Especial
Alizzz: Hablamos de ‘Conducción Temeraria’, C. Tangana, Rosalía, Alejandro Sanz o por dónde puede llegar la próxima revolución musical
Analizamos la escena actual con uno de los productores más demandados de nuestro país
Poco a poco la figura del productor va cogiendo relevancia y el gran público empieza a conocer el nombre de los que suelen estar detrás de los artistas creando canciones. Uno de los que resulta más reconocible para muchos es Cristian Quirante, más conocido como Alizzz.
Empezó en esto de la producción con dos emergentes C. Tangana y Rosalía. Desde entonces ha compuesto y producido para artistas de la talla de Alejandro Sanz, Doja Cat, Estopa, Aitana, Lola Índigo o Amaia y se ha convertido en un referente en su campo. Con muchos de ellos trabajó en sus inicios antes de dar el pelotazo, lo que demuestra que tiene buen ojo para elegir talento.
Pero tras la pandemia decidió que era hora de buscar nuevas cosas que siguieran hacerle sentir vivo y decidió debutar con su carrera en solitario. La cosa fue muy bien y hace un mes lanzó el que es su segundo álbum, Conducción temeraria. Un disco de diez canciones que giran en torno al amor, donde las guitarras le roban el protagonismo al ordenador y Cristian sigue buscando nuevas maneras de contribuir al arte.
Conducción temeraria, segundo álbum. Lleva ya un mes en la calle, ¿ha cumplido expectativas?
De momento sí, estoy expectante cómo va a ir la gira el año que viene, que es como el examen final, pero siento que la gente tiene muchas ganas y, sobre todo, el nuevo show que llevamos le da mil patadas a todo lo que habíamos hecho antes y creo que va a ir muy bien.
Te noto emocionado con esta nueva gira.
Me flipa el concepto que hemos encontrado que no tiene nada que ver con lo que hacíamos antes que antes era muy funcional, un poco rollo discoteca, con muchos colores y muy dinámico, que estaba bien, era muy divertido, pero en este he conseguido hacer algo más conceptual y más arte que es algo con lo que me siento más identificado.
Antes de entrar en lo musical, vamos a lo obvio, ¿qué tipo de conductor eres?
Soy un buen conductor. Siempre me dicen que conduzco muy bien. He hecho muchisisímos kilómetros porque me saqué el carnet con 18 años y vivo en Castelldefells, que es un pueblo y se necesita el coche para todo. Los coches que he tenido siempre han sido como un anexo de mi cuerpo porque lo he utilizado mucho, que siempre he vivido lejos del centro. Incluso a día de hoy necesito el coche para todo. Es un lugar donde me han pasado muchas cosas. Incluso cuando me fui a Berlín, me fui en coche.
¿Tienes todos los puntos?
Me falta alguno, no te lo voy a negar. Lo que pasa es que las carreteras de Cataluña son minas anti persona. La A-2, que es una carretera que se coge muchísimo para ir hacia Lleida, hacia Huesca, se coge muchísimo y está minada por radares. Nunca me he pasado muchísimo, pero me han pillado alguna vez y me han quitado puntos.
¿Eres de los que conduce con la ventanilla bajada con la música a tope?
La sensación de escuchar la música a toda hostia en el coche es una cosa que me gusta. El coche que tengo ahora tiene un equipo de sonido increíble y a veces pienso que sería genial que no pudiera sonar tan fuerte porque supongo que mis oídos se resentirán. Ventanilla bajada para culturizar y para que la gente se lo pase bien.
Coche y carretera, es una imagen que siempre ha dado mucho juego en la creación audiovisual, ¿de dónde salió este concepto para este disco?
El coche es un sitio donde estoy cómodo, donde hago muchas cosas, escucho mucha música y donde pongo a prueba las canciones que hago. Casi todos los productores y compositores que hacemos música, el coche es como el test final para saber si una canción suena bien. Pero aparte de eso, lo tiraba por algo más figurado. Sentía que, en mi vida, algo que me definía era la temeridad, el tomar decisiones sin tener muy en cuenta las consecuencias, sin racionalizar mucho y tomando decisiones kamikaze y encontré ese símil con la conducción que me permitía encontrar un imaginario conceptual e incluso a la hora de escribir me ayudó a escribir canciones en las que hablo, literalmente, de estar dentro de un coche. Me dio un universo que hacía que todo tuviera un empaque conceptual que era algo que me gustaba.
Qué bien que podamos hablar de concepto en la era del single tras single.
Sí, pero hay discos que veo que funcionan y no hay ningún concepto detrás. Realmente tienen sentido por otras cosas y me gustaría poder hacer algo así, pero siempre tengo que darle mil vueltas a todo. Soy un enfermo de encontrar siempre el empaque y hacerlo todo muy sólido. No lo puedo evitar. Me sirve para darle un sentido a las cosas y entender por qué estoy haciendo eso. Me hace sentir que estoy aportando un granito de arena al arte.
Cuando tienes una línea o un párrafo que llama mucho la atención me surge la duda de si me estoy pasando de hortera o de cursi o estoy haciendo que brille más.
Aunque más que el tema de la conducción, yo diría que el concepto de este álbum es el amor, o más bien, el amor como obsesión, ¿no?
Tenía claro que quería que fuese un disco con canciones de amor, todas las que no eran de amor las fui descartando y metiendo en otro cajón y las que hablaban sobre relaciones y la visión que tengo yo sobre el amor las iba metiendo en este disco. Es uno de los temas que me obsesionan, como a todo el mundo y doy mi visión personal y las describe a mi manera costumbrista y fijándome mucho en los detalles.
Si yo digo algo como “te prepararía tuppers los domingos y, además, te dejaría siempre un mensajito” me llamarían cursi, ¿cómo consigues tú que suene cool?
Cuando lo escribí, pensé, o te has pasado o justo esa es la mejor frase de la canción. Muchas veces me pasa eso, cuando tienes una línea o un párrafo que llama mucho la atención me surge la duda de si me estoy pasando de hortera o de cursi o estoy haciendo que brille más. Me pasó con esto que creo que es como una definición del amor sin hablar de amor al uso escribiendo un detalle que… ¿a quién no le gusta que le hagan la comida y le dejen una notita?
“No me importa el futuro ni el banco. Hoy vivimos, mañana nos vamos”. ¿Impera en tu concepto del amor ese carpe diem?
Tiene más que ver con una cosa que también me obsesiona bastante que tiene que ver con la autodestrucción o el sabotaje cuando no te importa nada. Es lo que quería definir, estoy viviendo este momento con esta persona y lo demás es secundario, destruiría mi mundo por seguir en ese instante.
Has sido creador de grandes hits comerciales, aunque tu propuesta en solitario es más alternativa, ¿cómo es moverse entre esos dos mundos y a qué se debe esta disociación tan marcada?
No lo veo tan así porque he hecho éxitos, pero siempre desde un punto de vista fuera de lo convencional o desde lo alternativo, incluso, pero por H o por B eso ha conseguido que llegara a un público masivo a veces. Una vez metí la patita en la música más comercial o mainstream he tenido la oportunidad de trabajar con artistas y hacer canciones que tienen una forma más la forma de éxito convencional. Llegué al éxito como productor haciendo cosas bastante particulares y extrañas y me siento orgulloso.
A veces me sale el monstruito que me pide hacer cosas gigantes y enormes y siempre tengo esa batalla. Pero el ego lo tengo bastante a raya.
Como productor has llegado a lo más alto, tienes varios premios, pero, ¿con qué se siente saciado tu ego de artista?
Depende del día. Hay veces que mi ego es pequeñito y no necesito hacer nada, solo tengo que ir al gimnasio y estar con mis amigos y ya me he saciado y no necesito hacer nada más. Pero luego a veces me sale el monstruito que me pide hacer cosas gigantes y enormes y siempre tengo esa batalla. Pero el ego lo tengo bastante a raya.
En tu casa o en la mía con Conociendo Rusia. Él nos contó que se puso en contacto contigo en IG, ¿por qué pensaste en él?
Era un artista al que tenía en mente desde hace tiempo y que cuadraba en muchos de mis temas. Me siento identificado con él y le escucho mucho y me daba la impresión de que, si yo le decía algo, iba a ser mutuo. No era algo que me estuviese inventando y me escribió antes de que yo le escribiese. Me ha pasado muchas veces, hay artistas con los que me siento identificado y con los que me gustaría que me relacionasen y uno es Mateo, o Cuco o The Marías, que son de Los Ángeles. Me gusta cómo escriben, me parece que tengo afinidad y tenemos una escena y me gusta colaborar con ellos para decir que pertenezco a esa misma escena.
¿Félix Bollaín es una especie de realizador de vídeos de cabecera?
Sí, ha hecho más de la mitad de mis vídeos. Hemos crecido juntos. Mi primer vídeo lo hice con él, el de Todo me sabe a poco. Estaba muy emergente y en tres o cuatro años desde aquel vídeo hemos hecho juntos casi todos mis vídeos. Mi proyecto ha crecido una barbaridad y él es una super estrella de los videoclips. Yo creo que es el tío más cotizado ahora. Solo le hace falta hacerle un vídeo a Bad Bunny. Le ha hecho vídeos a Aitana, a Quevedo…
Tienes ojo para coger a los grandes en sus inicios.
Hay veces que sí, otras que no. Luego se me escapan.
Quién me iba a decir que iba a tener una carrera en solitario cuando ya me iba bien.
Este es un segundo disco, ahora que ha pasado el tiempo, ¿cómo valoras el inicio de tu carrera en solitario con Tiene que haber algo más?
Me trajo tantas alegrías que es algo a lo que voy a poder recurrir toda la vida y podré decir, me va fatal, pero hice ese disco, por lo menos hice eso y me cambió la vida cuando ya no lo esperaba. El ser productor y poder dedicarme a esto ya me cambió mucho la vida y tener éxito y ganar premios y todo lo que he conseguido. Y luego, quién me iba a decir que iba a tener una carrera en solitario cuando ya me iba bien. Yo ya firmaba si podía hacer eso toda la vida y de repente puedo hacer esto que es muy divertido, me lo paso muy bien y si es algo con lo que puedo aportar algo de valor a la música, contento de haber dado el paso y haberme atrevido.
En aquel disco había un tema en catalán que dio mucho que hablar. En este disco hay un segundo tema en catalán, ¿reivindicación de la tierra?
Me encanta nuestro idioma, el catalán en ciertos momentos de mi vida es mi idioma principal porque me relaciono más con gente que habla catalán. Es lo que pasa en Cataluña, que conoces a alguien en un idioma y se queda de por vida. Es algo que valoro mucho, lo defiendo, nos enriquece y hay veces que me apetece escribir en catalán y me salen cosas.
Suu comentaba en una de las charlas de She Sounds que en Cataluña hay una escena tan potente que los artistas que están en ella pueden vivir de la música sin necesidad de salir de allí, ¿dónde te sitúas tú en esta escena?
Lo están petando algunos artistas y grupos que solo cantan en catalán y que son super ultra estrellas en Cataluña y que también vienen a Madrid porque supongo que hay gente de aquí que les escucha y porque hay catalanes por todos lados, pero hay algunos que tienen cifras a nivel de artistas estatales cuando prácticamente solo les escuchan en Cataluña y llenan Palau Sant Jordi. Hay un nivel muy bestia, con una nueva generación joven que hacía mucho tiempo que no había en Cataluña y que van a dar mucho que hablar. Yo me veo un poco más papi, son gente muy joven y yo pertenezco a la escena catalana, pero me muevo mucho por el resto de España. Me dan ganas de hacer más cosas en catalán porque veo que hacen cosas que molan tanto que me inspiran bastante.
Volviendo a tu disco, las guitarras llaman poderosamente la atención porque siempre se te asocia más a los ordenadores.
Creo que encontré en la guitarra un elemento nuevo con el que trabajar porque yo llevaba trabajando con ordenadores solo en su casa y trabajar con músicos me dio un nuevo camino, una ventanita a la que me agarré y acabé construyendo todo prácticamente alrededor de ese instrumento que, además, es mi instrumento, soy guitarrista, he tocado en bandas. La música hecha con guitarras es la música que siempre me ha acompañado y he aportado mi visión sobre el instrumento que también es particular y la hemos tratado de una manera que tiene valor.
Protagonista en la nueva temporada de Acoustic Home, ¿qué te ha producido más emoción al verlo?
Varias cosas. Hay una parte que es documental, un perfil mío de mi vida personal y artística y las actuaciones que me parecen que son bastante increíbles. Los arreglos acústicos no tienen nada que ver con las canciones originales, hay un curro muy grande y suena todo como precioso. La parte más personal me hace ilusión que salga mi amigo Pablo de toda la vida, es mi mejor amigo y se prestó a dar un testimonio de nuestra historia de amistad y nuestra vida.
Él, ¿está ligado también a la música?
Con él tuve mi primera banda, era el otro guitarrista. Se acabó dedicando a la Química. Me hace ilusión que esté ahí y habla muy bien y habla muy bien de mí.
Sale tu primera banda en el insti, ¿cómo recuerdas ahora esos tiempos?
Hay documentos chulos, vídeos VHS de nosotros con 16 años haciendo las pruebas de sonido en nuestro primer concierto. Hay cosas muy bonitas. Recuperar la guitarra es volver a eso y girar con la banda es una vuelta también a esos inicios y ver el big picture de cómo empezó, he pasado por tropecientos mil sitios y he acabado un poco en el mismo.
Tu trabajo ha sido sobre todo con artistas en solitario más que con bandas, ¿casualidad o lo que ha imperado en los últimos años?
Es un tema socioeconómico que hayan triunfado los artistas en solitario que las bandas y la música en ordenador sobre la música grabada porque, aparte de que te puede sonar más fresco, para la industria es algo muy rentable. Y la rentabilidad en la música es un factor muy importante. Me explicaban en Cuba cómo ha ido cambiando la música ahí. En los 70 había big bands y moverse con eso en una gira mundial era inviable. Hay factores que hacen que la música sea de una manera y por lo que sea nos ha tocado vivir una época de artistas en solitario. Pero creo que es algo que puede cambiar. De repente mola ver a cuatro o cinco persona, con su idiosincrasia cada uno, y está fresco. Es algo de toda la vida que tenemos un poco olvidado. Hay grupos como Carolina Durante, Alcalá Norte o Cariño que tienen su fuerza en ser un conjunto.
De C. Tangana admiro muchísimo cómo trabaja en el estudio y lo fácil que es trabajar con él. Ha sido un regalo.
Si hay un nombre que ha ido ligado a tu carrera ha sido el de C. Tangana. ¿Qué es lo que más admiras de Pucho?
Donde más me deja con la boca abierta es en el estudio componiendo. Nunca he visto a nadie componer a nadie tan rápido y tan fino y tan personal y tan bien como él. Admiro muchísimo cómo trabaja en el estudio y lo fácil que es trabajar con él. Ha sido un regalo.
Empezaste a producir con él y Rosalía, ¿qué echas de menos de aquellos inicios?
Lo recuerdo con nostalgia, pero siempre mirando un poco hacia adelante. No estoy muy pensando en eso. La nostalgia no es algo particularmente bueno en general e intento quitármela porque es algo que puede molestar más que ayudar.
Comentabas hace un rato que solías trabajar con artistas emergentes que luego triunfaban y se te escapaban, no sé si Rosalía entra en ese grupo.
No, no, con Rosalía no se puede decir que haya trabajado. He hecho una canción y hubo un tiempo que teníamos vidas más cercanas, pero no soy un descubridor de Rosalía ni de coña. Ni de Félix. He trabajado con mucha gente que luego ha crecido mucho, no he sido nunca un cazatalentos y alguien que focalizase mucho en una persona para que creciese, sino que cada uno ha tenido su volada.
Estuve un tiempo con Balvin, en Londres, haciendo canciones y alguna me dijo que iba a salir, pero esto es una lotería.
¿Qué canción que hayas producido o compuesto te hubiera gustado quedártela para ti?
Hubo una canción, pero no quiero decir cuál es porque me sabe mal, pero hubo una que dije, hostia…la había hecho entera yo y la había cantado incluso y pensé, no, creo que va a quedar mejor a otra persona que a mí. Pero, aun así, pensé que me la tenía que haber quedado porque me encantaba y me definía mucho. Solo me ha pasado una vez, el resto de veces me ha parecido que las canciones eran para esos artistas.
Entre lo último, tenemos Madre de Villano Antillano y Young Miko, ¿cómodo en esa escena?
Me mola juntarme con artistas latinos que vienen del rap o del reguetón o cosas un poco más raras como las que hace Mora que también tengo un par de canciones en su anterior álbum. Young Miko estaba por Barcelona, no recuerdo qué estaba haciendo y me dijo de juntarnos en el estudio y salió esta canción que se quedó en su disco. Creo que hicimos alguna más, pero como productor vas haciendo canciones, canciones, canciones, pero luego no salen. Estuve un tiempo con Balvin, en Londres, haciendo canciones y alguna me dijo que iba a salir, pero esto es una lotería. Tú vas comprando boletos y alguno sale.
Ahora que las etiquetas en lo musical se difuminan, ¿crees que se está innovando lo suficiente o que todo empieza a sonar más o menos igual?
Vivimos una explosión de todo lo que era el pop urbano que fue muy interesante allá por 2016, 2017 donde todo sonaba como muy nuevo, fresquísimo, la industria no tenía ni idea de por dónde le venía y la radio también estaba intentando entender cuál era el nuevo camino de la música mainstream y todo estaba inestable y son los momentos guais. Todo se profesionaliza mucho, se vuelve más genérico y quizás ahora estamos en un punto muy genérico donde las cosas están hechas de manera muy industrial dentro del pop urbano y no es tan divertido, es más aburrido que cuando fue la explosión.
¿Tienes localizado ahora dónde está el germen de lo que va a explotar?
No, la verdad es que no tengo ni idea. Parece que todo está como muy mezclado. Me da la impresión de que hace unos años se creaban escenas muy de nicho, había siete u ocho artistas que creaban un sonido y ahora van sucediendo cosas así, pero la gente de Rukowsky, Mori, Ralphie Choo tienen un sonido muy particular, son de aquí de Madrid y eso podría ir hacia algún sitio. Y lo que hablamos de las bandas de rock que podrían tener un espacio como más destacado. Estoy ansioso de ver qué va a pasar.
Hay expectación por ver lo que viene.
Hay un camino hacia la música muy genérica y también la inteligencia artificial hace como cosas muy genéricas, se le da bien encontrar unos patrones y reglas. La IA cada vez es mejor haciendo cosas genéricas y suenan cada vez menos genéricas y a la vez, los seres humanos estamos haciendo cosas muy genéricas dentro de la música más comercial y parece que puede haber un nexo que no sé cómo va a resultar, que eso reviente de alguna manera. Se vienen épocas convulsas interesantes, seguro.
Este es tu año de los 40, ¿mucha crisis?
De momento puede decir que no. Pero sí que veo a mi alrededor, la gente de mi quinta que estamos haciendo cosas extrañas. Hay como una vuelta a la adolescencia. Todo el mundo está muy adolescente, haciendo cosas que recuerdan a otras épocas y eso es la crisis de los 40, volver a ser lo que fuiste. Yo siento que vivo constantemente en una crisis existencial y siempre intentando acogerme a cosas que me hagan sentir vivo y joven otra vez y eso creo que es vivir en una inestabilidad, crisis existencia, constante.
Estuve con Arde Bogotá, voy haciendo cositas.
Ahora supongo que estás centrado en el disco, pero, ¿cerrando futuros trabajos con otros artistas?
Estoy centrado en la gira y sí que voy haciendo sesiones. Estuve con Arde Bogotá, voy haciendo cositas. No estoy haciendo un disco para nadie, estoy picoteando porque no tenía tiempo, pero ahora que he acabado, me gustaría embarcarme en algún proyecto de algún artista o banda.
Porque esto, ¿cómo va? ¿Entras en el mail y vas viendo las peticiones que te llegan o buscas tú con quién te interesa trabajar?
Suele llegar, no suelo buscarlo. En algún momento he propuesto a gente hacer cosas y ha acabado convirtiéndose en hacer un álbum entero. Amaia, por ejemplo, toqué a su puerta y le propuse hacer algo y acabé haciendo su disco. Sobre todo, las sesiones de hacer una o dos canciones suelen ser con gente que está de paso por Barcelona y nos juntamos. Pero hago un llamamiento, ahora que tengo tiempo libre, me podía embarcar en un proyecto más grande, véase un disco con alguien con quien congeniemos.
¿A qué artista crees que nos sorprendería encontrar en tu agenda de contactos?
Todos los que se me vienen a la cabeza son como, por qué no, no hay nadie sorprendente. Para mí, el que me hace más ilusión tener es Alejandro Sanz con el que hice un par de canciones el año pasado. Estuve en su casa y es una persona a la que respeto mogollón y me parece que es la persona más importante que tengo en la lista.
Cuando trabajas con alguien de la talla de Alejandro Sanz, ¿te sientes con la libertad de transmitir tus ideas sin problema?
Siempre voy con respeto ante cualquiera y escucho mucho a los artistas y Alejandro Sanz, cómo no lo vas a escuchar. Todo lo que digas, tú callado y a escuchar. Una de las cosas que los artistas valoran cuando trabajan conmigo es que les diga cosas que no se esperan, que les cambie su manera de ver algo y que les diga que no en alguna cosa. A mí me encanta cuando me llevan la contraria y me hacen ir por un camino que digas, hostias, tenía razón. No me gusta imponer, pero sí ser consistente.
Para acabar, si pudieras ponerme ahora una de tus nuevas canciones, ¿cuál sería?
Diría que mi favorita es Despertar con María Arnal que creo que es como el tema que define el disco y me parece que es uno de los grandes temas que he hecho, no solo de este disco sino de mi vida. Tiene muchos elementos especiales en la producción, el estribillo, cuando entra en María, me parece lo más épico que he hecho nunca. Para mí, no sé si es la mejor voz de España, pero está en el top 3 seguro. Y yo no sentirme ridículo al lado suyo en una canción me parece la hostia y es una de las artistas a las que más respeto y tiene una visión del mundo tan suya y tan particular que es una de mis artistas favoritas. Ojalá pudiera hacerle un disco. Lo digo porque ella lo sabe, ya se lo he dicho.
El año que viene, gira.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...