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Crónica: Jacob Collier derrocha música y vida en Madrid, que ya es su nuevo coro particular
El artista pasó con su 'Djesse Tour' por España el pasado 3 de noviembre
Han pasado muchas cosas desde que Jacob Collier era un adolescente que subía vídeos a YouTube para seguir mostrando su compromiso con la música. Una década después, tiene millones de oyentes, ha colaborado con artistas de lo más populares y ya ha cantado por medio mundo; aunque en su parada en Madrid todo parece tan íntimo que parece que vuelve a estar en su cuarto, preparado para cantarle a una pantalla.
Pero este cuarto es un escenario, y en vez de pantalla, tiene la mirada de centenares de personas observándole atentamente. Todo mantiene su esencia: en algunos puntos parece un parque —hay hasta árboles a su alrededor y un banco—, y en otros, a esa sala desde la que tocaba los tantos instrumentos en los que basaba su contenido.
Todo formaba parte del Djesse Tour, una gira por Europa y Reino Unido que le ha traído muchas alegrías, pero quizá la más grande para con su público español ha sido gracias a su paso por Madrid. Fue capaz de casi llegar al sold-out en pista y grada, algo indispensable en sus conciertos por cómo interactúa con el público. Puede que eso le tranquilizara al empezar el show, pues los españoles presentes se confesaron devotos del inglés con una gran ovación a su entrada.
Un arranque de pura música
100 Voices abrió la noche, aunque coreándola había muchas más. Por mucho que Collier ame su música —y la música en general—, no pierde de vista las butacas, a las que termina dedicando un sincero "se ha tardado, pero por fin estamos aquí" justo después de terminar con WELLLL y She Put Sunshine. Lo dijo en inglés, aunque fue lo poco que le dedicó a la lengua de Shakespeare, pues terminó agradeciendo en castellano el resto del espectáculo.
Little Blue hizo honor a su nombre demostrando la versatilidad del escenario, que si bien prescinde de pantallas —aparte del atrezzo mencionado, solo tiene una gran letra J que va cambiando de forma gracias a su iluminación según la canción— cambia su tonalidad al entorno que Jacob va creando tema a tema. Aquí se produjo la primera simbiosis de la noche con su voz y la del público, al unísono.
Wherever I Go y Time Alone With You fueron la otra dosis de energía que el público quería, algo cohibido por estar ocupando toda la pista en sus asientes en vez de agolparse cerca del escenario, como la mayoría de conciertos del WiZink Center. La excusa les duró poco, pues no se pudieron resistir a "ponerse funky", una propuesta del poco Jacob para empezar con Sun Is In Your Eyes.
Una batuta y mucho ritmo español
Su soltura con los instrumentos le permite llevar la batuta en todas y cada una de sus actuaciones, aunque la palma se la lleva la citada The Sun is in your eyes, cuya guitarra le hace el número más flamenco de toda la gira. La conexión española es tal que termina recibiendo algún que otro "¡Olé!" desde las gradas.
Tanto sus versiones —llegó a cantar por Elvis Presley, Can't Help Falling In Love, y Coldplay, Fix You— como sus canciones originales —In Too Deep, con la que bajó una bola de discoteca e iluminó todo el recinto— eran todo un alarde de musicalidad. Parece ahí evidente su ascendencia, pues ha nacido en un hogar en el que la música —tanto su madre como su abuelo eran violinistas vinculados a la Royal Academy of Music de Londres— formaba parte del día a día.
Quizá su lado millenial es el que más le acerca a la vanguardia musical de las redes, algo que sin duda le ha hecho acercarse a artistas como Camilo. Cuando la empezó a tocar se echó en falta la aparición estelar del colombiano, aunque Collier supo salir airoso con mucho castellano —con acento trabajado— y ritmo, claro.
Box of Stars es su despedida previa a bises, después de otras como Witness Me, Never Gonna Be Alone o Over You; aunque su verdadera marcha la empieza versionando el Somebody To Love de Queen. Acaba en un mash-up inesperado con We Will Rock You.
Antes de que la gente se dejara de reprimir y pusiese todo su empeño en parecerse lo menos posible a Freddie Mercury, en el WiZink se quedaron sus palabras: "Haciendo estos cuatro discos he pensado mucho en música, gente y vida. Tres cosas que me importan. Y me di cuenta en el proceso que las fuerzas que hacen a la música funcionar son fuerzas que hacen funcionar la vida. Cuando escuchas música, escuchas vida. Nada es posible sin escuchar. Por eso todo empieza con eso. Cuando nos escuchamos pasan cosas increíbles".
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Javier Rodrigo Saavedra
Cine y música. Música y cine. Y más, claro. Me encontrarás en todo tipo de saraos cubriendo todo, desde...