Especial
Beyoncé, la diosa del R&B (y del pop, del soul, del hip-hop, del country...)
La solista estadounidense se ha propuesto superar cualquier frontera y lo está logrando
Nada puede frenar el talento. Como mucho retrasarlo. Pero no hay límites ni fronteras que puedan contenerlo. No hay muchos artistas en la historia de la música que hayan sido capaces de trascender cualquier límite y Beyoncé es una de las últimas artistas en lograrlo. Su nuevo proyecto musical en 3 actos nos ha reconfirmado lo que ya sospechábamos (y sabíamos desde hace años): una diosa del R&B puede ser también una diosa del pop, el soul, el hip-hop, el country y lo que está por llegar.
La historia de la música en los 90 estuvo marcada por las bandas y las girlbands. Una de ellas, Destiny's Child, llegó a convertirse en una de las más importantes de la escena musical internacional pues vendieron más de 60 millones de discos y se hicieron con tres premios Grammy antes de que el grupo dijiera adiós definitivamente a comienzos del siglo XXI (2006) después de un cambio de formación.
Para entonces las componentes de Destiny's Child ya tenían construida una identidad sonora que iba a marcar sin ninguna duda el desarrollo de sus respectivas carreras en solitario. Y así arrancó Queen B su carrera como solista. Sus 4 o 5 primeros discos abarcaron una década en solitario donde intentó explotar todo lo que había aprendido con anterioridad. El R&B y el soul se daban la mano con un pop melódico que conquistó las listas de ventas de todo el planeta. Baladas, medios tiempos y hasta temas dance-pop (como Single Ladies) la convirtieron en la Número 1.
Y entonces llegó la revolución. O al menos así lo sentimos en su gran mayoría los periodistas musicales. Beyoncé se había propuesto cambiar las reglas: las internas y las externas. Lemonade convirtió su nombre en un adjetivo: hacer un Beyoncé. Sorprendernos en la forma (sin promoción y por sorpresa) pero también en el fondo mezclando su género primordial con toques soul, hip-hop, funk, country... Se estaba fraguando su trilogía.
The Carters
Pero antes de que se liberara de cualquier corsé y etiquetas y se pusiera manos a la obra para rediseñar desde cero su carrera, Beyoncé probó suerte junto a su marido Jay Z en un elepé donde el hip-hop lo invade todo. Escuchar rapear a la solista fue una experiencia brutal. La gira haciéndolo sobre el escenario fue un rotundo éxito
Apeshit, una apuesta de un marcado carácter de género urbano, nos mostraba a una solista más atrevida, juguetona, libre, desatada en las melodías y las letras. Estar rodeada de una gigantesca terna de productores y compositores le facilitó todo el proceso.
Con la llegada de la pandemia, Beyoncé encontró además el tiempo que necesitaba para dar forma a nuevos proyectos musicales. La base eran los sentimientos de miedo, frustración e incertidumbre que vivimos durante esa época. Y como fondo musical, las influencias de grandes artistas con los que creció y que marcaron su vida y sus gustos musicales.
Si algo ha caracterizado a Beyoncé durante toda su carrera musical es que es una mujer a la que le gusta tener todo bajo el más estricto control. No hay un proyecto en el que la artista no se embarque al 100% y del que no cuide todos los detalles. Incluyendo los futuros. Eso implicaba completar los tres discos como si estuvieran en un mismo abanico aunque fueran tres unidades independientes.
"Este proyecto de tres actos se grabó durante los tres años de pandemia. Un tiempo que fue para estar quieta, pero también uno que me pareció el más creativo. Crear este álbum me permitió un lugar para soñar y encontrar un escape durante un momento aterrador para el mundo. Me permitió sentirme libre y aventurera en una época en la que nada más se movía. Mi intención era crear un lugar seguro, un lugar sin juicio. Un lugar para estar libre de perfeccionismo y pensamiento excesivo. Un lugar para gritar, soltar, sentir libertad. Fue un hermoso viaje de exploración" explicó la artista.
Nadie entonces imaginaba que lo que lo que había concebido era una triple entrega por géneros. Renaissance Act I nos puso a bailar como nunca antes habíamos imaginado hacer con Beyoncé. La mezcla de la música electrónica con su voz quedaba a las mil maravillas. Break my soul nos recordó a la más brillante época del EDM de comienzos del siglo XX. Lo había vuelto a conseguir.
El country
Que una artista logre sorprenderte realmente después de casi 30 años de trayectoria profesional deja a las claras lo que Queen B logró el pasado 4 de febrero (día 5 en la península). La cantante acudió a la Super Bowl para anunciar su segundo episodio de esta serie. Una apuesta por el country que ya había dejado entrever durante los Premios Grammy 2024.
Su sombrero y su estilismo tejano daban la bienvenida a su nueva apuesta por otro género que marcó su adolescencia. Sus orígenes en Tejas podemos percibirla nota a nota de Texas hold 'em. Algunas emisoras de radio se negaban a reconocer a la solista estadounidense su atrevimiento por apostar por el country pero terminaron pasando por el aro. Nadie puede frenar el talento. Sólo retrasarlo un poco. Hasta que medio Estados Unidos reivindicó la influencia de la comunidad negra al género durante toda la historia de la música.
Y gracias a su madre sabíamos que de pequeña, Beyoncé era de las que no se quitaban el sombrero vaquero. Pero en realidad quienes nos quitamos el sombrero somos nosotros. La solista ha sido capaz de apostar por diferentes géneros paso a paso, disfrutando de cada aventura, reivindicando sus influencias y aprendiendo del equipo que la rodeaba. Y lo que queda por llegar porque el episodio que cierra la trilogía promete ser un disco de rock...
Y eso solo en el aspecto musical porque a nivel de negocios su planificación, promoción, diseños, ideas y colecciones, la diva también moviliza a las masas. Ropa, perfumes, maquillaje, cosméticos... Suma y sigue. La intérprete ha dado incluso el salto al cine. Como si le sobrara tiempo entre los 3 niñxs, la música, los negocios... Voces en películas de animación y películas como Dreamgirls, Cadillac Records, La Pantera Rosa, Austin Powers... la han convertido también en una todoterren
Juan Ignacio Herrero
Redactor de LOS40 desde 2005