España ya ha gastado todos los recursos disponibles para este año
Nuestro país entró este lunes en “déficit ecológico”. Te explicamos en qué consiste y por qué es un problema.
Aún estamos a finales de mayo, pero España ya ha consumido todos los recursos naturales de los que dispone para todo 2023. Lo ha hecho, además, tres meses antes que el año pasado, lo cual lleva inevitablemente a un pensamiento poco optimista: vamos a peor.
Esa es la conclusión a la que ha llegado la organización ecologista Amigos de la Tierra, por lo que reclama al Gobierno adopte medidas valientes para reducir el consumo de recursos y dar un giro de 180 grados al actual modelo de producción y consumo para evitar la situación que se acaba de producir, que recibe un nombre concreto: déficit ecológico.
Pero, ¿qué es exactamente el déficit ecológico? Se trata del momento en que se considera que el planeta ha consumido más recursos de lo que es capaz de regenerar. Es decir: agua, energía, materias primas o alimentos, entre otros. A nivel mundial, esa fecha se calcula gracias a los datos que ofrece la Global Footprint Network.
Un cambio de rumbo
“El sistema actual es totalmente inviable para sostener la vida en la Tierra”, ha explicado la organización ecologista en un comunicado. “La huella material de la Unión Europea, la cantidad total de combustibles fósiles, biomasa, metales y minerales utilizados, incluido en importaciones, duplica los límites que podrían considerarse seguros y sostenibles. El modelo actual es un sistema injusto y desigual: mientras que los 1.200 millones de personas más pobres son tan solo responsables de un 1% del consumo mundial, los mil millones de personas más ricas consumen el 72%”.
La crisis ecológica y social actual no admite medidas cosméticas
Entre las posibles soluciones que propone Amigos de la Tierra, un término que ha ido ganando peso en los últimos tiempos, y del que te hemos hablado en El Eco de LOS40: el decrecimiento. “La crisis ecológica y social actual no admite medidas cosméticas. La Unión Europea debe abandonar ya el dogma del crecimiento ilimitado. Lo utópico es creer que podemos seguir consumiendo al ritmo actual sin que haya consecuencias sociales y ambientales desastrosas”.
En la práctica, ese decrecimiento pasa, según el criterio de Amigos de la Tierra, por acciones concretas como la adopción de “un objetivo vinculante para reducir la huella material a nivel estatal, acompañado de un plan con medidas concretas para alcanzarlo”. También por “implementar la Directiva por el Derecho a Reparar, aprobada por las instituciones europeas en abril de este año, de forma que tenga un impacto real, por ejemplo mediante incentivos a la reparación”. Y en último término, por algo que nos atañe a todos: “Alargar la vida útil de los productos, facilitar su reutilización y reparación”.