Día de los Santos Inocentes: cuándo es, origen de las bromas y por qué se representa con un muñeco

El 28 de diciembre es el día oficial de las inocentadas

Origen del Día de los Santos Inocentes y de las bromas / Ana Belen Garcia Sanchez

Siempre se repite la misma historia. Cada 28 de diciembre nos despertamos con esa extraña sensación de recelo. Las llamadas de un número que desconocemos, los mensajes, los tuits o incluso las noticias que vemos publicadas en este día nos hacen dudar. El Día de los Santos Inocentes en España ha pasado de ser el día oficial de las bromas para convertirse en el día de estar alerta y poner todo en duda. Es, de hecho, el momento en el que más críticos y escépticos nos volvemos.

Y no es para menos, ya que cada 28 de diciembre la mayor parte de las búsquedas ciudadanas se centran en las mejores ideas en las que inspirarse para gastar bromas a amigos o familiares en WhatsApp o en persona.

Es decir, que con cada Día de los Santos Inocentes nos devanamos los sesos pensando en las bromas más locas, extravagantes y retorcidas con las que pillar a nuestros amigos, pero ¿alguna vez te has preguntado cuál es el origen de este día? ¿Por qué lo celebramos con las 'inocentadas'?

Origen del Día de los Santos Inocentes

En la actualidad, el Día de los Inocentes lo festejamos como una jornada divertida y creativa, pero lo cierto es que su origen tiene una historia más lúgubre que aparece recogida en el Evangelio de Mateo, del Nuevo Testamento.

En tiempos del rey Herodes I el Grande, un grupo de sabios acudieron a él para preguntarle acerca de la supuesta llegada a Jerusalén del conocido como rey de reyes; una profecía que no hizo ninguna gracia al monarca.

Herodes, con temor de ver peligrar su corona, ordenó a los que hoy en día conocemos como los Reyes Magos para que fueran a buscar al niño. Sin embargo, los súbditos no volvieron pese al paso de los años.

'La masacre de los inocentes', de Giotto (1303-1305)

'La masacre de los inocentes', de Giotto (1303-1305) / Getty

Pero el tiempo no hizo que el temor del rey cesara, por lo que volvió a enviar a alguien a Belén a que acabara con la vida del 'rey de reyes'; en aquella ocasión envió soldados. Eso sí, nadie sabía qué aspecto podría tener Jesús de Nazaret, por lo que Herodes decidió que se asesinara a todo niño menor de dos años que se encontraran.

Esa misiva llegó a la ciudad de Jerusalén un 28 de diciembre, por lo que, como forma de homenajear a las víctimas, la Iglesia Católica conmemoró este día en su honor y lo llamó, de forma muy acertada, el Día de los Santos Inocentes.

Locos franceses y 'saturnalios' griegos: así surgieron las bromas

Con el tiempo, esta festividad adquirió un significado pagano y ya desde la Edad Media los monaguillos comenzaron a gastar bromas en este día con algunos novatos. El Día de los Santos Inocentes también se vincula con otro festejo popular en Francia, la Fiesta de los Locos.

Se trata de una festividad que se celebra entre Navidad y Año Nuevo y que se considera como una especie de antesala del carnaval; aunque también podría estar influido por otros eventos similares que ya se hacían en la Antigua Grecia y Roma, Saturnalia; por lo que se considera que el actual Día de las inocentadas cogió un poco de burla y humor de estas fiestas y lo fusionó con las inocentes muertes de la matanza de Herodes.

Sin embargo, no hay ningún documento que acredite esta historia y son muchos los expertos que dudan de su veracidad por la discordancia de fechas, por lo que el origen de este día sería más bien un mito o leyenda.

¿Qué significan los muñecos de las inocentadas?

Ahora que ya conocemos la historia del origen de este día tan atípico, cabe preguntarse qué pinta un monigote blanco en todo esto. Y es que si hay algo que mejor represente el Día de los Santos Inocentes, además de las bromas, son estos muñecos.

Cada autor tiene su propia firma para que se reconozca su obra, y los bromitas que gastan inocentadas en el 28 de diciembre dejan su huella con un muñeco de papel blanco que tradicionalmente se pega en la espalda de las víctimas.

Estas figuras reciben el nombre de llufes; un término que se empleaba en ciertas partes de Cataluña para referirse a espíritus etéreos, de aire o viento, es decir, personajes ficticios similares a las hadas o los duendecillos.

En otros países como Francia, Alemania o Portugal también repiten esta tradición, aunque su día de inocentadas es el 1 de abril de cada año. Pero en cuanto a la raíz de su nombres, algunos piensan que se trata de una derivación de la palabra 'monaguillo' o 'monacillo', con la que antiguamente se designaba a un joven...

Sandra Escobar

Periodista de LOS40.