La historia real de 'La infiltrada', la nueva película de Luis Tosar y Carolina Yuste: quién es Elena Tejada, la mujer que penetró en un comando de ETA

La actriz se pone en la piel de Aranzazu Berradre

Carolina Yuste en la premiere de La infiltrada en Madrid / Carlos Alvarez

Carolina Yuste, a la que has conocido en papeles como Carmen y Lola o Saben aquell, y Luis Tosar, inolvidable por sus trabajos en Celda 211, Los lunes al Sol, Te doy mis ojos o Quien a hierro mata, estrenan nueva película: La infiltrada. El filme dirigido por Arantxa Echevarría llegará a las salas de cine el próximo 11 de octubre y cuenta la historia real (y surrealista), de Elena Tejada, una agente de policía que logró infiltrarse en uno de los comandos más fuertes de ETA a finales de los 90. Ella se hacía pasar por Aranzazu Berradre y fue la única mujer que ha logrado colarse en la organización terrorista.

Durante ocho años, 24 horas al día, esta policía se hizo pasar por una persona que realmente no existía para poder desarticular uno de los núcleos más potentes de la organización criminal, el 'Comando Donosti'. Una interpretación que llamó mucho la atención de la joven actriz de Badajoz, quien reconoció en su paso por El Hormiguero que le habría encantado preguntarle qué le motivo a ''renunciar a su vida'' para pasarse años fingiendo ser otra persona. "Estoy convencida de que parte del personaje se quedó en ella para siempre", comentaba.

Ante tal admiración de Yuste hacia Tejada por su implicación en la desarticulación del comando terrorista y por el hecho de haber tenido la oportunidad de contar su historia, la actriz solo se lamentaba de no haber podido conocer en persona a la protagonista verdadera: "Imposible [...] Es una persona que sigue en activo y que ha requerido rehacer su vida desde cero". Además de por su hazaña, su valentía y la gran repercusión que tuvo su labor, la protagonista de cintas como Hasta el cielo y Chavalas, reivindicaba la importancia de seguir siendo el altavoz de mujeres que han desempeñado un importante papel en pequeños fragmentos de nuestra historia.

Pero ¿quién es realmente Elena Tajada y cómo se labró el papel de Aranzazu?

Elena Tejada, la policía infiltrada en el 'Comando Donosti'

Uno de los mayores logros de la infiltración de Elena Tejada en ETA no fue solo que llegara a entrar en el comando, sino que la organización criminal fuese la que la captara. Durante ocho años, una agente veinteañera de la comisaría de San Sebastián llamó la atención de la banda terrorista. "ETA era un grupo muy cerrado, casi familiar, con muchos lazos de ese tipo. Los nuevos llegaban muy avalados. La única posibilidad es que fueran ellos quienes la captaran. Gracias a eso nunca dudaron de ella", contaba el excomisario y jefe de la policía en una entrevista a El Correo.

Poco a poco, Tejada pasó a convertirse en Aranzazu Berradre, riojana de nacimiento pero de abuelos vascos, y fue frecuentando, sigilosamente, en los círculos más cercanos a algunos de los miembros de la organización: bares, carnicerías... todo. Su camuflaje empezó en 1992, pero su perfil siempre debía ser bajo, como le decía el excomisario, Tejada ano debía ''destacar en nada''. "Tú déjate captar. No pretendas que te capten", le decía. Algo que finalmente pasó en el 97; cuando Aranzazu Berradre fue fichada por el líder del 'Comando Donosti' y su aparamento pasó a ser el piso franco.

Gracias a su labor, con micrófonos, cámaras y otros agentes infiltrados de por medio, Tejada dio con la clave del entramado y pudo alertar a la Policía Nacional de lo que verdaderamente era ese supuesto alto al fuego que ETA anunció públicamente en 1999: "No es una tregua, realmente, pero necesitamos parar y rearmarnos", fueron las palabras de uno de los etarras más perseguidos, Sergio Polo. Estas declaraciones se pusieron en manos del entonces ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, y fue así como se dio paso a la denominada ''tregua trampa''.

A partir de ahí, se sucedieron las detenciones de miembros de ETA y, al final, los etarras terminaron por conocer la verdadera identidad de la agente y empapelaron todas las calles que pudieron con su cara: era el objetivo de los terroristas. Desde entonces, la agente ha ido de un lugar a otro y nadie sabe de su paradero, ni siquiera el que fue su jefe y único contacto con la realidad en todos esos años: "Nunca hablará. Yo se lo dije hace tiempo: 'Te van a buscar siempre, pero tú nunca hables'".

Sandra Escobar

Periodista de LOS40.