Dani Martín recuerda cuando tomó la decisión de dejar El canto del loco para seguir en solitario: “Me salvó la vida”

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Dani Martín sigue compartiendo capítulos con el viodeopodcast que tiene con Johnny Walker en el que comparte charlas con únicos que a él le inspiran. En uno de los últimos capítulos hemos podido verle con Christina Rosenvinge, una rockera que ha roto muchos moldes y que para él es una auténtica pionera.

Juntos han repasado su historia, el difícil papel de las mujeres en la industria y la autenticidad que les ha llevado a seguir a ambos el camino que consideraban que tenían que tomar al margen de lo que los demás pensasen.

Lo que me está pidiendo el cuerpo que es dedicarle un disco a mi hermana que acaba de fallecer que no tiene nada que ver con El canto del loco, que la compañía solo me firma un disco de contrato porque todo el mundo me dice que me he vuelto loco.

Una de las cosas que tienen en común es esa decisión que tomaron de abandonar el proyecto que les había dado un alto grado de popularidad y éxito para hacer algo distinto. Christina lo petaba con Álex y canciones como Chas y aparezco a tu lado. Ella sintió pánico y lo dejó todo para empezar ella sola.

“Fue muy raro porque de haber tocado en tres garitos underground con la primera banda, de repente, cuando empezamos a tocar Álex y Christina ya estamos tocando ante miles de personas. Era una situación en la que me parecía que no tenía el control, había crecido muy rápido y sí que es verdad que tuve un momento de pánico”, explicaba.

A Dani le pasó lo mismo con su grupo y su decisión de abandonar para comenzar en solitario. “El Canto del loco se convierte en una cosa que yo no puedo ir a la playa ni cosas así. De repente, siento un desgaste interno, lo que me apetece es hacer lo que me está pidiendo el cuerpo que es dedicarle un disco a mi hermana que acaba de fallecer que no tiene nada que ver con El canto del loco, que la compañía solo me firma un disco de contrato porque todo el mundo me dice que me he vuelto loco”, recuerda sobre aquella decisión tan importante que le tocó tomar cuando estaba en lo más alto.

“La gente no creía mucho en ese disco, pero yo sí. Y esa corazonada de sentir que ese era el disco que tenía que hacer y que no tenía que seguir con El canto del loco yo creo que a mí me salvó la vida”, contaba Dani sobre su propia experiencia.

Una chica en solitario

Christina reconoce que a ella le costó separarse de Álex porque eran una pareja musical muy consolidada, pero entonces hizo sus propias canciones con los ocho acordes que se sabía y unas letras muy trabajadas y salió Que me parta un rayo en el que había incluso una canción dedicada a su coche, algo que a día de hoy no haría, pero en aquel momento suponía una metáfora de su independencia. Ese disco, ahora, es un clásico.

La vida de música está violentamente en contra de lo que se supone que tiene que ser una mujer.

Ella entendió que el poder estaba en mostrarse con la guitarra. “La vida de música está violentamente en contra de lo que se supone que tiene que ser una mujer. Al principio porque no se alienta a las mujeres a ocupar este lugar en primera línea, asertivo, arriesgado, pero es que luego, además, cuando llega la maternidad, todos los músicos tienen en casa una madre que está dispuesta a cubrir todo ese espacio cuando un músico está de gira durante un mes. Es muy difícil tener un padre que esté dispuesto a ocupar ese sitio”, admitía.

Eso, unido a que las decisiones en este mundo las toman los hombres ha hecho, según Christina, que las mujeres no vean esta carrera como algo posible. “Las mujeres que tenía en la banda, cuando han sido madres, han abandonado”, aseguraba.

Siempre rodeada de música

Dani compartía el recuerdo de un concierto de Los Ronaldos en el que Coque invitó a Christina al escenario, la presentó como señora y ella le corrigió para decir que no, que era señorita. Para Dani es una pionera que llegó con su guitarra a un mundo lleno de tíos haciendo rock “y monta un buen ciruelo”.

“Desde los 16 años andaba entre músicos y, para mí, los locales de ensayo eran mi terreno natural. Además, en el local de ensayo no notas tanto la cuestión de que eres chica, eres uno de los chicos en realidad, es algo que te recuerdan cuando sales del local de ensayo”, contaba ella.

Conciencia feminista

Todas las críticas que recibió las pudo encajar porque tenía una gran conciencia feminista y era consciente de que eran fruto del sexismo, no se lo tomaba como algo personal.

Su vocación se la debe a su hermana que estudiaba filología y todos sus amigos eran músicos. Sus padres se marchaban tres meses en verano a Dinamarca y se quedaban ellas hasta que un verano montaron un local de ensayo en el salón. “Fue como una revelación. Durante mucho tiempo pensé que no iba a ser una profesión, de hecho, yo estudiaba danza, pensaba que iba a ser bailarina y luego, resulta que mi cuerpo no es muy bueno para bailar”, contaba. Entonces se puso la chaqueta de cuero con Los Ramones grabados a mano.

Reconoce que sus primeras canciones eran muy malas y que está bien reconocerlo. “Yo odio mi primer disco”, admitió Dani. Algo que Christina admite que es normal.

La cantante reconoce que esta vida que ha elegido es muy adictiva y que, además, se le da bien lo de coger historias y convertirlas en canción. Eso es lo que ha hecho siempre. Teniendo un bebé, se marchó a Nueva York con él y allí siguió apostando por su música que es terapia.

Cuando se le acabó el dinero, volvió a España, tuvo otro hijo y se volvió a separar. Pero pasara lo que pasara siempre siguió haciendo música. “En 2011 me di cuenta de que iba a poder vivir de la música siempre”, reconoce.

Tras un paseo por el bosque, Dani y Christina se fueron a un bar donde ella cantó por Machado, algo que ya había hecho antes Serrat. “El caminante es una mujer que no ha logrado salir de su casa”, explicaba sobre su elección. Y cantando cerraron su encuentro.

Caminante no hay camino y Dani sigue haciéndolo con músicos que tienen muchas historias que contar.