la presión de tener que verlo todo, simplemente caminando y descubriendo calles. Muchos de los escenarios que aparecen en la historia, el callejón lleno de estrellas… lo fui encontrando y fue super especial. Otros tuve que ir a buscarlos, como las piscinas, la universidad. Escribí a la gente de la universidad para ver si me podían enseñar parte de las aulas. Ha sido un proceso super bonito y Roma es protagonista de la historia.

Fuiste, incluso, a ver los Juegos Europeos de natación, ¿cómo se vive allí este deporte que, a priori, no tiene tanta repercusión en España?

Fue super curioso porque yo iba en busca de la piscina en la que se iba a desarrollar parte de la historia y era una piscina que me la habían recomendado nadadores de aquí de España, me habían dicho, ‘vete a ver esta piscina porque te va a encantar’. Llegué allí y no me dejaban pasar porque se estaban disputando los Juegos Europeos de Natación y no me había hecho el viaje para no pasar. Conseguí pasar y tengo vídeos donde salgo escribiendo parte del final del libro en la piscina, donde ocurre. Luego a las dos horas me echaron. Estaba super lejos del centro, tuve que coger dieciséis autobuses para llegar, pero era algo super bonito.

Incitas a leer con tus guiños a otros libros. Seguro que muchos que no lo han hecho ya, han empezado Marina o Llámame por tu nombre.

Marina aparece en todas mis novelas, siempre hay un ejemplar en la mesilla de noche del protagonista, o en la librería porque fue el libro que a mí me hizo darme cuenta de que con las historias puedes emocionar. Me lo mandó mi profesora de lengua en el instituto y hubo algo que en mí hizo clic. Luego me leí todo lo de Carlos Ruiz Zafón, me empecé a aficionar por el cine y me di cuenta de lo que podían emocionar las historias. Cuando leí Llámame por tu nombre fue una historia que me fascinó que también la llevo tatuada, fui hasta el pueblo donde ocurre en Italia, me fui hasta Crema en el año 2018 y fue como descubrir historias que pueden emocionarte, con las que compartes muchas cosas sin saberlo. Todo ese conjunto de historias ha hecho que yo pudiera escribir Te veo en el cielo.

Hablemos de amor. Queda claro que para ti es el motor que mueve el mundo, ¿no?

Totalmente y creo que este libro no lo hubiera escrito igual si no hubiera estado enamorado. Creo que esta novela tiene cosas personales de mi relación con mi pareja, pero creo, sobre todo, que no lo hubiera escrito igual porque él era la persona que me daba las buenas noches y me decía, ‘toma esta canción para ver si te puede inspirar para escribir toda la noche’. Conocer a Kilian justo cuando yo estaba en Italia y que me haya acompañado todo este tiempo ha hecho querer contar una historia de amor, no la nuestra, pero sí cómo el sentimiento de amor es algo muy bonito. Había que contar también historias como la de Elías que no se sentía aceptado por parte de su hogar, de su familia que no le aceptaba. Quería contar una historia de amor, pero también poner el foco en aspectos que no son tan bonitos, que no son tan románticos. Al final Elías es esa persona que quieres abrazar toda la novela, pero que realmente, lo único que quiere es encontrar su lugar en el mundo.

Pero a pesar de que han cambiado muchas cosas, también, a día de hoy, seguimos viendo agresiones homófobas, insultos.

Todavía queda esa falta de aceptación de una persona por su condición sexual… en pleno siglo XXI.

Una de las grandes razones por las que escribí este libro es porque a mí me hubiera encantado saber que no estaba solo, que, si quería dar el paso de salir del armario, tener ese miedo de todo lo que me podía encontrar, pero también poder saber que había luz entre toda esa oscuridad. Saber que me podía enamorar y me podía salir todo bien. A mí me hubiera encantado que me lo hubieran dicho y, entonces, una de las grandes razones por las que escribí esta historia es por si alguien coge esta novela y siente que está solo, que le pueda ayudar y no sentirse tan solo en ese momento.

Ahora mismo, esta nueva generación, cuenta con muchos referentes en la literatura.

Ahora mismo la cultura está llena de referentes que están contando, no ya historias LGTB, sino historias completamente distintas con las que cualquier persona puede sentirse identificada y puede no sentirse tan solo. Pero a pesar de que han cambiado muchas cosas, también, a día de hoy, seguimos viendo agresiones homófobas, insultos, pero estamos en el buen camino.

A mí me parece que la intensidad, en algunos aspectos, es muy necesaria y este libro tiene muchísima intensidad.

Algunos dirán que el amor está demasiado idealizado en esta novela, ¿cómo lo ves?

Claro, yo, al final, quería contar una historia de amor de película, una historia de amor en la que todo va bien. Pero quería contar cómo afrontan los problemas, esos momentos de nervios, de quiero a estar persona, pero en algún momento voy a tener que volver a casa. Quería hacer una historia de amor que cumpliera con casi todos esos clichés de enamoramiento a primera vista, esos mensajes, ese amor a fuego lento…

¿Amor a fuego lento en una semana?

En el sentido de una persona que se quiere enamorar y se fija, pero a la vez le da miedo, pero quiere ir con alma y de alguna manera no puede contener esa calma y quiere seguir viendo a esa persona. A pesar de cumplir todos esos clichés, sí quería contar una historia en la que la gente pudiera verse reflejada. A mí una de las cosas que más me resaltan es la intensidad y a mí me parece que la intensidad, en algunos aspectos, es muy necesaria y este libro tiene muchísima intensidad. Al final estoy contando una historia de amor que transcurre en una semana.

Ahí vamos, ¿alguien se puede enamorar, en la vida real, en tan solo una semana?

Yo creo que sí. Es verdad que en este aspecto la narrativa y la ficción transcurre en Roma, en un escenario romántico, universidad… pero creo que sí te puedes enamorar en una semana. No sé si te pueden pasar todas las cosas que les pasan a ellos, pero creo que sí puedes encontrar esa persona que te hacer ver la vida de una manera distintas.

Las aplicaciones para ligar, ¿son imprescindibles a día de hoy?

Yo creo que no. Estamos en un momento en el que salimos de fiesta, vamos a un concierto, hasta por TikToks viendo libros, compartiendo ciertos gustos, creo que podemos encontrar a ciertas personas que nos llamen la atención, pero es verdad que en el momento en el que vivimos es imprescindible tener ese tipo de aplicaciones. Yo, al menos, soy más partidario de buscar el amor de una manera más de película, siempre he querido tener esa historia de película. Son necesarias, pero no imprescindibles. Con este libro, yo quería hacer una aplicación en la que no sepas cómo es la otra persona, es un poco esa crítica al escaparate. Si te quieres enamorar de mí o que nos conozcamos, hablemos, cuéntame cosas. Por eso quería hacer una aplicación que no tuviera fotos y que fuera por gustos y por hablar.

Hay cierta crítica a la prensa del corazón y el daño que puede hacer cuando se publican ciertas cosas.

Al final, quería poner el foco en una persona que es muy mediática, que es muy conocida, que quiere empezar a dar ciertos pasos, pero ve que no puede hacerlo porque tiene un altavoz tan grande que no se ve con la libertad de hacerlo. Le pasaba al protagonista de Heartstopper, que los fans le criticaron tanto que encarnara a un chico bi siendo heterosexual, que se vio en la necesidad de tener que decirlo. Pero seguro que hay mucha gente que no haya dado el paso por el qué dirán, porque les sigue la prensa. Es una crítica, pero también una manera de entender por qué Enzo no da el paso y no se ve con la fuerza necesaria por todo lo que iba a conllevar por ser una persona mediática.

Es lacrimógena, pero creo que es una historia en la que las lágrimas van acompañadas de una sonrisa.

Queda reflejada la agonía de esperar un transplante, ¿lo has vivido de cerca alguna vez?

No lo he vivido de cerca, pero he tenido un amigo de mis padres, que siempre ha estado esperando un riñón y cuando llega, le cambia la vida. A mi padre le dio un infarto y hubo algo en mí que cambió que era el poder del corazón, de cómo le quedó un 30% de corazón y, a día de hoy, sigue haciendo deporte, dejó de fumar. Me pareció algo vital, el hecho de que mi padre pudiera aguantar aquello y que pueda seguir viviendo con un porcentaje de corazón tan bajo que me informé muchísimo y hablé con cardiólogos para ver lo que es un transplante de corazón. Es una persona joven es algo difícil y con mucha espera. Quise poner el foco en una persona que quiere a toda costa cumplir su sueño de participar en un Mundial, pero que su corazón le está diciendo que no lo haga, que frene. Qué dilema.

Se llora mucho leyendo la novela, ¿lloraste también escribiéndola?

Lloré muchísimo escribiéndola, lloré muchísimo escribiendo el final y de alguna manera pensaba, si estoy emocionándome tanto, creo que es porque estoy consiguiendo meter mucho sentimiento y mucho dramatismo en las situaciones que ocurren. Y cuando ha salido el libro es lo que la gente más me dice, ‘lo que he llorado leyendo este libro’. Es lacrimógena, pero creo que es una historia en la que las lágrimas van acompañadas de una sonrisa, que es algo difícil, pero es lo que me propuse.

Estamos más acostumbrados a que sean las mujeres las que expongan historias de sentimientos tan abiertamente, afortunadamente, eso también está cambiando.

Yo siempre he dicho que mi vida ha estado rodeada de mujeres super importantes, mi abuela, mi madre y mi hermana. Siempre buscaba referentes, las otras dos novelas también eran protagonistas femeninas, era algo que me daba mucho vértigo, pero siempre me he rodeado muy cómodo rodeado de mis amigos, era una situación de ‘save place’, un entorno seguro y el feedback que he tenido ha sido super bonito. En este libro la faja la hizo Alice Kellen que es una de las autoras que más mueve en este país y me dijo que ‘es una novela que se va a recordar’ y me pareció super bonito y super especial. Lo llevo super bien, aunque el hecho de encontrarme en una feria de literatura romántica y ser el único chico, me hace sentirme afortunado porque me dan ese lugar y por estar rodeado de mujeres a la que admiro: Alice Kellen, Inma Rubiales, Elísabet Benavent, que es amiga… gente con la que aprendo cada día y me dan consejos super especiales y super útiles. No pasa por ser la diferencia en ese sentido.

Si tuvieras que definirte, ¿dirías que eres más Enzo o Elías?

Creo que soy más Elías, pero creo que tengo también muchas cosas de Enzo. Me encanta el deporte, soy muy impulsivo, muy impaciente…

Hay un Kilian en la novela, ¿petición expresa de tu chico o una sorpresa para él?

Lo encontró por sorpresa. Recuerdo que cuando estaba escribiendo esta historia, pensaba, a quién le dedico este libro. En un libro, al final te acompaña mucha gente detrás, gente que no se ve, que no aparece en ningún lugar y para mí era importante no solo dedicarle el libro, que era lo primero que iba a encontrarse la gente cuando lo abriese porque es el que realmente me ha acompañado en esta historia. Era el que me daba las buenas noches y me mandaba esas canciones que aparecen en la playlist del libro porque sabía que me iba a pasar la noche escribiendo, ha sido ese pilar fundamental. Y a modo de detalle quise poner ciertos elementos como son el anillo de los latidos, como su nombre en un niño pequeño con su madre, quise hacer ciertos detalles que él, sobre todo, ha reconocido. A lo mejor la gente lo lee como algo más, pero para nosotros era algo especial. Cuando vio que le había dedicado el libro, se emocionó y se puso a llorar. Es darle ese reconocimiento por haberme acompañado durante el camino.

Hablemos de música. Hay playlist en esta novela, ¿basada en gustos personales?

Basada en gustos personales y en búsqueda de música italiana. Iba a hacer una historia que transcurría en Roma, esta gente sale de discotecas y pondrán reguetón, pero también pondrán mucha música italiana. He descubierto muchos grupos que, a pesar de que el libro ya está a la venta, sigo escuchando a día de hoy porque han sido descubrimientos. En El vuelo de la mariposa, me pasó una cosa curiosa y es que puse una canción de El sueño de Morfeo porque me pegaba con la historia y me escribió Raquel del Rosario que subió una historia del libro con la canción y me di cuenta de que, a veces, no sabes a dónde van a llegar tus historias. Por eso quise meter una de Amaral al principio y no sé si le llegará, pero si lo ve, me haría mucha ilusión. He metido música italiana. He metido bandas sonoras, que escucho muchísimo, soy un consumidor de bandas sonoras, de hecho, uno de los regalos más especiales que me hicieron por mi cumpleaños fue un concierto de Hans Zimmer. Es algo que me gusta y soy de esos frikis a los que les gusta tener los vinilos de bandas sonoras.

Taylor Swift es un referente porque todas las letras que escribe las hace sobre vivencias personales, desamores, historias de amistad, de amor.

La única banda que mencionas italiana es Pinguini Taticci Nucleari. ¿Qué te transmiten ellos para haberlos metido?

Desde el momento que me fui a Italia ya llevaba ese grupo en mis oídos porque me puse el Top 50 Italia y empecé a escuchar y este grupo me transmitía muy buenas vibraciones. Te dan ganas de ponerte a saltar, a bailar, me pareció super especial. Y los fui escuchando durante todo el tiempo que estuve en Italia y durante el proceso de escribir y ha sido un grupo que me hubiera encantado ver en directo, que hicieron un concierto en Roma, pero no pude ir.

Abres con una cita de Taylor Swift, ¿por qué aparece en todas las novelas LGTB?

Yo al menos, hablo de ella como referente porque creo que todas las letras que escribe las hace sobre vivencias personales, desamores, historias de amistad, de amor. Al final en sus letras yo veía esa persona que escribe desde lo que ha vivido, desde lo que siente, de crear historias, aunque sean en tres minutos y medio y que te lleguen y conecten. Ella nos ha dado esas historias en nuestra juventud, el otro día fui a ver el documental al cine y decía, es que literalmente la llevo escuchando desde el primer disco. Ha sabido posicionarse, ha sacado vídeos y letras con referencias al colectivo LGTB. Recuerdo el videoclip que un espacio en referencia a personas trans, LGTB, homosexuales, bisexuales… era como, voy a sacar aquí todo lo que quiera. En All Too Well, que es una de las canciones que sale en el libro, cuenta, en la versión del videoclip de diez minutos, todo el proceso de cómo una pareja se conoce, empiezan a vivir juntos, discuten, el duelo, que me pareció magistral.

'In this shirt', de The Irreressibles, era una canción que desde que la escuché en 'A tres metros sobre el cielo', -después la pusieron en anuncios-, me parecía como si estuvieras viviendo una cuenta atrás.

Coldplay, Tom Odell… el punto romántico.

A Coldplay no les había visto nunca en directo, me fui al Wembley de Londres a la última fecha que hicieron y no recordaba haber visto nada que me impresionara tanto como aquel concierto. Además, un espacio como Wembley, que temblaban los asientos, fue un recuerdo magnífico. Los vi antes de ir a Italia y fue una sensación de curación, de paz. Son canciones que me han acompañado en esa adolescencia y verles en ese escenario… Y Tom Odell es esa parte romántica, de conectar en esas noches que estaba escribiendo y saber que iba a escribir unos diálogos románticos, que tuvieran carga emocional. Una de las cosas que más me gusta de los libros es la música que escucho cuando los estoy escribiendo porque creo que define perfectamente lo que te vas a encontrar. En este libro hay Taylor Swift, hay Coldplay, hay Tom Odell y también hay canciones en italiano.

Esos artistas que comentas no necesitan presentación, pero seguro que alguno habrá descubierto a M83 o The Irrepressibles, ¿qué te ha llevado a incluirles?

M83 es mi grupo favorito, es el grupo que poca gente conoce de mi alrededor, les vi en el BBK Festival este año, les pedí que me dieran el track list porque estaba en primera fila y con la canción de Wait siempre he llorado, con la que he escrito partes importantes, no ya solo de este libro, sino también de los anteriores y me parece un grupo que aun haciendo electrónica atmosférica, es un grupo que de pronto te hace canciones super diferentes con las que yo he conectado mucho. Y luego, In this shirt, de The Irreressibles, era una canción que desde que la escuché en A tres metros sobre el cielo, -después la pusieron en anuncios-, me parecía como si estuvieras viviendo una cuenta atrás. Fue la canción con la que yo escribí el momento en el que Elías va corriendo a la piscina corriendo en el taxi. Me hacía coger ese punto de aceleración.

Cuando uno perrea en público, ¿ya es que se siente completamente libre?

Totalmente. Además, es algo que creo que es como ese momento de liberación. Ya está. Es un momento en el que Elías se quita las cadenas y dice, ‘no sé si alguien me juzgará, pero estoy empezando a hacer lo que quiero y lo que siento’. Es en ese momento de perrear, que estás en la discoteca y te sientes tan libre, que te da igual todo, y a Elías le pasa.

¿Has escuchado alguna vez Copenhague, de Vetusta Morla, en un vuelo?

Me acuerdo cuando me estaba yendo a Italia la puse. Vetusta Morla me vino muy bien porque el momento en el que Elías se va, la letra de Copenhague era como perfecta para cuando se está yendo de su pueblo. La he escuchado muchas veces, tengo el vinilo. Además, su canción Al respirar, es una de las citas con las que abro El vuelo de la mariposa, es un grupo que me ha acompañado muchísimas veces.

Kilian me ha enseñado a muchas artistas que yo no solía escuchar, como Ana Mena o Lola Índigo, y de repente las he visto con un despliegue brutal.

Tú solías hacer fotos a los artistas en sus giras, ¿lo echas de menos?

Toda la época que tuve de hacer fotografía la llevo muy ligada al indie español. Uno de mis grupos favoritos ahora es Arde Bogotá, Love of Lesbian. Son grupos con los que he crecido y a los que he podido acompañar y hacer fotos y quedó en el pasado porque hay que ir dando pasos hacia delante. Lo guardo con mucho cariño. El otro día estaba con Gabi de Shinova, en un festival, y nos conocimos por mi labor haciendo fotografías, pero trasciende, y siempre los voy a considerar como parte con la que crecí y muchas de sus canciones me han ayudado a escribir y saber cómo contra una historia en una canción, sobre todo en el indie, que te cuentan una historia y viven de cosas personales. Ahora hay un buen momento de música nacional, no solo indie, en general. La gente joven está teniendo más referentes y me parece super especial.

Me llama la atención que tú que eres muy específico con la música en tus novelas, cuando llegaban esos momentos de perreo no dabas ningún nombre.

La única canción que yo hubiera puesto es Las 12 de Ana Mena porque primero salió en italiano y, aunque no la puse específicamente, dije que era una canción que estaba sonando sin parar. A Ana Mena yo no la conocía, pero a Kilian le gusta muchísimo y fuimos a su concierto en el Wizink. Kilian me ha enseñado a muchas artistas que yo no solía escuchar, como Ana Mena o Lola Índigo, y de repente las he visto con un despliegue brutal.

En unos tiempos de tanto enfrentamiento y guerras, qué bien viene un poco de amor, ¿no?

Creo que sí, el momento en el que estamos es terrorífico. Parece que ocurre lejos y que no nos toca, pero hay que hablar de eso y en tiempos de guerra siempre debemos buscar refugia no solo en historias y en el amor, sino en abrazar a las familias, abrazar a las personas y creo que la literatura o la cultura, es un buen refugio para todo lo que ocurre.

¿A dónde estás planeando tu próximo viaje?

Al sur de España, en concreto Almería, es un lugar que me puede dar para una novela, sobre todo la parte del Cabo de gato, puede dar para una historia de amor.

Entonces en la playlist sonará David Bisbal.

Jajajaja, una de las cosas que me decía Kilian es, ‘¿no escuchas a David Bisbal?’. No es alguien a quien escuche… pero allí es sagrado. Todos los viajes que hemos hecho a Almería en estos meses era como madre mía. Estuve buscando para regalarle entradas para las 20 noches que hizo en el teatro, tenía que regalárselo porque esto es más sagrado que Taylor casi. Y sí, sí, tendrá que salir, evidentemente.

¿Cómo va la adaptación de El susurro del ángel?

El otro día vino el productor Erick a un congreso de películas iberoamericanas y se pasó por la fiesta que hicimos en la casa árabe y está muy emocionado con la historia. Iba a ser para una plataforma, estaba ya todo cerradísimo, pero se cayó porque cambiaron a la cúpula que decidía los contenidos. He aprendido a distanciarme un poco porque por más que pongas ganas para que salga adelante, no depende de ti. Vivirlo con tanta ilusión es precioso, pero si pasa cualquier cosa, la hostia es más grande. Él tiene mucha ilusión, está haciendo acercamientos con plataformas de aquí que tienen interés, pero mantengo esa distancia. Ahora mismo estamos en un punto de negociaciones. Son cosas que tardan mucho porque tienen presupuestos muy grandes.

Si se hiciera una de Te veo en el cielo, ¿cuál sería tu casting ideal?

Con El vuelo de la mariposa, me hubiera encantado que fuera Anna Castillo que, además, se lo dije y tiene las novelas. Con El susurro del ángel me encantaría que lo hiciera Itziar Ituño que también ha leído la historia. Con Te veo en el cielo, nunca les llegué a poner cara.

Tus personajes comparten cuál sería su último deseo antes de morir, ¿cuál es el tuyo?

Mi deseo antes de morir es haber dejado huella en la gente con lo que hago, con las historias que escribo. El haber ayudado, el haber podido emocionar y que la gente diga, ‘ostras, me acuerdo de cuando leí las historias de David’. Sobre todo, sentir que he hecho cosas buenas. Al final lo que le dice Enzo al acabar el libro es ‘quédate conmigo, escribe esta historia conmigo, léemela cientos de veces, pero no te marches’. Al final, mi deseo es vivir una vida especial y llena de amor, pero tranquila. Una de las cosas que más valora ahora es la tranquilidad. Antes me empeñaba en estar en todos los sitios e ir a todos los eventos, que ahora disfruto tanto de estar en casa leyendo una novela con un vinilo de fondo que ya está.

Cristina Zavala

Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...

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