Cuando Naiara de 'OT 2023' renunció a ser Laéne por un sueño: ser la "chonija" más conocida de la industria musical española

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Laéne tenía un sueño, un Audi totalmente tuneado y un objetivo: que España entera conociese su voz. "Leí mi horóscopo y ya combina con el éxito", cantaba la joven en el tema Tauro, una de las canciones de su primer EP, lanzado en febrero de 2023. Lo que no sabía esta artista es que aquel verso que escribió en su Zaragoza natal iba a ser el presagio de lo que estaba a punto de pasar. Aunque para eso Laéne tuviese que renunciar a su nombre artístico para ser otra vez Naiara. Lo que no sabía es que, tras ser vista por millones de personas durante tres meses, ya no iba a necesitar ningún tipo de nombre para que la reconociesen por la calle. Naiara iba a bastar para encontrarla en las plataformas musicales.

Y es que la vida de Naiara, como la de todos los finalistas de OT 2023, ha pegado un giro de 180 grados. Lo que pasa es que en su caso, lo ha hecho con un buen derrape, un vestido de lentejuelas del Bershka y una voz prodigiosa. Porque si algo nos ha enseñado Naiara en estos tres meses de concurso, además de que existe cultura raxet más allá del levante español, es que hay personas que han nacido para pisar un escenario y brillar. Porque su paso por el concurso ha sido una bomba explosiva y su Hiroshima va a ser la final.

La concursante 360

Naiara entró por todo lo alto en el concurso. En la gala cero se atrevió con una de las canciones que más ha sonado en las últimas ediciones de OT: Me muero de La quinta estación. Con una presencia cultivada en las mejores verbenas (porque la artista ha estado años cantando en conciertos), Naiara pisó el escenario con esa actitud que tiene una persona que sabe que el público va a responder cantando con ella. Ese tema ya lo había probado antes y siempre reaccionan igual: cantando el estribillo hasta quedarse afónico.

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No iba mal encaminada Buika, cuando en una de sus valoraciones le dijo a Naiara que ambas habían salido de la escuela BBC (Bodas, Bautizos y Comuniones), y es que no hay público más complicado de convencer que aquel que no ha venido a verte. Naiara se ha llevado este aprendizaje a su concurso. ¿Que no me vas a ver? Ya te digo yo a ti que sí. Si no ha sido por su su voz (llegando a puntos tan álgidos como el duelo al que se enfrentó cantando La Cigarra con Juanjo —la otra mejor voz objetivamente que se encuentra en la final— o ese Tómame o Déjame, que se ha convertido en la canción más escuchada de la edición), ha sido a través del baile. Naiara puede bailar Despechá sin despeinarse los cuatro moños con forma de corazón que le han hecho los de peluquería.

Naiara es esa concursante 360 que llega a la final y cuyo mérito es parecer que todo sea fácil. Es Nia de OT 2020, Lorena Gomez de OT 2006 o Natalia Lacunza de OT 2018: artistas que suelen cerrar las galas para que el público se quede. Y eso, señores y señoras, es una realidad.

Naiara nos representa a los mayores de 25 viendo esta edición

Pero Naiara no solo se ha ganado el favor del público por su capacidad como artista. También por su forma de ser. Si hablamos del reality como tal, la artista se ha convertido en una de las personas más sensatas de la convivencia. A pesar de contar con tan solo 26 años, Naiara es la concursante más mayor de la edición. Una mujer que lleva años trabajando y que sabe de primeras la oportunidad que es entrar en un programa como este.

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De este modo, Naiara no ha entrado en debates ni polémicas. Ha sabido relajar a sus compañeros y no ha permitido que las narrativas le superen. Su única discusión: los problemas de limpieza y orden. Naiara, como una hermana mayor cansada de regañar a los más pequeños, empezó a tirar la ropa que llevaba semanas tirada en el vestidor. "Si no es de nadie, pues se tira", dijo.

Y es que Naiara no solo puede ganar OT, también podría ser finalista en Gran Hermano si se lo propusiese. "Yo nunca he hablado de estrategias, yo en el momento pizarras voto con el corazón", les dijo a sus compañeros y compañeras cuando empezaron a hablar delante de ella sobre cómo habían repartido los votos para que Chiara saliese contra Lucas con el objetivo de que este último abandonase la academia.

Y es que Naiara representa perfectamente a todas esas personas mayores de 25 años que estamos viendo esta edición. Su objetivo es dar todo en las galas sin darle mayor importancia a la convivencia.

¡Acelera, Maña!

Si hay algo que funciona en un reality es una buena frase hecha. Del "las pepelas del camión" de Mayte Galdeano al "Vámonos a Gandía Shore" de Ylenia, ¡siempre hay una coletilla que a la audiencia se le queda marcada. Naiara ha hecho suya el "acelera, maña": dos palabras que resumen perfectamente su espíritu de princesa del parkineo. Algo que abraza y que la ha convertido en un verdadero icono.

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"Me fui sola, cogí el coche de mi madre y me fui a hacer unos derrapillos", contó Naiara sobre lo que hizo cuando estuvo dos días fuera de la academia por Navidad. El plan perfecto para una "chonija" como ella. Y es que la propia concursante se describe con este mote. Una palabra con la que también podríamos describir su vestuario en el concurso.

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Naiara, sin quererlo ni beberlo, se ha convertido en el referente de moda de la edición. Sus looks de cada gala generan más expectación que la MET Gala. Y es que la artista se ha convertido en una especialista de los brilli, brilli, las lentejuelas y las transparencias. Mención especial al look que llevó en la gala de Navidad y que fue casi tan comentado como el vestido de la Pedroche.

Un futuro prometedor

Nos parece curioso que Naiara haya escogido Sobreviviré de Mónica Naranjo para la gala final de OT. Un tema perfecto que podría resumir su experiencia en la academia. No solo ha sobrevivido a tres meses intensos, sino que lo ha hecho convertida en todo un referente para una generación. Porque Laéne, aquella aragonesa que sabía de lo que era capaz, ha sido una auténtica guerrera en el escenario de OT. Aunque para ello haya tenido que renunciar a su nombre artístico. Ahora le pararán por la calle al grito de Naiara. O mejor, de "¡acelera, maña!"