¿Es realmente peligroso beber agua embotellada?
Un nuevo estudio sugiere que los envases pueden contener microplásticos y nanoplásticos.
Es un gesto que casi todos hacemos a menudo: beber agua en botellas de plástico. Aquí, y en todas partes: se estima que cada minuto se vende un millón de botellas de plástico en todo el mundo. Si a eso se le añade que cada botella de plástico tarda unos 450 años en degradarse completamente, el grave problema para el medio ambiente está servido.
Ahora, un estudio señala que la amenaza de este tipo de envases podría no serlo sólo para el planeta: también para nuestra salud. La revista científica estadounidense ‘Proceedings of the National Academy of Science' (PNAS) ha sido la encargada de publicar una investigación llevada a cabo por un equipo de las universidades de Columbia y Rutgers (EE UU) que señala la existencia de microplásticos y nanoplásticos en aguas envasadas en una proporción hasta ahora desconocida.
"Utilizando tecnología recientemente refinada, los investigadores han entrado en un mundo plástico completamente nuevo: el poco conocido reino de los nanoplásticos”, han explicado los responsables. Se trata, según los científicos, de todos aquellos microplásticos que se han descompuesto aún más, dando lugar a fragmentos prácticamente invisibles, pero no por ello menos peligrosos.
Los nanoplásticos son tan pequeos que pueden llegar al torrente sanguíneo
Los microplásticos son aquellos fragmentos de este material que tienen de 0,1 a 100 μm (micras o micrómetros). Por su parte, los nanoplásticos tienen un tamaño, aproximadamente, de 1 a 100 nm nanómetros (es decir, entre 0,001 a 0,1 μm). Son tan pequeños que, a diferencia de los microplásticos, pueden pasar a través de los intestinos y los pulmones directamente al torrente sanguíneo y desde allí viajar a los distintos órganos, como el corazón o el cerebro. Según los responsables del estudio, estas partículas se pueden desprender cuando las botellas se calientan, cuando se estrujan o al abrir y cerrar el tapón.
Tres marcas de agua embotellada
Para llevar a cabo el estudio, los científicos tomaron como muestra tres marcas muy conocidas de agua embotellada que se venden en los Estados Unidos, aunque se han negado a nombrar cuáles. Detectaron entre 110.000 y 370.000 partículas en cada litro (240.000 de media), el 90% de las cuales eran nanoplásticos; el resto eran microplásticos.
¿Hasta qué punto son peligrosas este tipo de partículas? Tal y como avanzan los científicos, no está claro cómo afectan a los seres vivos. “Se cree que los nanoplásticos son más tóxicos que los microplásticos, ya que su tamaño más pequeño los hace mucho más susceptibles de ingresar al cuerpo humano”, apuntan.
Se da la circunstancia de que muchos de estos envases son sometidos a un tratamiento químico para otorgarles diversas características, como aumentar su durabilidad o su dureza. Un conocido ejemplo es el de los ftalatos, que añaden flexibilidad y duración a los materiales plásticos, pero que están considerados disruptores endocrinos. Se trata de compuestos presentes en muchos otros productos del día a día y que interfieren en la función hormonal de los seres vivos y alteran funciones básicas para la vida.