Especial
Es posible vivir un momento mágico con un músico callejero y lo sabe bien Isabel Arias que lloró mucho con uno de ellos
Y convirtió a es músico en uno de los protagonistas de su primera novela: ‘Cuando volvamos a vernos’
Isabel Arias es abogada, pero le gusta mucho escribir guías de viajes con encanto. Ahora puede decir, también, que es escritora porque, gracias a Máximo Huerta, ha publicado su primera novela, Cuando volvamos a vernos.
Una historia de amor con un triángulo complicado y Londres y París como telón de fondo. Y ya nos hemos enamorado de Matteo, un músico callejero que existe en la vida real y ahora es uno de los personajes fundamentales de esta novela que exhibe el amor de la autora por la literatura en general y las librerías en particular.
Podemos coger las riendas de nuestra vida y darle un vuelco y la mejor prueba es Isabelle, una mujer que lo deja todo para perseguir su sueño de escribir una novela en París donde encuentra nuevos amigos e ilusiones.
Estamos en la semana de San Valentín y has escrito una novela con mucho amor, ¿cómo entiendes esta festividad?
He de decir que no creo mucho en la celebración del amor un día, sino que todos los días año. Yo creo que el amor, igual que la amistad, se alimenta todos los días. Igual que las plantas las regamos constantemente para que no se muere, el amor y la amistad, que están muy presentes en la novela, se tienen que alimentar todos los días.
Comienzas tu novela avisando de que puede haber mezcla de ficción y realidad, ¿no pasa eso, al final, en gran parte de las novelas?
Sí, yo creo que todos los que escribimos volcamos parte, no solo de nosotros mismos, sino de gente de nuestro entorno y lo que tenemos a nuestro alrededor. Es imposible abstraerse de la vida que le rodea a uno cuando va a escribir, salvo si está escribiendo sobre la Edad Media o algo así. Pero en novela contemporánea, al final, uno entremezcla su experiencia personal con la ficción.
Supongo que parte de esa realidad es tu pasión por viajar y por dos ciudades como Londres y París que se nota que conoces a la perfección, ¿no?
Mi pasión por los viajes y los libros y las librerías están muy presentes en la historia. Londres y París son dos ciudades que conozco muy bien, casi más que la mía propia, las he visitado no sé cuántas veces ya, cuarenta o cincuenta veces y tuve muy claro que iba a estar ahí ambientada la historia. Quería hacer que el lector viajara a estas dos ciudades que a mí me tienen enamorada desde siempre.
Mencionabas ese amor por los libros y las librerías… ¿de dónde te viene?
Yo siempre he sido un poco ratón de biblioteca. Aprendí a leer sola con tres años y ya no paré de devorar libros nunca más. Me encanta. Una vida sin libros, para mí, es una vida muy vacía. Los libros permiten soñar, viajar, ilusionarse, vivir mil vidas y no concibo una vida sin libros. Y la pasión por las librerías es inherente a ello, yo paso por una librería y no puedo no entrar, es como si hubiera una fuerza que me atrajera hacia dentro.
Pero, ¿sigues leyendo en papel o te has pasado a lo digital?
En papel, he intentado alguna vez leer en digital, pero no puedo, vuelvo siempre al papel, soy muy tradicional en eso.
Hablas en varios momentos de Máximo Huerta, ¿cómo apareció en tu vida y qué lugar ocupa?
Ocupa un lugar inmenso, es una de las personas más importantes de mi vida. Un amigo al que quiero muchísimo, con mayúsculas, que siempre está ahí. Esta novela está en las librerías en gran parte gracias a él porque se la mandé para leer. Yo estaba en ese momento viajando para Londres y él se la leyó del tirón y cuando aterricé en Londres me encontré con un storie en su Instagram diciendo que le había encantado la historia y un mensaje, así como, ‘editores del mundo corred a por los derechos’. Me encontré con que me habían llamado de varias editoriales y así llegué a firmar con Planeta y ahora compartimos editor y editorial. Le estoy super agradecida por eso, pero al margen de eso es un gran amigo.
La protagonista es una mujer que cambia de país para empezar de cero, eso es un pensamiento de alguien muy acostumbrado a viajar, ¿no?
Sí, la verdad que sí. Cuando estás acostumbrado a visitar otros lugares, como que te cuesta menos dar el paso. Es verdad que uno busca a veces empezar de cero, se mueve de lugar biográficamente pero no dejas todo atrás porque tu cabeza y tu corazón van contigo. Creo que a veces es más fácil empezar de cero en un lugar donde no todo te recuerda a una vida pasada y donde puedes conocer gente nueva y buscar nuevas ilusiones. Eso lo hace un poquito más fácil.
Mis padres llevan toda la vida casados y se quieren muchísimo, lo fácil sería que yo pensara en el amor eterno, pero, todo lo contrario, yo no creo en el amor para siempre.
Antes, y no hace demasiado tiempo, el concepto del amor en gran parte de la literatura estaba muy encorsetado, ahora se aborda desde formas muy distintas, ¿reflejo de la sociedad o anhelo porque sea así?
Quiero pensar que una mezcla de ambas cosas. Creo que hasta ahora todo ha sido, en la literatura y en la vida real, una sucesión de novios, te casabas y era un amor para toda la vida. Creo que ya no es así ni en la literatura ni en la vida real. Hay casos así, evidentemente, y están fenomenal, pero hay muchas formas de vivir el amor. Hay diferentes tipos de relaciones y todas están bien si a los integrantes les hace felices y he querido trasladar esto un poquito a la novela utilizando a los distintos personajes para mostrar distintos tipos de relaciones porque yo misma, aunque mis padres llevan toda la vida casados y se quieren muchísimo, lo fácil sería que yo pensara en el amor eterno, pero, todo lo contrario, yo no creo en el amor para siempre. Creo en el amor que dura siendo bonito y estando bien, lo que dure. Cuando ya no es casi perfecto, porque no hay ningún amor perfecto, no pasa nada por terminar y buscar otra ilusión y he querido reflejar esto en la novela porque creo que la sociedad ya también está cambiando mucho en ese sentido.
A tu protagonista le has dado tu nombre, pero con doble ele, ¿y eso?
El nombre me gustaba y yo viajo muchísimo no solo a París sino a Francia. Voy varias veces al año desde que era niña y allí cuando digo mi nombre, cuando te van a servir el café, siempre lo escribían así, con doble ele, y una vez que pedí un café y lo vi, dije, mira, pues este va a ser el nombre de la protagonista.
Sacas varias conclusiones sobre el amor, por ejemplo, que el amor apasionado no dura siempre. Este es un aprendizaje que te da la edad, ¿no?
Yo creo que sí, cuando te enamoras con 16 años piensas que va a ser así para toda la vida y con la misma intensidad y vas creciendo y ves que no. Yo soy una enamorada de los inicios de las relaciones que creo que siempre son así, y son maravillosos y luego se va sustituyendo por un amor más sosegado. Hay gente que se queda ahí y hay gente que no puede con ello y termina una relación y empieza otra porque está como enganchada a esa adrenalina del principio de las relaciones que es tan bonito.
Otra idea que refleja es la de que puedes tener el amor perfecto y no ser suficiente.
La perfección en el amor yo creo que no existe, no hay ningún amor que sea perfecto. Pasa otra cosa, crees que tienes el amor perfecto, que estás con una persona que crees que es como muy adecuada para mí, somos muy similares en muchas cosas, lo típico de, ‘ay, la típica pareja que quiero para mi hijo’. A veces es perfecto sobre el papel, pero el corazón no va de la mano.
También está esa sensación de que tener una vida sentimental complicada es más habitual de lo que pensamos, ¿no?
Sí, lo creo y efectivamente, lo que me rodea de amigos y familia, raro es el que tiene una situación sentimental super tranquila. Al final, siempre hay complicaciones, siempre hay momentos más difíciles. Lo mismo estás muy enamorado y muy bien y se te cruza otra persona y, de repente, te enamoras. No estamos libres nadie, nos puede pasar a cualquiera. La vida da tantas vueltas y es tan larga que es difícil mantener una estabilidad emocional permanente.
Puedes querer mucho a una persona, que se te cruce otra y quererla mucho también.
Y reflexionas sobre esa eterna pregunta que muchos se hacen: ¿Se puede querer a dos personas al mismo tiempo?
Esta es una eterna pregunta, efectivamente. Daría para un debate de horas porque la gente se posiciona muy firmemente de un lado u de otro y luego están los que dicen, no sé. Yo creo que se puede querer a dos personas a la vez. Yo solo tengo un hijo y soy hija única, no he tenido que dividir el amor, pero es verdad que los que tienen varios hijos les quieren a todos igual. Creo que puede pasar, puedes querer mucho a una persona, que se te cruce otra y quererla mucho también. Creo que al final la balanza se acaba inclinando hacia un lado, pero, así, de primeras, creo que es perfectamente posible. Al final uno tiene que elegir y elegir, como sabemos todos, supone renunciar a algo.
En esta historia hay un triángulo amoroso, en estos casos, lo normal es que uno salga perdiendo, ¿no te ha dado pena?
Sí, la verdad es que sí, pero había que elegir. No solo la protagonista, todos en nuestro día a día tenemos que hacer elecciones. Cuando uno se enamora de dos personas, o quiere a dos personas, al final se ha de decantar por quien le dicte su corazón.
Igual que nunca es tarde para encontrar el amor, nunca es tarde para hacer nuevos amigos.
Aparte del amor de pareja, está muy presente el amor de amistad. Isabelle tiene una buena red, ¿nunca es tarde para hacer nuevos amigos?
Creo que la amistad es un pilar fundamental en nuestras vidas. Aunque esté muy manida la frase de que los amigos son la familia que uno elige es que es cierta, es esa gente en la que nos apoyamos, con la que contamos, con la que vivimos momentos divertidos, esa gente con la que levantas el teléfono cuando te pasa algo muy bueno o muy mal y en seguida les llamas. Yo conservo amigas de toda la vida y siempre he sido un poco de mis amigos de toda la vida, pero con el tiempo me he ido dando cuenta de que, de repente, aparecen personas que es como, otras, no estaba yo preparada para que, de repente, a los cuarenta, hacer una super amiga o un super amigo, pero esto a veces pasa. En la novela he querido reflejarlo porque Isabelle tiene una amiga de toda la vida, Marta y cuando llega a París ella ya vive allí, pero hace nuevos amigos y llegan a ser tan buenos como la propia Marta. Igual que nunca es tarde para encontrar el amor, nunca es tarde para hacer nuevos amigos.
Sexo en Nueva York, qué vital para una generación, ¿no?
Toda una generación nos sabemos esa serie, igual que Friends, de memoria. Hay capítulos, frases, que tenemos casi integrados en nuestra vida diaria y en nuestra cultura.
Uno de tus protagonistas es un músico callejero, ¿de dónde has sacado este personaje?
Este personaje, que no lo he contado hasta ahora, nació en el verano de 2022 que es cuando yo me arranqué a escribir la historia. Yo perdí a mi marido en marzo de 2020, nos acababan de confinar. Un par de años antes habíamos ido a Londres y una noche, paseando por Covent Garden, escuchamos a un chico que estaba tocando. Tocaba tan bonito que nos quedamos ahí un rato viéndole y al día siguiente volvimos otra vez porque nos encandiló. Ahí quedó la cosa. Mi marido murió después y dos años después de eso, en 2022, me fui a pasar un verano a Londres y Conven Garden es un barrio que a mí me encanta. Estaba paseando por allí y, de repente, escuché la voz y la reconocí y era el mismo chico. Me eché una llorera…de repente, me vinieron todos mis recuerdos. Fue tremendo. Y ese personaje que removió tantas emociones y que luego resultó ser un chico maravilloso, fue trasladado a un personaje de la novela.
O sea, que te acercaste a hablar con él…
Sí, sí, sí. Hablé con él y luego le he visto un montón de veces, he hablado con él, sabe de la existencia de la novela. Fue como mágico pese a que me eché una llorera tremenda. Fue una cosa muy bonita y de ahí surgió el personaje. Es italiano también, es él.
La novela tiene una extensa playlist, ¿qué papel juega la música, en general en tu vida y, en concreto, en tu novela?
Muy importante en ambas. Todos asociamos determinadas canciones a determinados momentos, a determinadas personas, a épocas de nuestra vida. La vida sin música, igual que sin libros, para mí es inconcebible. La música está integrada en nuestra cultura, en nuestra vida, y a mí me encanta. Cuando suena una canción, de repente, que no te esperas, te recuerda un momento o una persona, creo que no hay sensación más bonita. Y en la novela, siendo músico uno de los personajes, tiene mucha importancia.
Ella es española, pero no hay ningún título español en la playlist, ¿a qué se debe?
Eso es verdad. Pero se debe a que casi todas las canciones que aparecen son canciones que interpreta el músico, que es italiano y está tocando en Londres para un público que es turismo internacional. Hice que interpretara canciones que conociese todo el mundo, en el sentido amplio del término, todo el mundo.
Siempre pienso que quien escuche mi playlist pensará que estoy un poco loca porque hay una mezcla muy peculiar.
Hay muchos clásicos: Louis Armstrong, ABBA, Neil Diamond, Eagles, Elton John, Queen… ¿reflejo de tu propia playlist?
La verdad es que sí, muy en mis gustos. Hay mucha música española en mi playlist, te diré que soy muy, muy de Melendi, por ejemplo, y hay mucha mezcla. Siempre pienso que quien escuche mi playlist pensará que estoy un poco loca porque hay una mezcla muy peculiar. He llevado algunas de las canciones que más me gustan a la novela.
Podríamos decir que la canción de la novela es Perfect, de Ed Sheeran, ¿cómo la escogiste y qué te transmite a ti?
La escogí porque es una de las canciones que más he escuchado cantar al músico que toca en Covent Garden en la vida real. Siempre me ha gustado mucho esa canción, me parece tan bonita. Me parece una canción de las más bonitas que se han escrito jamás.
Aparte de Ed Sheeran, el único grupo que se repite es Oasis. Tú tienes clara tu respuesta a la clásica pregunta: ¿Oasis o Blur?
Yo era muy de los dos. Cuando era más jovenzuela, en aquella época, era un poco más de Blur, pero he de decir que con el tiempo me hice un poco más de Oasis, fui un poco chaquetera, como diría mi hijo.
En cuanto a bandas sonoras o sintonías: Frozen, Friends y Dirty Dancing… muy mainstream todo.
Sí, son canciones que cuando suena la primera nota reconocemos todos. Quién no oye las primeras tres notas de la canción de Friends y no tiene la serie en la cabeza. O Dirty Dancing, que también nos hemos hartado de ver la imagen del baile en la escena final. Son canciones con las que realmente hemos crecido.
También nos encontramos con One Direction.
Un poco en la línea esta de que soy un poco errática, un poco de gustos variados y un poco para todos los gustos.
Mucha música anglosajona, pero pequeños guiños a la música italiana y la francesa, ¿cuál te ha conquistado más?
Aunque no aparezca en la novela, a mí me gusta mucho la música española. He de decir que a raíz de conocer a este chico y escuchar mucha música italiana, la música italiana me ha enamorado y cada vez lo hace más. Pero he de decir que la música británica es como otra liga. Me ha gustado mucho siempre, me gustaba mucho de adolescente y nunca he dejado de escucharla.
Isabelle finalmente toma una decisión, pero hay segunda parte, ¿no?
Hay segunda parte, tengo ya más de la mitad escrita y espero en el próximo mes y medio y terminarla. No sé cuándo verá la luz. Me costaba mucho despedirme de estos personajes y, aunque a priori, no soy muy de segundas partes, es como que me lo pedían. Y si me lo pedían los personajes, no podía negarme.
Y, ¿la vida da muchas vueltas?
La vida da muchísimas vueltas, me lo ha demostrado en la vida real y en la novela, para los personajes, también dará muchas vueltas.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...