Especial
Madonna: La misteriosa rubia con guantes negros de encaje castigada sin cine por maleducada
Le prohibieron la entrada en una cadena cines en Estados Unidos si no se disculpaba por su mala educación
Era el gran día de la aclamada y multipremiada ’12 años de esclavitud’. El de su ‘premiere’ en Estados Unidos en el Festival de Cine de Nueva York. Durante la proyección, en una de las primeras filas se vio a “una misteriosa mujer rubia con guantes negros de encaje” que no paraba de teclear en su Blackberry. Cuando le pidieron que dejara de molestar, respondió: “¡Es por trabajo! ¡Esclavista!”
El 8 de Octubre de 2013, en el Festival de Cine de Nueva York, se estrenó ’12 años de esclavitud’, el drama biográfico dirigido por Steve McQueen con guion de John Ridley. La proyección era en el Walter Reade Theater, en el Lincoln Center. En la primera proyección del filme en Estados Unidos, además de McQueen y todo su equipo, había numerosos invitados VIP, como es habitual. Cuando la cinta terminó, el público estaba conmovido. Muchos lloraban en sus butacas tras conocer esa historia real de Solomon Northup, sus años de horror mientras era esclavo en Georgia, su desesperación por regresar a casa con su familia...
A lo largo de la primera mitad de las más de dos horas de proyección, se pudo ver a “una misteriosa mujer rubia con guantes negros de encaje”, que no podía dejar de teclear en su Blackberry. El crítico de cine Charles Taylor, sentado detrás, fue quien compartió el incidente en Facebook y contó que, "finalmente, una mujer cercana a mi le tocó el hombro y le dijo que guardara el móvil. La rubia respondió: ‘¡Es por trabajo! ¡Esclavista!’”, y siguió dándole a la tecla, escribiendo sin parar, molestando a los que estaban a su alrededor y contraviniendo las normas del cine.
Durante la gran ovación final, con todo el público de la sala en pie, aplaudiendo, “la rubia se escabulló”, seguía contando el crítico. El actor Jason Ritter, sentado a su lado, miró al suelo y recogió un sobre con un nombre escrito: MADONNA. “Efectivamente, miramos a un lado del cine y de pie, apoyada en la pared, vimos que la mujer con los guantes de encaje negro era Madonna”. No obstante, pareció que la 'Chica material' era una gran fan de la película, como comentaron en US Weekly algunos de los que la vieron: "Madonna estaba visiblemente afectada. Quería saludar a Steve McQueen y felicitarle". De hecho, la cantante fue a ver al director y posó con él.
Te recomendamos
El incidente tuvo consecuencias. La sala de cine pertenece a la conocida cadena Alamo Drafthouse Cinema, fundada en Austin, Texas. Es famosa por servir cenas y bebidas durante las proyecciones y por su estricta política hacia los espectadores ‘indisciplinados’. En su website advierten: “Tenemos una política de ‘tolerancia cero’ en torno a enviar mensajes de texto o hablar durante la película. Si hablas o escribes, recibirás una advertencia. Si ocurre de nuevo serás expulsado de la sala y no se te devolverá el dinero de la entrada”.
A Madonna la “castigaron” por su comportamiento, prohibiéndole la entrada a todos los cines de la cadena. Así lo anunció en Twitter Tim League, el CEO de la empresa: “Hasta que no se disculpe con los espectadores, Madonna no podrá ver películas en nuestros cines”.
Posteriormente, Tim confesó en Entertainment Weekly que, aunque esa iniciativa fue “una broma improvisada, un impulso de 140 caracteres” con el objetivo de difundir “lo maleducado que es teclear el móvil durante la proyección de las películas”, estaba determinado a mantenerse firme: “Ahora que parece que el mensaje ha llegado, voy a hacerlo cumplir”, dijo. “Voy en serio, pero no creo que realmente esto le afecte mucho en su vida”. Y añadió: “Madonna se siente con el derecho de ser insoportablemente maleducada con los que están a su alrededor”
No solo no afectó en su vida, sino que volvió a ignorar los códigos universales de cortesía en cines y teatros. Dos años después, en julio de 2015, sentada en la primera fila del estreno del musical 'Hamilton' volvió a pasarse parte de la función pegada al móvil. Cabreó tanto al creador de la obra, Lin-Manuel Miranda, que prohibió su entrada en futuras actuaciones y publicó en Twitter: “Esta noche, por primera vez, he pedido al director de escena que NO permita la entrada al backstage a una celebridad (que no paró de teclear con su móvil durante todo Acto 2)”. Posteriormente, el tuit fue eliminado.
Jonathan Groff, el protagonista, confirmó lo ocurrido en una entrevista para Dot429. No le decepcionaba que a Madonna le prohibieran la entrada: “No. Porque esa bruja estaba con su teléfono. No podías dejar de verla desde el escenario... frente a nosotros, con su cara allí perfectamente iluminada por la luz de su iPhone a lo largo de las tres cuartas partes del show. Michelle Obama (que también estuvo en esa función) fue maravillosa. Vino al backstage y abrazó a cada miembro del equipo, desde la chica de peluquería a la gente de vestuario, a todos. Nos dijo, 'Esta es la mejor pieza de arte que he visto jamás'". Y Madonna se la perdió.
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop