"Estoy sudando de vergüenza", la confesión más comprometida de Jordi Évole a Camela

Más de 30 años sobre el escenario dan para mucho y sino que se lo digan a Camela quienes son el ejemplo perfecto de la lucha, el trabajo y la constancia para, a día de hoy, haber conseguido que sus canciones lleguen a miles de personas. No obstante, Dioni Martín y Ángeles Muñoz, pioneros de la techno-rumba, nunca lo tuvieron fácil, prueba de ello es el repaso que este domingo en el prime time los artistas harán sobre su carrera en Lo de Évole.

Se sientan en el programa de La Sexta dispuestos a hablar de sus entresijos y sus secretos dentro de la industria, así como para desvelar cómo han sido los duros años marcados por las críticas de la prensa y por los duros titulares que en la década de los 2000 se podían leer sobre ellos: "Camela tiene menos probabilidades de vivir de la música que un sordomudo", lee Évole sobre un titular de La Voz de Galicia allá por 2002. "¿Y yo con estos qué hago? ¿Atraco una gasolinera?", publicó La Razón. Unos titulares que se toman con humor, aunque Ángeles mira al presentador resoplando.

El tierra trágame de Jordi Évole

No suficiente con esos dos, Jordi Évole rescata un artículo que hace que Ángeles se pronuncie: "Son hijos de inmigrantes llegados a Cataluña en los sesenta, pero ellos ya han nacido aquí. En la mayoría de casos, dejaron los estudios una vez acabada la EGB y, desde entonces, trabajan como albañiles, soldadores, cajeras, dependientas, jardineros. La gran pasión de toda esta gente son la rumba, el flamenco y las sevillanas, entre sus grupos predilectos, Camela", lee, el conductor del programa, al tiempo que la artista considera que es "una falta de respeto" para todos aquellos que son seguidores de su música.

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Lo que no se esperaba ni Dioni ni Ángeles es que ese reportaje lo había escrito la misma persona que lo estaba recitando en ese momento: Jordi Évole. "¿Fuiste tú? Qué capullo", le dice el artista entre risas. Un momento que, aunque parece algo confuso, Évole aprovecha para pedirle perdón a Camela: "Estoy sudando de vergüenza", reconoce.