Especial
100 años del nacimiento de Marlon Brando: un icono del cine que incomodó por su bisexualidad y por plantar cara al racismo hollywoodiense
El centenario del chico al que le gustaba montar en moto por su instituto y el sadomasoquismo
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"Y el ganador es... Marlon Brando, por El Padrino": la polémica evidente por una frase suele perdurar en el tiempo por quién se lleva la estatuilla, aunque en aquella 45ª edición de los Premios Oscar todo pasó en cuestión de segundos. Roger Moore y Liv Ullman eran los primeros testigos en ver como el actor que encarnó al mítico —y ya oficialmente premiado— Vito Corleone no subía al escenario, sino que en su lugar lo hacía una nativa americana que provocó todo tipo de reacciones. Y todo al ritmo de Love Theme from The Godfather, la canción insignia del film.
La misma Academia estaba avisada, pues eran los primeros en anunciar que sería Sacheen Littlefeather la que recogería el premio en nombre de Brando. Por revolucionario que parezca, fue la Academia la que impuso dos condiciones para que se hiciera: no podía tocar el trofeo ni sobrepasar los sesenta segundos de discurso, algo que cumplió a rajatabla. Lo hizo improvisando, aunque dando pie una de las mayores controversias de la historia del cine del siglo XX.
Y más allá de la pulla que simbolizaba subir a una nativa americana al primer plano de los Oscars, la mujer hizo un gesto que también pasaría a la historia: se opuso de manera directa coger el premio de la mano de Moore justo cuando se lo iba a entregar. Marlon Brando había rechazado su segundo Oscar y había dado voz a una nativa americana para denunciar el trato de ese colectivo en Hollywood.
"Hola. Mi nombre es Sacheen Littlefeather. Soy apache, y soy presidenta de la National Native American Affirmative Image Committee. Esta noche estoy representando a Marlon Brando, y me ha dicho que les diga, en un discurso muy largo que ahora no puedo compartir con ustedes por falta de tiempo, pero compartiré después con la prensa, que lamentablemente rechaza este generoso galardón", comenzaba a decir.
El gesto de Brando había revolucionado el patio de butacas, de hecho, John Wayne tuvo que ser retenido por varios miembros del equipo de seguridad al querer bajar a Littlefeather a la fuerza del escenario. No lo consiguió, por mucho que la continuación de su discurso levanta ampollas aquella noche del 27 de marzo de 1973.
"(El rechazo del premio) se debe al maltrato de los indios estadounidenses en la actualidad por la industria cinematográfica. Disculpen", cortaba Sacheen. Tras hacer una pausa de unos segundos para oír una combinación de aplausos y abucheos por parte de los presentes, siguió: "Y en la televisión, y en las películas televisadas... Y también por lo ocurrido recientemente en Wounded Knee". Esto último aludía a la ocupación de ese territorio de Dakota del Sur por parte de los nativos, que utilizaron como territorio para reivindicar décadas de maltrato.
"Espero no haber sido una molestia esta noche, y que deseemos que en el futuro nuestros corazones y nuestro entendimiento se encuentren con amor y generosidad. Gracias en nombre de Marlon Brando", concluyó. Claro que fue una molestia para algunos asistentes —el gobierno tomó cartas en el asunto vetándola en entrevistas en televisión—, pero acabó por convertirse en todo un símbolo que incluso perdura después de su reciente muerte en 2022. Marlon, aun sin haber aparecido en pantalla, ya había ganado más que un Oscar esa noche.
"He tenido experiencias homosexuales, y no me avergüenzo de ello"
Pero años antes de no tener ningún problema en posicionarse políticamente delante de la élite hollywoodiense, Brando venía de una vida dura. Con dos padres alcohólicos, su juventud estuvo marcada por una actitud problemática que terminó por hacerle protagonizar escenas más impactantes que sus propias películas. Una de sus anécdotas más famosas, de hecho, es que condujo una moto por los pasillos de su instituto.
Pero no fue esto lo que más se comentó de su vida, sino su orientación sexual. No fue un ejemplo a seguir en sus relaciones maritales y fuera del matrimonio —no todo sobre su vida se puede romantizar: tuvo 11 hijos, siendo un padre ausente para la mayoría de ellos—, pero sí vivió libre y públicamente su faceta íntima. "La homosexualidad está muy de moda, tanto que ya no es noticia. Como un gran número de hombres, yo también he tenido experiencias homosexuales y no me avergüenzo de ello. Nunca he prestado mucha atención a lo que la gente piensa de mí", confirmaba en una entrevista en 1973.
Así confirmaba los rumores que perduraron incluso después de su confesión, con un nuevo siglo que puso nombre y apellidos a sus amantes masculinos. Fue Quincy Jones el que desveló en Vulture en 2018: "Era el hijo de puta más encantador que hubieras conocido. Se follaría cualquier cosa. ¡Cualquier cosa! Se follaría un buzón. James Baldwin, Richard Prior, Marvin Gaye...". Boom.
Lo de Baldwin nunca ha sido debidamente corroborado; lo de Prior fue confirmado por su propia viuda, aludiendo a que era "un secreto a voces"; y el hijo del tercero desmintió el idilio. Más perturbadora fue su relación con el Rebelde sin causa James Dean, que se ganó el título de su película teniendo un affair sadomasoquista con Brando. Según un libro de Darwin Porter y Danforth Prince —James Dean: Tomorrow Never Come—, el segundo quemaba cigarrillos en la piel del primero. De manera consentida, claro. Aunque el mismo libro deja claro que el amor de Dean nunca fue correspondido, pese a que el protagonista de Al Este del Edén parecía adorarle.
Después de una vida de libertad y éxitos, Brando murió en 2004 a causa de una fibrosis pulmonar en Los Ángeles; y aunque su declive cinematográfico es vox populi, lo cierto es que dejó una filmografía formada por más de 40 películas, siendo incluso un precursor de la tecnología apareciendo con vídeos de archivo después de su muerte en Superman Returns.
Javier Rodrigo Saavedra
Cine y música. Música y cine. Y más, claro. Me encontrarás en todo tipo de saraos cubriendo todo, desde...